Unas 187 personas fallecieron y más de 400 resultaron heridas en Sri Lanka durante varios atentados perpetrados con el uso de artefactos explosivos dejados este Domingo de Resurrección en iglesias cristianas y hoteles de lujo. Así lo reflejan los balances preliminares divulgados por la policía y las fuentes sanitarias.
Al amanecer los aparatos detonaron en tres hoteles en Colombo, la ciudad más poblada del país asiático y considerada su capital comercial. En paralelo se registraron nuevas explosiones en una iglesia y en un templo católico de Katana, al oeste de Sri Lanka. Más tarde se registró otra detonación en un hotel de la capital ubicado en las cercanías del zoológico nacional. Luego de una seguida explosión en Colombo, el gobierno del país insular decidió decretar el toque de queda.
Las iglesias atacadas fueron las de San Antonio de Colombo, San Sebastián de Negombo y de Batticaloa. Los hoteles afectados fueron los de Cinnamon Grand, el Kingsbury y el Shangri-La, todos de categoría cinco estrellas.
Tras los atentados contra las Torres Gemelas, Bali y Madrid, #SriLanka sufre uno de los atentados terroristas más mortíferos de la Historia con al menos 188 muertos. Una cifra que, por desgracia, seguramente aumentará. https://t.co/DlWGRuRO18
— Pablo M. Díez (@PabloDiez_ABC) April 21, 2019
Gobierno de Sri Lanka convocó a gabinete de crisis
A través de los medios de comunicación las autoridades han pedido a la población mantener la calma y permanecer en sus hogares. Se registran muchas víctimas, muchas de ellas extranjeras.
El ministro para las Reformas Económicas y la Distribución Pública, Harsha de Silva, se apersonó en los lugares donde ocurrieron los atentados. Informó que de inmediato el Gobierno de Sri Lanka convocó la realización de un gabinete de crisis.
Declaró: “He visto miembros amputados esparcidos por todos lados. Equipos de emergencia están desplegados en su totalidad en todos los puntos. Hemos llevado muchas víctimas al hospital. Esperamos haber salvado muchas vidas”.
PM @RW_UNP met w ministers n senior military personnel; all measures taken to maintain peace. Security tightened. Please stay calm. Please act responsibly. Please NO politics. We must all act together as #SriLanka citizens. My condolences to all families who lost loved ones. pic.twitter.com/j6e3qEPgNt
— Harsha de Silva (@HarshadeSilvaMP) April 21, 2019
Por su parte el primer ministro esrilanqués, Ranil Wickremesinghe, condenó lo que calificó como “ataques cobardes». Expresó: «Hago un llamado a todos los esrilanqueses a permanecer unidos y fuertes en este momento trágico. El Gobierno está tomando medidas inmediatas para contener la situación».
I strongly condemn the cowardly attacks on our people today. I call upon all Sri Lankans during this tragic time to remain united and strong. Please avoid propagating unverified reports and speculation. The government is taking immediate steps to contain this situation.
— Ranil Wickremesinghe (@RW_UNP) April 21, 2019
Los medios de comunicación televisivos mostraron imágenes que comprueban la magnitud de los atentados. Una de las iglesias fue totalmente destruida. Entre los escombros y la destrucción grupos de voluntarios intentaban socorrer a las personas heridas y encontrar a supervivientes.
#Lanka: 6 attacks, 3 Churches, 3 Hotels targeted. So far 138 killed including 9 foreigners, 500 injured. Attackers identified.
United in prayers. pic.twitter.com/wh7AntRpra— SIGNIS Europe (@SIGNISEurope) April 21, 2019
Se repiten ataques a minorías religiosas
La serie de atentados en Sri Lanka ocurre en un día crucial para el catolicismo. En tiempos recientes se han repetido los ataques contra las minorías religiosas en el país. Allí convive una población cristiana que se calcula es cercana al 7 por ciento.
En 2018 el Gobierno de la nación ubicada en el Golfo de Bengala debió declarar un estado de emergencia. Tras producirse enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas que ocasionaron dos fallecimientos y decenas de heridos y detenidos.
Los ataques de este domingo constituyen uno de los más crueles registrados desde que finalizó la guerra civil en Sri Lanka. En su momento el conflicto étnico-religioso enfrentó a la mayoría budista cingalesa y a la minoría hindú tamil durante más de una década.
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