Por Anna Buj (Efe)
El edificio One World Trade Center de Nueva York, más conocido como la Torre de la Libertad, acaba de presentar su nuevo observatorio que, a 381,25 metros de altura, ofrece una escalofriante vista de Manhattan, Brooklyn y Nueva Jersey.
«No solo es la mejor vista de Manhattan, ¡es la mejor vista del mundo!», subrayó Dave Kerschner, el presidente de Legends, la empresa que opera el observatorio y que ha invertido 85 millones de dólares en la construcción de la atracción en los últimos pisos del edificio más alto del hemisferio occidental.
Si las condiciones meteorológicas lo permiten, los visitantes pueden observar hasta una distancia de más de ochenta kilómetros desde las ventanas de los pisos 100, 101 y 102. Es, literalmente, ver desde las mismas nubes que muchos días ocultan la cima del rascacielos.
Pero, además de una posición geográfica estratégica que permite identificar lugares tan emblemáticos como el Empire State, el puente de Brooklyn o la Estatua de la Libertad, el One World Trade Center tiene una gran carga simbólica al haber sido construido en el terreno en el que antes se erigían las anteriores líderes del skyline neoyorquino, las Torres Gemelas.
«No creo que nadie sea capaz de olvidar jamás, pero nuestro punto de vista es ser siempre respetuosos con el hecho pero al mismo tiempo ser muy optimistas sobre el futuro y contar una historia sobre hoy y sobre lo que está por venir», aclaró Kerschner.
Destinada a mostrar el orgullo de la recuperación neoyorquina tras la tragedia, la torre y su aguja tienen exactamente 1.776 pies de altura (542 metros), en referencia al año de la declaración de independencia de Estados Unidos, y de ahí se deriva su patriótico sobrenombre.
Sin un nuevo homenaje a las cerca de 3.000 víctimas de los atentados más terribles en Nueva York -el observatorio proveerá entradas a los familiares y a los bomberos que trabajaron en el rescate-, el único recuerdo al 11S se articula mediante el uso de las tecnologías punteras, que no dejan de sorprender a lo largo de la visita.
47 segundos
Así, al subir hasta la cima en ascensor en un tiempo récord de 47 segundos, los visitantes se encuentran con un vídeo que simula unas ventanas y permite ver la evolución de Nueva York desde su fundación y hasta la actualidad en una «representación razonablemente fiel» en la que aparecen las Torres Gemelas durante los años en que formaron parte del skyline.
«La gente con la que hemos hablado y que lo han visto piensa que lo tratamos de forma correcta y muy respetuosa», insiste el presidente de Legends sobre la experiencia, que tiene su versión nocturna.
Las nuevas tecnologías también juegan un papel destacado en los momentos previos a la subida, con un mapa interactivo en la entrada que identifica la nacionalidad de los visitantes en tiempo real, un vídeo que muestra el proceso de construcción del edificio y las voces de los trabajadores que lo hicieron posible, y una aparente cueva de granito que recuerda el principal material del edificio.
Una vez en las alturas comienza la experiencia See Forever (ver para siempre) a través de la presentación de un vídeo de dos minutos, cuya pantalla se acaba elevando hasta dejar a la vista la increíble panorámica de Nueva York desde el cuarto edificio más alto del mundo.
«Ver para siempre significa tantas cosas, significa ver hoy y en el mañana, significa ver para siempre, ver 50 millas (80 km) desde aquí… Ver para siempre es todas las posibilidades que la vida tiene que ofrecer», considera Kerschner.
Las nuevas tecnologías también se adaptan a la panorámica con un anillo y un conserje interactivos que explican los principales atractivos de Nueva York con solo señalar con el brazo, o con «Sky Portal», un disco circular de 4,27 metros de diámetro que permite ver las calles circundantes a la torre en tiempo real.
Con su apertura al público el próximo 29 de mayo, el observatorio del One World Trade Center pone fin al proceso para ocupar el vacío que dejaron hace 13 años las Torres Gemelas y da el empujón definitivo a la recuperación del Bajo Manhattan después de la tragedia.