POR CAMBIO16
21/07/2017
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En una semana donde sucesos como el de Barcelona, Turku (Finlandia) y Dusseldorf pusieron de manifiesto la presencia inequívoca del radicalismo yihadista en la región y, como consecuencia, ha desatado el debate sobre la migración, la canciller alemana Angela Merkel defendió el domingo su decisión de abrir hace dos años las fronteras del país a cientos de miles de refugiados, una decisión que en otras ocasiones ha dicho que fue una respuesta necesaria a una emergencia humanitaria.
Durante un evento televisado de cara a las elecciones generales alemanas del 24 de septiembre -donde la canciller buscará un cuarto mandato- le preguntaron si actuaría diferente en caso de enfrentar la misma situación, a lo que ella respondió: «todavía creo que mi decisión fue la correcta».
El arribo de casi un millón de refugiados a Alemania en 2015 le ganó a Merkel críticas duras por parte de algunos políticos de derecha, incluso de sus aliados conservadores en Bavaria.
Sin embargo, Horst Seehofer, quien encabeza el partido hermano de la Unión Demócrata Cristiana de Merkel en Bavaria, pareció retractarse el domingo de su llamado a limitar el ingreso de refugiados.
Antes, Seehofer había pedido que se limitara a 200.000 refugiados por año.
«La situación ha cambiado, Berlín ha cambiado el curso», dijo Seehofer en la radio pública ARD. «Ahora tenemos significativamente menos inmigración que en el momento en que hice esas declaraciones».
El político respondió a la pregunta de si la Unión Social Cristiana de Baviera firmaría una nueva coalición con Merkel y la UDC sin recibir garantías de que habrá un número máximo de refugiados permitidos en Alemania. La canciller ha rechazado tal cifra.
Seehofer dijo que buscará asegurarse de que las medidas ya adoptadas para reducir la llegada de refugiados, sean protegidas por el nuevo gobierno después de las elecciones.
Merkel, en ventaja
Los políticos alemanes optaron por poner en sordina la campaña electoral este fin de semana para honrar a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils. No obstante, a cinco semanas de unas elecciones cruciales para Europa, la “campaña soporífera (aburrida)”, como ha sido apodada por la prensa alemana, avanza sin grandes estridencias y marcada por la hasta ahora inquebrantable ventaja de Merkel.
Las últimas encuestas dicen además que a los alemanes no les preocupa en exceso la crisis de los refugiados. Les quita más el sueño la lucha contra el terrorismo y la salud de su envejecido bolsillo, dos temas en los que la Unión Democristiana (CDU) de Merkel parte con ventaja.