La COVID-19 continúa en el mundo reflejando dos rostros diferentes. A partir del lunes 15, más del 70% de España entra en fase 3, pero en los Estados Unidos y en América Latina, el SARS-COV-2 se propaga con fuerza.
Después de unos de los confinamientos «más duros» de Europa, como este vienes lo calificó el ministro Salvador Illa, España da un paso adelante hacia la «nueva normalidad», en momentos en que Sanidad continúa sin actualizar el número de fallecidos. Desde hace 16 días, cuando cambió la forma de notificación de los datos, la cifra se mantiene en 27.136. El informe diario del Ministerio sí se refiere, sin embargo, a los contagiados que se mantienen a la baja al pasar de 167 a 156 en las últimas 24 horas. De ese total, 72 proceden de la Comunidad de Madrid y 27 de Cataluña.
Illa y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón informaron que a excepción de Madrid, Barcelona, Lleida, Soria, Segovia, Ávila y Salamanca, que permanecerán en fase 2 al menos una semana más, el resto de España entrará a la 3, no así Galicia que pone fin a su estado de alarma.
“Estamos adquiriendo cada día mejor capacidad de detección precoz de casos sospechosos, su confirmación o descarte. Detectamos 55.000 sospechosos semanales, y entre el 90% y el 93% de ellos se les hace prueba PCR, un porcentaje que va incrementándose. Todo esto nos permite pensar que estamos en situación muy controlada y por lo tanto valorar cambios de fase”, dijo Simón.
No obstante, en la última semana se han detectado 245 casos y una de las regiones más perjudicada ha sido el País Vasco. El brote en el Hospital Universitario de Basurto (Bilbao) añadió otros cuatro positivos para un total de 29 y registró una nueva muerte, que elevó a dos los fallecidos, ambos con patologías previas. Del total de afectados 11 eran profesionales sanitarios, 11 pacientes y siete visitas o contactos estrechos.
Posición común con respecto a las fronteras
En el caso del hospital de Txagorritxu (Vitoria) se conocieron tres nuevos casos para un total de siete. Y el fallecimiento de uno de los pacientes que se encontraba gravemente enfermo.
Hasta hora se manejan varias hipótesis de lo sucedido. Una de ellas es que «coincide que hubo un momento en el que varias de las personas infectadas tuvieron una actuación conjunta ante una situación urgente», ha dicho la consejera de Salud del País Vasco, Nekane Murga. Para Simón, aunque «no podemos considerarlo controlado, aparentemente va bien», dado en que están “bien delimitados”.
Illa expresó que España ha tenido una de las desescaladas más rápidas y seguras, porque viene de uno de los confinamientos “más duros” de la Unión Europea. Precisó que el 21 de junio finaliza el decreto de alarma y “a partir de ese día no hay restricciones de la movilidad. Las comunidades autónomas pueden adoptar decisiones de salud pública en el marco de sus competencias”.
Asimismo, Simón señaló que al menos 100 de los positivos de la última semana han sido casos importados, por lo que hay que tener una posición en común con los socios europeos con respecto a las fronteras. El 1 de julio es la fecha fijada para que el país pueda abrirse de forma segura a ciudadanos de otros países.
El Gobierno ha autorizado este viernes la apertura de un corredor turístico seguro con Baleares a partir del 15 de junio.
La COVID-19 se expande por EE UU
Desde que el coronavirus comenzó a golpear con fuerza a los Estados Unidos, los focos del mundo han estado concentrados en el estado de NY, que en algún momento fue el epicentro de la pandemia.
Pese a ser la zona más castigada de EE UU con 381.000 casos confirmados y 24.442 fallecidos, las medidas de aislamiento y de higiene sanitaria han logrado frenar el avance del virus en Nueva York registrándose este jueves unos 1.000 contagiados. A mediados de abril el número de casos era 10 veces esa cantidad.
Sin embargo, hoy el mapa del coronavirus se ha dispersado. California, en la costa oeste, se ha convertido en uno de los nuevos focos con 133.000 contagios y 4.697 muertos. Otros estados, que apenas habían sido tocados por el SARS-CoV-2, experimentan altas tasas de infecciones. En la última semana se dispararon los nuevos casos en Alaska, Arizona, Arkansas, Carolina del Norte y del Sur, Dakota del Norte y del Sur, Florida, Georgia, Hawai, Kentucky, Michigan, Nevada, Nuevo México, Oklahoma, Oregon, Utah, Vermont y Washington, más de un tercio de los 50 estados del país.
Por ejemplo, Georgia, uno de los primeros estados que reabrió su economía, registró 933 nuevos casos, la mayor cifra desde el 1 de mayo. Es un incremento de 37 % con respecto a los siete días anteriores. 167 personas han muerto en los últimos tres. En Florida se alcanzó una cifra récord este jueves con 1.698 nuevos contagios, reseñó EFE.
Para este viernes, la cifra de contagiados se ubica en 2.023.690 y 113.822 fallecidos en los Estados Unidos. Y más al sur, en América Latina, los enfermos sobrepasan la cantidad de 1.500.000, con 800.000 solo en Brasil, que ya superó los 40.000 decesos.
OMS: Rusia debe revisar su método de conteo
En Rusia, el número de infectados se acerca a los 511.000, pero el de fallecidos es de 6.705, lo que desde hace semanas viene poniendo en dudas las cifra del gobierno de Vladimir Putin. La misma OMS (Organización Mundial de la Salud) ha colocado sobre la mesa su incredulidad. Michael Ryan, director ejecutivo de la OMS, ha admitido que «cuesta creer» el bajo índice de mortalidad en el gigante euroasiático.
«Es inusual que la cantidad de muertos en relación con la cantidad de infecciones sea tan baja». Señaló que Rusia y Europa no presentan grandes diferencias en cuanto a edad media de la población o sistema sanitario, pero los índices de mortalidad que registra incluso están por debajo de países como Alemania.
“Es muy poco usual ese desfase y cuesta entender. Es importante que el Ejecutivo ruso vuelva a analizar su método de conteo y se asegure de que lo mantiene al día de forma correcta«.
Según la OMS, en Europa se han notificado hasta el martes algo más de 2,3 millones de casos y casi 185.000 muertos, con una tasa de letalidad del 8%. En Rusia es del 1,29%.
Las declaraciones de Ryan obligaron a una reacción del Kremlin, que negó cualquier contradicción o manipulación. El portavoz Dmitri Peskov propuso que el ente estatal encargado de velar por la salud de los consumidores, Rospotrebnadzor, contacte a la OMS y le ofrezca las explicaciones pertinentes.
UE: La crisis de la COVID-19 no ha terminado
Mientras la pandemia registra este viernes en el mundo 7.547.550 contagiados y 422.058 decesos, según la Universidad Johns Hopkins, Europa avanza en su proceso de desescalada y está próximo que las naciones del bloque abran sus fronteras. Pero no hay que bajar la guardia.
La máxima responsable de salud de la Unión Europea dijo este viernes que la crisis sanitaria que ha causado la COVID-19 en el continente no ha terminado. Stella Kyriakides instó a los gobiernos a mantenerse alerta y seguir adelante con las pruebas y el seguimiento a la población.
«Esto no ha quedado atrás todavía. Tenemos que estar atentos», dijo por videoconferencia la comisaria de Salud de la UE.
Asimismo, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades anunció que “la ola inicial de transmisión alcanzó su pico en todos los países, excepto en Polonia y Suecia”. Y predijo una aceleración moderada en el continente en las próximas semanas.
Andrea Ammon, directora del ECDC, resaltó la importancia de mantener el distanciamiento físico, la higiene de las manos y lo que ella llamó “etiqueta respiratoria”.
Las autoridades sanitarias en Europa temen que el virus se pueda propagar entre las decenas de miles de personas que se manifiestan en las grandes ciudades contra el racismo, a raíz de la muerte en Minneapolis del afroamericano George Floyd, a manos de un policía blanco.
“Los eventos masivos podrían ser una ruta importante de transmisión”, afirmó Martin Seychell, de la Comisión de salud de la UE.
Twitter desmonta campaña de Pekín
Más de 170.000 cuentas que difundían información “engañosa” favorable al gobierno de China desmanteló Twitter, que en las últimas semanas asomó, incluso, la posibilidad de suspender la cuenta del presidente de EE UU Donald Trump, de 81.700.000 seguidores y una de las 10 más populares del mundo, si no se somete “a las reglas de Twitter”.
Las cuentas eliminadas en China por la gigante tecnológica estaban vinculadas a una “operación de influencia de red” respaldada por Pekín, que entre los mensajes falsos que difundían había relacionados con el coronavirus.
A través del operativo se suspendió una red principal de 23.750 cuentas altamente activas y una red todavía más extensa de unas 150.000 cuentas “amplificadoras” que se utilizaban para impulsar el contenido de las primeras.
La actividad de depuración de Twitter llegó también a Hong Kong y Taiwán.
Este jueves, la Comisión Europea expresó estar convencida de que Rusia y China han utilizado la pandemia de la COVID-19 para propagar noticias falsas a través de las redes sociales y mejorar su imagen ante los ciudadanos europeos.
El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell, y la vicepresidenta y comisaria de Valores y Transparencia, la checa Vera Jourová, insistieron en la necesidad de que las grandes plataformas controlen sus contenidos del mismo modo que ha hecho Twitter con Donald Trump.
«La opinión es libre, pero los hechos son los hechos» subrayó Borrell.
Desde el año 2015, Bruselas sospecha de que en China y Rusia hay grandes departamentos especializados en circular informaciones falsas, algo que ha sido negado por ambos gobiernos.
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