Colombia no la tiene fácil en materia energética. La administración de Iván Duque tendrá que establecer rápidamente una hoja de ruta y diseñar un plan de cómo enfrentará, junto a su equipo, al mermado sector energético colombiano que recibe del gobierno pasado.
Para un grupo de expertos, que debatirá el próximo mes de octubre el escenario energético actual de Colombia, se hace cada vez más imperativo un programa. Los comentarios recientes sobre la necesidad de reducir la dependencia del petróleo en Colombia y de buscar una perspectiva energética baja en carbono, así como el interrogante de qué pasará con el fracking, dan fe de la necesidad de dar un giro al sector.
El punto central de la discusión parte de la base de que el ex presidente Juan Manuel Santos dejó como herencia un mermado sector energético colombiano; incierto tanto en políticas como en proyectos, planes y estrategias gubernamentales.
Duque se enfrenta a un sector petrolero alicaído, sin dirección. Los retos inherentes que afronta el rubro se han venido agudizando dado el contexto global y regional de la transformación energética y el afán de innovar e incorporar un nivel más elevado y competitivo de renovables no hídricos.
Inclusive, en algunos segmentos del sector energético, tal como los hidrocarburos, se percibe cierta parálisis. En otros, tales como el manejo de la integración de las energías renovables, existen normas y regulaciones en desarrollo; no obstante, aún no son claras las metas globales y estrategias de implementación, refiere una publicación del Instituto de las Américas.
Iván Duque enfrenta un mermado sector energético colombiano
Durante mucho tiempo, Colombia convocó a inversores de petróleo y gas tras grandes cambios en las políticas y normativas a comienzos de los 2000, sin embargo, desde ese entonces, el país ha visto caer su producción de petróleo debido a los obstáculos derivados del colapso global de los precios, cuellos de botella en la emisión de permisos y una creciente oposición ciudadana.
Las cifras de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) reseñan que en 1999 la extracción de crudo en la nación neogranadina alcanzó un peldaño histórico tras producir 825.000 barriles por día (bpd). Sin embargo, inmediatamente en el 2000 se desplomó a 687.000 bpd.
Durante la bonanza de los precios del crudo las respuestas en materia de producción fueron tímidas. La extracción de crudo entre 2000 y 2009 fue en continuo descenso; y es en 2010 cuando comienza una ligera recuperación que elevó el bombeo a 785.000 bpd; para desembocar en 2014 en un nuevo récord de 1,007 millones de bpd. A partir de aquí comienza un nuevo retroceso que ha durado hasta 2018; su promedio gira en torno a 835.000 bpd.
Por otra parte, la visión estratégica y el papel que el gobierno del Presidente Duque le atribuya a Ecopetrol, será clave. Además, el desequilibrio fiscal creado por el auge del petróleo ha generado un debate importante y de cierta manera ha confundido la visión estratégica del gobierno para el sector. Cabe también agregar a la mezcla la atención devoradora del Proceso de Paz durante el período de Santos.
Colombia rezagada con las renovables
Al igual que en muchos países de la región, Colombia se ha beneficiado de un sector eléctrico compuesto en gran parte de energía hidroeléctrica que permite un suministro crítico y a costos históricos favorablemente. Al mismo tiempo, el creciente impacto y la variabilidad causada por los eventos climáticos y particularmente los efectos de El Niño, ocasionalmente han llevado al sector eléctrico al borde.
Estos elementos, además de los esfuerzos para diversificar la matriz energética, han dado lugar a medidas políticas y legislación para impulsar las energías renovables no convencionales en la mezcla. En el 2010, se fijaron metas para aumentar la generación no hidráulica a 6.5% (en la red) y 30% (áreas sin conexión a la red) para el 2020.
Además, la legislación y las regulaciones aprobadas y desarrolladas en los últimos cuatro años han proporcionado un esquema importante para el desarrollo de la energía renovable en Colombia; pero en muchos sentidos el avance ha sido solo incremental. En comparación con otros mercados en América Latina, Colombia se ha quedado rezagada en términos de implementación de políticas y atracción de inversiones en energías renovables.
La administración del Presidente Duque aparentemente ha comenzado a llenar este vacío; el mandatario apoya la primera subasta de energía renovable del país a realizarse en los próximos meses; la idea es comenzar a superar el mermado sector energético colombiano.
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