En el Wanda Metropolitano, Lionel Messi y Ter Stegen fueron los pilares para que el Barça se llevara una victoria por 1-0 sobre el Atlético de Madrid que lo vuelve a poner en la punta junto al Real Madrid. El equipo del Cholo Simeone, que se queda a seis puntos de los culés y fuera de zona de Champions League.
Durante los primeros 25 minutos, el Atlético de Madrid desarticuló al Barça a partir del pressing. Los rojiblancos, especialmente Herrera y Thomas, acecharon a los culés, especialmente a los interiores, y no les permitieron crear redes de asociación. Tampoco ayudó el planteamiento de los visitantes: De Jong por izquierda, Arthur por derecha, mientras que Messi y Griezmann estuvieron muy metidos en las bandas.
Además, los culés se desangraron por la banda de Junior Firpo, que sufrió mucho ante Trippier y Correa. El sustituto de Jordi Alba casi marca en propia puerta después de desviar un centro de Hermoso que ya tenía medido Ter Stegen. Para fortuna de los visitantes, el balón dio en el poste.
Ter Stegen, salvador
Ter Stegen se erigió como el salvador del Barcelona con dos paradas providenciales en el primer tiempo. El alemán primero desvió un remate fuerte de Hermoso, que recibió un centro de Joao Félix, y después, ya casi al minuto 40, volvió a meter el brazo para ahogarle el grito de gol a Morata, que cabeceó fuerte al suelo después de un córner.
El Barça comenzó a tener vida cuando Arthur y De Jong se intercambiaron las posiciones y Messi y Griezmann, aunque menos, salieron más de la banda. El francés, sin embargo, sigue encadenado a tareas defensivas que hacen que se le extrañe en ataque.
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La primera ocasión del Barcelona nació de una presión de Leo sobre Herrera: el argentino recuperó y consiguió un pase para Suárez, que la dejó pasar para que Rakitic le pegara, bajo y sin fuerza, fácil para Oblak. Sin muchas oportunidades de circular el balón, el Barça buscó transiciones rápidas o disparos lejanos, pero la más clara fue un cabezazo de Piqué tras un córner que pegó en el travesaño.
Aparece el «10»
En el segundo tiempo, era cuestión de tiempo para que el partido se rompiera. El Atleti acusó el desgaste y el “Barça menos Barça” siguió apostando por las transiciones rápidas. Las amarillas, cortesía de Mateu Lahoz, comenzaron a aparecer y, de un lado y otro, podía pasar cualquier cosa. Si primero iniciaba una contra Herrera, que no pudo culminar Correa, después lo hacía Messi y Griezmann mandaba el balón a las nubes. Entró en el Barça Arturo Vidal por Arthur, y se fue Correa por Lemar. Piqué tuvo que abandonar el campo, sentido en la rodilla, por un fuerte golpe de Vitolo.
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Pero, como siempre, la solución estaba en las botas de un solo señor: Lionel Messi. El argentino, pegado a la banda, le pidió el balón a De Jong y trazó la misma diagonal que han sufrido todos y cada uno de sus rivales. Lo vio Thomas, lo vio Koke, lo vio Herrera. Y él vio a Suárez, que lo entendió perfectamente, y le devolvió la pared para que pudiera rematar, ajustado al poste, imposible para Oblak.
El Atlético pudo empatar con un tiro libre en el tiempo añadido pero finalmente no pasó nada. El Barça se llevó los tres puntos vitales para seguir en carrera con el Real Madrid, a falta del Clásico en dos semanas. Mañana, Lionel puede viajar tranquilo a buscar su sexto Balón de Oro, si es que finalmente es para él. Si no, da igual. El mejor, con premio o sin premio, es él.
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