Por Cambio16
15/02/2018
Un ex agente del FBI ha mostrado en un minuto el dolor que siente EEUU tras la masacre en Florida. La escena, ocurrida en CNN, se ha hecho viral en medio de la tristeza tras el tiroteo masivo en la escuela de Parkland.
La escena fue un intercambio entre el presentador de CNN Wolf Blitzer y Phil Mudd, un ex agente del FBI y experto en antiterrorismo que es analista de CNN. Blitzer le pregunta a Mudd sobre su perspectiva sobre los tiroteos de Parkland como un ex miembro del FBI. «Piensas que soy insensible», dice Mudd sobre la violencia. «No es así».
Para ilustrar el horror del derramamiento de sangre, Mudd comienza a hablar de un terrorista enviado por ISIS y Al-Qaeda para hacer explotar un coche bomba, que terminó perdiendo gran parte de su piel, manos y pies. Luego Mudd vuelve al tiroteo de la escuela:
«Tengo 10 sobrinas y sobrinos«, dice. «Estamos hablando de baches, estamos hablando de legislación«. La voz de Mudd comienza a temblar. «Un hijo de Dios está muerto. ¿No podemos reconocer en este país que no podemos aceptar esto?«. En este punto, él termina la entrevista, llorando, diciendo que no puede continuar. Un sombrío Blitzer vuelve a presentar a Mudd, señalando: «La gente dice que tenemos que aprender algunas lecciones, desafortunadamente, las lecciones nunca, nunca se aprenden».
La reflexión tras la masacre en Florida
Puede sentirse intrusivo ver una presentación emocional como la de Mudd en la televisión. Sin embargo, el momento también es un recordatorio necesario de la cantidad de estadounidenses que presencian una serie aparentemente interminable de muertes de niños.
A menudo se dice que la sociedad estadounidense se ha vuelto insensible a los tiroteos escolares. Los tiroteos de Columbine High School en 1999 fueron el centro de la atención nacional durante semanas. Desde entonces, parece haber tantas masacres que hay poco tiempo para procesar una antes de que otra llegue a las noticias. Hoy no estamos ni siquiera dos meses en 2018, y ha habido ocho tiroteos escolares este año.
Pero incluso un analista de televisión y un experto en terrorismo, cuyo trabajo significa sumergirse en la violencia cotidiana, no puede permanecer estoico para siempre.