Por Benito Guerrero
18/03/2017
Viajar, sentir, recordar o sonreír son los verbos que puedes conjugar sentado a la mesa en el Medea. Situado en pleno corazón de Chamberí, este restaurante esconde tras tu puerta una carta llena de emociones y una pasión: el cine.
Su chef, Luís Angel Pérez, ha mezclado el dinamismo del cine en la cocina para dar lugar a una carta en constante evolución. Pérez confiesa tímidamente que tiene a aburrirse fácilmente y esto le lleva a mejor los platos, las presentaciones y a buscar nuevos sabores continuamente.
A partir de sus propias reflexiones, este chef busca «más que dar de comer rico, despertar emociones y pensamientos». Estudió cine porque lo suyo era contar historias, pero su pasión por la comida pudo más y decidió formarse en hostelería para seguir haciendo eso: transmitir ideas y conceptos utilizando únicamente el lenguaje la gastronomía.
El nombre del restaurante es, también, el título de una película de su director favorito, el danés Lars von Trier, que se estrenó el año en que él nació (1988). Luis Ángel lo ha tenido muy claro desde el principio y siempre ha querido hacer algo distinto de lo habitual.
Con capacidad para solo 20 comensales, la decoración de Medea es pura austeridad, con paredes desnudas y colores sobrios, porque lo realmente importante está en el plato.
La particularidad de estos menús es que no están escritos ni preconcebidos sino que se personalizan totalmente para cada mesa en función de los gustos particulares y las preferencias de los comensales: “si son más de carne, de pescado o de verduras, si les apasionan la casquería, las setas o los sabores asiáticos o si les gusta el picante”, explica.
La cocina de Luis Ángel, que se formó en Zalacaín, DiverXo, Aponiente y Arriba (el restaurante de Ramón Freixa en Platea), es una cocina reflexiva, viajera y con una sólida base conceptual detrás.
Sus platos parten de la tradición, incorporan ingredientes del léxico culinario mundial y utilizan la vanguardia pero solo como herramienta para conseguir texturas o potenciar una sensación.
«No me gusta la técnica por la técnica», asegura un chef que ejerce la cocina del mimo y la paciencia, que apuesta por los tiempos largos, los fondos y los jugos y que tiene entre sus ingredientes fetiche las hierbas aromáticas y el picante.
Medea es el restaurante ideal para aquellos que buscan nuevas experiencias y están aburridos de encontrarse siempre lo mismo en los menús de los restaurantes. Déjate sorprender en la calle Ríos Rosas, 45 de Madrid.