Nueva Zelanda se mantiene en estado de emergencia luego del paso del ciclón Gabrielle, con un saldo hasta el momento de 11 muertos, más de 5.000 desaparecidos y pérdidas millonarias en infraestructura. El gobierno lo atribuye a la escala de desastres por el cambio climático.
En enero se registraron tormentas, fuertes vientos e intensas lluvias que hicieron de este comienzo de año un período inusualmente húmedo. Pero, la última ronda de clima extremo a mediados de febrero, detectó la formación y paso vertiginoso del ciclón. Provocando “inundaciones destructivas, marejadas impetuosas y deslizamientos de tierra en la región”, informó MetService, el servicio meteorológico de Nueva Zelanda.
El primer ministro neozelandés, Chris Hipkins, calificó a Gabrielle como el mayor desastre natural del siglo en el país y declaró el estado de emergencia nacional
El fenómeno natural inusual destruyó huertos, viñedos y cultivos agrícolas en algunas de las regiones más productivas de Nueva Zelanda. Además de ocasionar la cancelación de vuelos, daños de carreteras, viviendas e infraestructura. Así como la interrupción del servicio eléctrico dejando a unas 62.000 personas sin el servicio en varias localidades.
El número de víctimas es de al menos, 11 víctimas, mientras las autoridades continúan con las operaciones de búsqueda después de cinco días de que el ciclón asolara la isla norte del país oceánico.
Según recoge el diario The New Zealand Herald, la comandante superintendente del Distrito Este, Jeanette Park, afirmó que se han rescatado a 3.000 personas. Pero indicó que continúan más de 5.000 peticiones de búsqueda de personas desaparecidas.
Sorpresivo el ciclón Gabrielle en Nueva Zelanda
El alcance del desastre del ciclón Gabrielle se vuelve más claro cada día en Nueva Zelanda. A medida que se confirman más muertes y se mantiene el alto número de desaparecidos, señaló Chris Hipkins en un recorrido por las zonas afectadas este domingo. Indicó que el esfuerzo de reconstrucción vendrá con algunas «decisiones difíciles» y un «gran precio».
“Esto va a ser grande”, agregó el primer ministro en una sesión informativa de la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias (Nema) en Wellington.
La mayoría de los cultivos en Hawke’s Bay y Tairāwhiti están completamente destruidos, los puentes y las carreteras son arrasados. La infraestructura vital está severamente dañada y comunidades enteras aún están aisladas del resto del país.
Entretanto, el ministro de Finanzas de Nueva Zelanda, Grant Robertson, manifestó durante una entrevista para el canal TVNZ que el costo total de los desperfectos causados por el ciclón Gabrielle será de «miles de millones». El funcionario reconoció que espera que el costo total sea similar al de los terremotos de Christchurch de 2011, que rondó los 13.000 millones de dólares neozelandeses (7,5 millones de euros), reseñó Europapress.
«Eso es más o menos lo que estamos viendo ahora mismo en términos de costos», asomó. En este sentido, las viviendas, el acceso a los alimentos, el agua y la energía son las prioridades para el Gobierno en materia de asignación de fondos en caso de desastre. Mientras confirmó que las redes de transporte han sufrido graves daños que llevará tiempo en reparar.
«Estamos analizando sector por sector y lo que se necesita en cada uno», añadió Robertson. «El paquete que brindamos en Northland podría ser bastante diferente al que brindamos en Hawke’s Bay», comentó el ministro en declaraciones recogidas por el canal 1News.
Aflora el cambio climático y la inacción política
El tema del cambio climático aglutinó el debate en Nueva Zelanda a raíz del ciclón Gabrielle y las inusuales tormentas previas. Y, según el ministro de Cambio Climático y colíder del Partido Verde, James Shaw, la crisis del clima debe superar las disputas de los partidos políticos.
Tras los daños causados por las inundaciones de Auckland y el ciclón, expresó su malestar por décadas de inacción política. “Sabemos sobre el cambio climático desde finales de la década de 1980. Establecimos un marco de la ONU en 1991. Y, sin embargo, hemos tardado tanto en llegar a la línea de salida. Que (hemos perdido) el tiempo que teníamos disponible para tomar un curso de acción diferente y evitar que esto suceda”.
Shaw adicionó: “Regalamos nuestra ventana de oportunidad y ahora estamos lidiando con las consecuencias”.
Asimismo comentó que “nunca” se había sentido “tan triste ni enojado por las décadas que perdimos discutiendo y discutiendo sobre si el cambio climático era real o no. Si los humanos lo provocaron o no. Si era malo o no. Si debemos hacer algo al respecto o no, porque claramente ahora está aquí. Y si no actuamos, (la situación) empeorará”.
La esperanza al final de la reciente serie de eventos climáticos nefastos es que ahora impulsen a los políticos a trabajar juntos en una hoja de ruta verde, confió. Y que puedan ayudar a proteger a los neozelandeses del impacto de futuras catástrofes de esta escala. “Pero eso es más fácil decirlo que hacer”.
Ayuda de otros países
Nueva Zelanda aceptó el apoyo de varios países. Veinticinco miembros del personal australiano de respuesta a emergencias están sobre el terreno en Hawke’s Bay. Y dos más ayudan al centro de coordinación nacional.
Hipkins aceptó también una oferta de ayuda de Fiji, que enviará 10 miembros del personal de la fuerza de defensa, cuatro miembros del equipo de bomberos y cuatro miembros de gestión de desastres.
Asimismo, Estados Unidos y Australia están ayudando con imágenes satelitales. Y el gobierno está en las etapas finales para asegurar la ayuda de un Hércules C-130 australiano para ayudar con la recuperación.
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