Aplicó una amplia reforma para reforzar la privacidad y limitar los efectos intrusivos en usuarios menores de 18 años
Las baterías parlamentarias en ambos lados del atlántico se aprestan a regular las redes sociales para proteger la privacidad de los usuarios y seguridad, en especial, de los adolescentes. En previsión de las consecuencias que pueda acarrearle, Meta decidió adelantarse y presentar sus “Cuentas Adolescentes” en Instagram. Una fórmula para restarle poder de fuego a las reiteradas críticas que ha recibido la mencionada red por parte de padres, sicólogos y parlamentarios.
Mark Zuckerberg y los altos ejecutivos de Meta, son personajes familiares en los pasillos del Capitolio y la Eurocámara. Han comparecido a varias convocatorias para responder por las prácticas comerciales de sus redes sociales, que, a juicio de los expertos, vulnera la privacidad de los usuarios, se lucra con sus datos y, en el caso específico de los jóvenes, induce a la adicción y los expone al matoneo y los depredadores.
Aún resuenan las disculpas que el CEO de Meta pidió en enero a los adoloridos padres por el efecto que han tenido en la salud mental de sus hijos. Años antes se vivió una escena similar en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. En esa ocasión prometió cambios. Pasaron los años y todo siguió igual. Ahora cuando la Eurocámara se apresta a discutir propuestas de regulaciones para las redes sociales, aparecen las cuentas para adolescentes en Instagram.
El lado oscuro de Instagram
Instagram, la popular plataforma de redes sociales, ha recorrido un largo camino desde su creación el 6 de octubre de 2010. Fundada por Kevin Systrom y Mike Krieger, la aplicación vio la luz en la App Store de Apple. Desde su aparición se ha convertido en un fenómeno global con más de 2.5 mil millones de usuarios activos en todo el mundo. De los cuales más de 100 millones son menores de 18 años.
Su enfoque centrado en la fotografía y la simplicidad atrajo rápidamente a los usuarios. En tan solo dos meses, ya contaba con un millón de seguidores. Poco después, en 2012, llegó la versión para Android, y ese mismo año, Facebook (ahora Meta) adquirió la plataforma por la asombrosa cifra de 1.000 millones de dólares.
Según una encuesta realizada el pasado otoño por Pew Research, aproximadamente el 50% de los adolescentes estadounidenses de entre 13 y 17 años utilizan Instagram al menos una vez al día. La posiciona como la cuarta red social más popular entre los jóvenes, detrás de YouTube, TikTok y Snapchat.
Su uso se ha convertido en una preocupación global por parte de padres, educadores y profesionales de la salud mental. Quienes alertan sobre los riesgos de la adicción que puede afectar el rendimiento académico, las relaciones sociales y el bienestar emocional de los jóvenes. La comparación social, el ciberacoso y la adicción son otros de los problemas asociados al uso de Instagram.
Impacto negativo entre adolescentes
- Salud mental: La exposición constante a imágenes idealizadas y a un estilo de vida supuestamente perfecto puede provocar sentimientos de inadecuación, ansiedad y depresión. En plataformas visuales como Instagram la comparación social se intensifica. Los usuarios pueden sentirse presionados para cumplir con estándares poco realistas.
- Adicción: A muchos padres y sicólogos les preocupa el tiempo excesivo que los jóvenes pasan en Instagram. Su uso compulsivo además de afectar su rendimiento académico, perjudica sus relaciones interpersonales y capacidad para participar en actividades fuera del entorno digital.
- Inseguridad: A los educadores les preocupa la falta de control sobre quién puede ver el contenido compartido y la posibilidad de ciberacoso. Subrayan la necesidad de enseñar a los jóvenes a gestionar sus perfiles de forma segura y establecer límites.
- Pérdida de habilidades sociales: Los padres temen que la interacción virtual reemplace las interacciones cara a cara. Puede dificultar la comunicación y las relaciones personales en el futuro.
Cuentas Adolescentes
La respuesta de Meta a las críticas son las Cuentas para Adolescentes (“Teen Accounts”) anunciadas el 17 de septiembre. Una amplia reforma para reforzar la privacidad y limitar los efectos intrusivos de Instagram en los usuarios menores de 18 años. Llega en un momento crucial. Justo cuando algunos países debaten la regulación legal de las edades mínimas para acceder a las redes sociales.
Ahora cuando un menor proceda a crear una cuenta en Instagram, por defecto se le asignará una Teen Accounts. Tiene implicaciones significativas en cuanto al contenido disponible y las protecciones implementadas. La característica más destacada es su configuración de privacidad por defecto.
Los actuales usuarios menores de 16 años pasarán automáticamente a una cuenta privada. Se aplicará también a todos los nuevos usuarios, menores de 18 años, que se registren a partir de ahora. En otras palabras, el contenido compartido por los adolescentes será privado. Aquellos que deseen verlo deberán enviar una solicitud de seguimiento, que deberá aprobar el menor.
Las Cuentas para Adolescentes limitan las interacciones digitales. Solo podrán recibir mensajes de usuarios a quienes sigan o con quienes estén conectados. De igual modo, solo podrán ser etiquetados y mencionados por aquellos a quienes siguen. Otra novedad es que las palabras sensibles se ocultarán por defecto. También estará restringidos, al nivel más estricto posible, la sección Explora y el contenido potencialmente inapropiado, como la violencia o la promoción de productos cosméticos en Reels.
Otra novedad es la gestión y control del tiempo de pantalla. Para evitar el uso excesivo de la aplicación, los adolescentes recibirán una notificación después de 60 minutos para que tomen un descanso. Además, entre las 22:00 y las 7:00 se activará automáticamente el “modo sueño”. Que silencia notificaciones y proporciona respuestas automáticas en los mensajes directos.
Controlados por los padres
Las actualizaciones buscan empoderar a los padres y garantizar que los jóvenes disfruten de una experiencia segura en la plataforma. Los usuarios menores de 16 años necesitarán el permiso de sus progenitores para acceder a ajustes menos restrictivos en Instagram.
Lo que implica que los padres deben tener su propia cuenta en la plataforma y configurar la supervisión parental. Los adolescentes mayores de 16 años no estarán sujetos a esta restricción, pero los padres aún podrán activarla si así lo desean.
Las medidas introducidas les garantizan una ventana al mundo digital de sus hijos. Aunque no podrán leer los mensajes directos, podrán ver con quiénes han interactuado en los últimos siete días. Además, tendrán acceso a los temas que el menor ha explorado en la pestaña “Explora”.
También podrán establecer restricciones de tiempo de uso y bloquear el acceso a Instagram durante horas específicas. Para evitar que los menores mientan sobre su edad al registrarse, Instagram ha implementado un proceso de verificación.
Los adolescentes deberán verificar su edad mediante un vídeo selfie o una foto de su carnet de identidad. Además, la inteligencia artificial se utilizará para predecir si alguien realmente tiene la edad que declara.
La iniciativa es pionera en el sector y busca equilibrar precisión con privacidad. Instagram reconoce que, aunque sus modelos de IA son precisos, pueden cometer errores. Por ello, ofrecerán a las personas identificadas como adolescentes la opción de ajustar las configuraciones.
Efectividad en duda
Aunque Meta ha dado un paso al introducir las “Cuentas para Adolescentes” en Instagram, la efectividad de los cambios aún está en tela de juicio. Especialmente porque requiere en primer término que los padres tengan cuenta en la red social (lo cual no es frecuente) y que sepan sacar provecho de las herramientas de control parental.
El Presidente de Asuntos Mundiales de Meta, Nick Clegg, lo expresó con franqueza en una reciente conferencia en Londres. “Una de las cosas que nos encontramos… es que incluso cuando desarrollamos estos controles, los padres no los utilizan”. A pesar de las opciones proporcionadas para restringir el tiempo en línea de los niños, muchos padres no las implementan de manera efectiva.
Aunque los nuevos ajustes se activarán automáticamente para los titulares de cuentas identificados como menores, existe un problema evidente: los jóvenes que mienten sobre su edad al registrarse en Instagram. Aunque las condiciones de servicio prohíben que los menores de 13 años utilicen la aplicación, las “Cuentas de Adolescentes” no están diseñadas para rastrear y eliminar usuarios menores de edad. Y los nuevos mecanismos de verificación tampoco constituyen una garantía real.
Desacuerdo global con la edad mínima
La guinda del helado es que aún no hay acuerdo en el ámbito global en torno a cuál debe ser la edad mínima para que los menores accedan a las redes sociales. La introducción de las “Cuentas para Adolescentes” llega en un contexto en el cual varía significativamente de un país a otro. Es un gran inconveniente.
Aunque el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea establece una edad mínima de 13 años, cada país tiene la potestad de decidir la suya. En España, actualmente es de 14 años; en Francia, de 15 años. Ese rango europeo, entre 13 y 16 años, crea un laberinto legal que obliga a las redes sociales a adaptarse a las normativas específicas de cada territorio.
En Australia el gobierno propuso prohibir las redes sociales para menores de una edad aún por definir, pero que oscilaría entre los 14 y 16 años. El Secretario de Tecnología del Reino Unido, Peter Kyle, expresó interés en esa medida para aplicarla en su propio país.
De vuelta a España, el gobierno propuso elevar la edad mínima para usar redes sociales como Instagram o TikTok a los 16 años. Aunque la medida no prohíbe el uso de las plataformas. Se orienta al tratamiento de los datos. Hasta los 16 años, un usuario no podrá aceptar que una red social utilice sus datos sin el permiso expreso de sus padres.
Ni convencidos ni conformes
Las nuevas funciones, que incluyen mayores controles de privacidad y límites de tiempo, buscan abordar problemas como el ciberacoso, el contenido inapropiado y el uso excesivo de la plataforma. Según Adam Mosseri, director de Instagram, responde a las preocupaciones de los padres y adapta la plataforma a sus necesidades.
«Decidimos centrarnos en lo que piensan los padres porque ellos saben mejor lo que es apropiado para sus hijos que cualquier empresa de tecnología, cualquier empresa privada, cualquier senador o político o miembro del personal o regulador», dijo en una entrevista.
Sin embargo, para algunos expertos y grupos de defensa de los niños las medidas llegan tarde. «Son funciones que Instagram debería haber puesto en marcha hace años para mantener a los jóvenes seguros en Internet. Solo están actuando ahora porque están bajo la presión de los legisladores, los defensores y una oleada de opinión pública», dijo Jim Steyer, director ejecutivo de Common Sense Media, un grupo de defensa de los niños y de clasificación de los medios de comunicación.
Quienes probablemente no estén muy contentos con los cambios son precisamente los adolescentes. Un segmento poco afecto a los controles de los padres sobre sus actividades. Por un lado, están los influencers adolescentes que requieren el mantenimiento de sus cuentas públicas para ganar nuevos seguidores.
También están aquellos vulnerables cuyas ideas políticas o identidades de género puedan no coincidir con las de sus mayores. Otros podrían considerar que obtener el permiso de los progenitores para cambiar la configuración predeterminada es demasiado engorroso.
Por la seguridad de los adolescentes
La preocupación por la seguridad de los niños y adolescentes en redes sociales como Instagram, TikTok y Snapchat ha aumentado en los últimos años. Con padres y grupos de defensa advirtiendo sobre el acoso, la pedofilia, la extorsión sexual, y contenidos que promueven la autolesión y los trastornos alimentarios.
Organizaciones como Unicef recomiendan el bloqueo de usuarios, el silenciamiento de cuentas y la educación a padres y educadores para combatir este tipo de delitos. En Estados Unidos hay quienes piden etiquetas similares a las de los cigarrillos en las redes sociales para advertir de los posibles riesgos para la salud mental.
En julio, el Senado aprobó una ley bipartidista llamada Kids Online Safety Act (Ley de Seguridad Infantil en Internet) para imponer requisitos de seguridad y privacidad a los niños y adolescentes en las redes sociales. Además, algunos estados han aprobado sus propias restricciones.
Las “Cuentas Adolescentes” estarán disponibles en octubre en Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá. A finales de 2024, llegarán al resto de los países de la Unión Europea. Para enero de 2025, se espera su entrada en Latinoamérica. En el 2021, Instagram había anunciado que, por defecto, las nuevas cuentas abiertas por menores de 16 años serían privadas. Aunque podían cambiar fácilmente el valor predeterminado a cuentas públicas.
Otras redes sociales también han introducido cambios. En TikTok por defecto las cuentas registradas por usuarios de entre 13 y 15 años son privadas y los mensajes directos para esos adolescentes más jóvenes fueron desactivados. Cambios que, en teoría, reflejan la creciente conciencia sobre la necesidad de proteger la seguridad y la privacidad de los niños y adolescentes en línea. Aunque las grandes tecnológicas tienen años ignorando las críticas y defendiendo su inacción.
Las nuevas medidas adoptadas por Instagram podrían afectar negativamente el negocio de Meta a corto plazo (a largo plazo, no). Sus ejecutivos esperan que se reduzcan los casos de ciberacoso a niños y adolescentes. También aspiran a satisfacer a padres y legisladores para que sean más condescendientes. Seamos honestos lo que se pretende es proteger a Instagram.