Por Cambio16
12/02/2017
La actriz estadounidense Meryl Streep ha vuelto a arremeter este sábado contra el presidente de EE.UU., Donald Trump, respondiendo en esta ocasión a los comentarios del mandatario sobre la sobreestimación de su carrera cinematográfica en la gala benéfica de la Campaña de Derechos Humanos (Human Rights Campaign, HRC), el mayor grupo LGBT del país.
En relación al tuit en que el presidente la llamó «una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood», Streep declaró: «Sí, soy la actriz más sobrevalorada, sobregalardonada y, actualmente, soy la actriz más ‘sobre-reprendida’ de mi generación», reseñó Fox News.
A continuación, la actriz condenó los métodos políticos de Trump y su «instinto catastrófico para tomar represalias», asegurando que su país ya se ha dado cuenta de «cómo la autoridad ejecutiva en las manos de un hombre de negocios puede ser ejercida contra la gente, la Constitución y la Carta de Derechos».
Asimismo, Streep subrayó que los estadounidenses tendrán «mucho que agradecerle a este presidente» porque «él nos hará entender lo frágil que es realmente la libertad».
«El látigo del ejecutivo puede azotar e intimidar, castigar y humillar, deslegitimar a la prensa y a todos los enemigos imaginados» a través de los estatutos de Twitter con una «frecuencia espasmódica» y «previsibilidad», se lamentó Streep.
La estrella añadió que quisiera quedarse en casa y «cargar el lavavajillas» en vez de pronunciarse, pero que «el peso de todos estos honores» que recibió en su carrera la obligan a hacerlo. «Es terrorífico poner una diana en la frente», dijo Streep asegurando que eso le predispone a uno a «todo tipo de ataques y al ejército de camisas marrones o peor». Pero, según la actriz, «la única manera» de afrontar estas cosas es «sentir que tienes que hacerlo» porque «no hay otras opciones».
El pasado mes de enero Trump calificó a Streep de actriz «sobrevalorada» y de «lacaya de Hillary» en una secuencia de tuits, después de que la actriz de Hollywood lo criticara durante su discurso en la ceremonia de entrega de los Globos de Oro por sus planes de expulsar a los inmigrantes y la humillación que, a su juicio, cometió en 2015 contra Serge Kovaleski, un periodista discapacitado de The New York Times.