Alemania quiere alcanzar la neutralidad climática en 2045. Cinco años antes que el resto de Europa. Con ese fin el Gobierno desea eliminar gradualmente los autos con motor de combustión y reemplazarlos con alternativas más limpias, como los eléctricos. Sin embargo, por varias razones, los ciudadanos se muestran reacios al cambio.
El objetivo es tener de 7 millones a 10 millones de vehículos a batería circulando en el año 2030. Para lograrlo, Alemania tiene que multiplicar por 20 la actual cantidad de autos eléctricos en circulación. En estos momentos hay solo el 1,2% en coches eléctricos de los 48,2 millones de autos matriculados en todo el país.
La principal razón por la que los alemanes se muestran reacios a cambiar su automóvil es por el alto costo de los eléctricos. Una encuesta de YouGov revela que el precio le preocupa al 54% de los alemanes. Otra de las razones por la que no apoyan la medida es la falta de puntos de carga. El 38% de los encuestados considera insuficientes las estaciones para recargar los vehículos eléctricos.
Hay otros factores por los que muchos alemanes no comprarían un auto eléctrico. Aunque bajaran de precio y hubiese suficientes puestos de recarga, un tercio de los encuestados no haría el cambio.
Más puntos de carga en las ciudades
El centro de estudios medioambientales Agora Verkehrswende, con sede en Berlín, considera que Alemania debería ser aún más ambiciosa y aspirar a tener 14 millones de coches eléctricos en las carreteras en 2030. Un gran aumento que debe ser equivalente a las estaciones de carga.
Actualmente hay cerca de 42.000 estaciones de carga para autos eléctricos en Alemania. Sin embargo, si se plantea aumentar a 10 millones de vehículos, serían insuficientes. Si la cifra aumenta a 14 millones, se necesitarían 10 o 20 veces más puntos de carga que los que existen ahora.
El Gobierno pretende construir una red nacional de estaciones de carga rápida junto a las autopistas que permitirá a los conductores recargar sus baterías en 30 minutos. La autonomía de estos vehículos varía de un modelo a otro, pero la mayoría está entre los 200 y los 500 kilómetros, y puede verse reducida en condiciones de uso real.
La ansiedad por la autonomía es una de las preocupaciones clave de los alemanes», según Ralf Pfitzner, jefe de sostenibilidad del mayor fabricante de automóviles de Alemania, Volkswagen. «Pero si sigue sus patrones o hábitos de uso normales, rara vez necesitará recorrer el máximo que permite la batería», tranquiliza. La encuesta de YouGov muestra que un 50% cita la autonomía sin repostar como el principal factor de disuasión.
Vehículos eléctricos más asequibles
No cabe duda. El precio es uno de los factores más importantes. Los vehículos eléctricos suelen ser más caros, y es que actualmente no bajan de 30.000 euros. Lo que hace que estos coches sean tan caros es su batería, que añade entre 5.000 y 10.000 euros al precio final. No obstante, las baterías cada año bajan de precio. Se estima que entre 2010 y 2016 su precio bajó un 80%, según la consultora estadounidense McKinsey & Company. Se mantiene la esperanza de que a mayor demanda de autos eléctricos, más asequibles serán.
Para tratar de incentivar la compra, el Gobierno alemán ofrece varios incentivos. Uno es anticiparle 9.000 euros a quien desee comprar un auto eléctrico. Y a contravía, aumentar entre siete y ocho céntimos en costo de la gasolina y el diésel de los autos convencionales.
Los expertos coinciden en que estos incentivos ayudarán, pero lo que más ayudaría es conseguir estos automóviles de segunda mano. Es decir, que muchos vehículos eléctricos que fueron comprados inicialmente como vehículos de empresa, salgan al mercado a precios más asequibles.
Otras alternativas sostenibles
La industria automotriz alemana también insiste en que los vehículos eléctricos, si bien son la prioridad actual, no debe ser la única solución para reducir las emisiones. Para la Asociación de la Industria Automotriz (VDA), el principal lobby automovilístico, los combustibles sintéticos podrían potencialmente usarse para hacer que los automóviles con motor de combustión sean climáticamente neutros en el futuro.
«Para alcanzar los objetivos climáticos también debemos ocuparnos de la flota existente y de cómo sustituir los combustibles fósiles», dijo Hildegard Müller, presidenta de VDA. Insiste en que se necesita una estrategia comprometida para los combustibles sintéticos y el hidrógeno para el sector del transporte en su conjunto. Sin embargo, Volkswagen ha descartado el uso de combustibles sintéticos y se centra en los coches eléctricos que funcionan con baterías.
El Gobierno alemán desea eliminar gradualmente los motores de combustión para 2035. Ha ha enfatizado que el hidrógeno podría impulsar estos autos en el futuro.
En esta misma línea, los críticos dicen que producir hidrógeno verde consume mucha energía y es costoso. Quizá tendría más sentido usarlo para descarbonizar industrias que son difíciles de electrificar, como el transporte de carga y la aviación.
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