Matt Strassler es un físico teórico que ha pasado su vida intentando desentrañar los secretos del cosmos. Algo que, según sus propias palabras, es como navegar en las “olas de un mar imposible”. Frase con la que titula su más reciente libro. Cuyo objetivo no es iluminar a sus colegas científicos, sino a todos nosotros, espectadores del gran espectáculo cósmico.
Nuestras acciones reverberan en las ondas del universo. Al comprender nuestra relación con el cosmos, encontramos un mayor sentido de pertenencia y responsabilidad hacia nuestro planeta y hacia nosotros mismos. El de Strassler no es un libro de texto, ni una tesis académica. Es una conversación en las que nos pasea por las complejidades teóricas con las cuales los físicos intentan explicar cómo funciona el universo. Y, por lejano y ajeno que nos parezca, de qué manera está presente en nuestro quehacer cotidiano.
Con una trayectoria de más de tres décadas dedicada a la investigación, ha sido un actor clave en el emocionante campo de la física de partículas, especialmente en el contexto del Gran Colisionador de Hadrones. No solo es un científico; es un narrador apasionado. A través de la prosa clara y elegante de su nuevo libro, nos recuerda que somos parte del océano cósmico. En “Olas en un mar imposible” nos invita a navegar las ondas del conocimiento. Una lectura imprescindible para todos los interesados en comprender los misterios del cosmos.
Matt Strassler científico y divulgador
Matt Strassler cree firmemente que la ciencia debe ser una fuente de asombro y emoción para todos. A través de su sitio web y sus redes sociales, comparte sus conocimientos de manera clara y sencilla. Explica conceptos complejos de forma que sean comprensibles para un público amplio. Su pasión por la divulgación científica se refleja en su capacidad para hacer que los últimos descubrimientos en física de partículas sean accesibles incluso para aquellos que no tienen formación en las ciencias puras.
Con una sólida formación académica, Strassler ha trabajado en algunas de las instituciones de investigación más prestigiosas del mundo, como Harvard. Su carrera ha estado marcada por importantes contribuciones a la teoría de cuerdas, la teoría cuántica de campos y la física de partículas. A pesar de su éxito académico, Strassler dedica gran parte de su tiempo a la divulgación. Su objetivo es inspirar a las nuevas generaciones de científicos y fomentar un mayor interés por la investigación.
Su nuevo libro, «Ondas en un mar imposible», es un testimonio de su compromiso por hacer la ciencia accesible a todos. Strassler guía al lector a través de los conceptos fundamentales de la física moderna, sin asumir conocimientos previos. Su objetivo es demostrar cómo la ciencia, y en particular la física de partículas, está intrínsecamente ligada a nuestra experiencia humana.
Mismo vacío
En una reciente entrevista con Gizmodo, Strassler explicó que su objetivo es ayudar a los lectores a ver el universo como un todo integrado, en el que estamos profundamente conectados, tanto en un sentido físico como espiritual. Una de las primeras cosas que intenta hacer en su libro es romper esa dicotomía según la cual tendemos a pensar en el universo en general, como ese “gran lugar en el que vivimos”. Mientras que las cosas diminutas que ocurren dentro de nosotros o dentro de los materiales que nos rodean, no las conectamos con el cosmos. “Por supuesto, están profundamente conectados”, afirma. Al universo, solíamos llamarlo espacio exterior, “y pensamos en él como un vacío. Es vacío. Pero lo que está dentro de nosotros también está mayormente vacío. Es el mismo vacío”.
Para Strassler no hay distinción entre el exterior y el interior. “No estamos desconectados de ese gran universo (…) estamos hechos de él”. Es el mensaje que quiera transmitir y que espera cambie la perspectiva de la gente sobre lo que significa estar vivo en el universo. “No solo vivimos en él, sino que crecemos a partir de él en un sentido muy significativo: no solo en un sentido espiritual, sino en un sentido físico muy explícito”.
Más que partículas
¿Qué somos realmente? Strassler nos desafía a mirar más allá de las partículas aisladas. En inglés, una partícula se percibe como algo localizado, como un grano de polvo. Pero cuando comprendemos que esas partículas son ondulaciones en los campos del universo, todo cambia. Los campos se extienden por todas partes, a través de todo el cosmos.
Esta perspectiva, basada en la mecánica cuántica, nos revela una realidad mucho más fluida y conectada de lo que podríamos imaginar. Strassler enfatiza que estas ondas no están aisladas, sino que forman parte de un todo cósmico. Esta interconexión sugiere que todo lo que existe en el universo está fundamentalmente ligado, desde las partículas subatómicas hasta las galaxias más lejanas.
“Es una manera muy diferente de entender de qué estamos hechos. No estamos hechos de estas pequeñas cosas localizadas que se mueven en el universo. Estamos hechos de ondas de un universo, y esa es una imagen muy diferente”.
Un enfoque que puede tener implicaciones importantes para nuestra comprensión de la física y la naturaleza fundamental de la realidad. Al ver las partículas como ondulaciones en los campos del universo, podemos desarrollar una comprensión más profunda de cómo interactúan y cómo se relacionan con las fuerzas fundamentales del universo.
El universo es díficil
El autor reconoce la complejidad inherente a su campo, pero también su convicción de que es posible hacerla accesible a un público más amplio. Busca tanto ofrecer una nueva perspectiva a los lectores familiarizados con la física de partículas como introducir a un público general en temas complejos.
El campo de Higgs se presenta como un caso de estudio ideal para mostrar cómo conceptos aparentemente abstractos pueden tener implicaciones directas en nuestra vida cotidiana. Strassler busca eliminar las barreras que dificultan la comprensión de la física, pero sin simplificar en exceso. Su objetivo es tratar de contar una historia, que, aunque no explica toda la física de partículas, recorre un camino que lleva al lector “a través de todas las cosas que necesitaría saber para empezar de cero y salir al final con una idea de cómo funciona el universo y cómo encajamos en él”.
El autor reconoce que la física es un campo complejo y que no existe una forma sencilla de explicar todos sus conceptos. Sin embargo, esto no lo disuade de intentar hacer su mejor esfuerzo. “Requiere comprender temas que no son difíciles sólo porque «la física sea difícil». Son difíciles porque el universo es difícil. Es duro para mí. No puedo hacerlo más fácil de lo que es para mí”.
Ni tan esotérico
Strassler reconoce que la relatividad y la física cuántica pueden parecer temas abstractos y difíciles de entender, pero en su libro los presenta como la base de nuestras experiencias cotidianas. Utiliza preguntas sobre la vida cotidiana para introducir estos conceptos y mostrar cómo están conectados con nuestras vidas.
“Estos temas, que parecen remotos y muy esotéricos… no lo son. Están profundamente arraigados en la experiencia humana ordinaria. Eso era realmente lo que quería transmitir en este libro. Estos temas que suenan un tanto extraños, tienen su origen en Einstein y a menudo los medios de comunicación y los científicos hacen que parezcan «caramba» -y lo son- son más que eso. Son la base de nuestras experiencias cotidianas”.
Para el físico la historia de la partícula de Higgs es en realidad la historia de un campo conocido como el campo de Higgs, que es mucho más importante que la partícula. Pero para entender qué es el campo de Higgs y cómo funciona, es necesario entender la relatividad de Einstein y la física cuántica. En última instancia, el libro ofrece una perspectiva más amplia sobre los avances realizados en física en los últimos 125 años.
Por eso dedica dos tercios de su libro a explicar ambos conceptos fundamentales antes de llegar al campo de Higgs. Era necesario entenderlos para poder explicar el campo de Higgs de una manera clara y comprensible. Aunque la relatividad y la física cuántica pueden parecer difíciles de entender, Strassler cree que, al presentarlos de una manera relatable y accesible, los lectores pueden apreciar su importancia y comprender cómo encajan en el panorama general de la física moderna.
Compleja belleza
La complejidad y la belleza de la física moderna es uno de los aspectos que enfatiza el científico en su diálogo con Gizmondo. Aunque reconoce las limitaciones de nuestro conocimiento actual. “Sé que son temas difíciles. No son difíciles en el sentido de que haya que saber matemáticas para abordarlos, pero son difíciles en el sentido de que son extraños y difíciles de entender, incluso para los científicos”.
Señala que el descubrimiento del bosón de Higgs y la falta de descubrimientos inmediatos después de él han dejado nuestra comprensión del universo en un lugar interesante. Con muchas preguntas sin respuesta y muchos cabos sueltos. En cierto modo, 10 años después del descubrimiento del bosón de Higgs, y el descubrimiento de las ondas gravitacionales, “las cosas salieron más o menos como pensábamos”.
A su juicio no hubo grandes sorpresas. Considera que es un buen momento para hacer balance y mirar lo que hemos aprendido de la relatividad de Einstein, por un lado, y de la física cuántica y toda su realización en la física de partículas, por otro, “y ver cómo encaja todo e intentar describirlo realmente como un paquete”.
“Utilizando un cliché, esto es más bien el final del principio. Hemos conseguido algo realmente extraordinario en los últimos 125 años. Pero también es evidente que, en cierto modo, todavía estamos al principio de nuestra comprensión de cómo funciona realmente el universo.»
Un nuevo camino
A lo largo de la entrevista Strassler presenta una visión equilibrada y realista del futuro de la física de partículas, enfatizando la necesidad de perseverancia y creatividad para seguir avanzando en nuestra comprensión del universo. “Hasta el descubrimiento del bosón de Higgs, ha habido un camino (…)Y por primera vez en 150 años, eso ya no es cierto. Ahora no tenemos un camino claro. Tenemos muchos caminos posibles, y no sabemos realmente cuál es el mejor. Y esto es parte de por qué hay tanta controversia sobre la física de partículas en este momento”, apunta.
Hay muchas preguntas sin respuesta. Pero muchas cosas que se saben brindan una oportunidad decente de encontrar algo nuevo. “Pero no tenemos el tipo de confianza que hubiéramos tenido hace 30 o 60 años, de que la próxima oleada de experimentos responderá definitivamente a una o más de las preguntas que tenemos”. No obstante, cree que hay conocimientos con los cuales hay una buena oportunidad de descubrir algo nuevo. El Gran Colisionador de Hadrones (LHC), con 10 años más de funcionamiento y 10 veces más datos por delante, podría revelar sorpresas inesperadas, afirma. Strassler no se declara optimista ni pesimista. Insiste en la importancia de ser creativos en el análisis de los datos del LHC.
«Lo que probablemente podemos decir con cierta certeza es que las ideas más populares sobre lo que podría encontrarse en el Gran Colisionador de Hadrones están en su mayoría descartadas o son improbables en este momento. Pero hay muchas cosas, muchos ejemplos en la historia, en los que lo realmente interesante fue algo que ningún físico teórico había imaginado”.