Más de 2.000 millones de personas viven en países con problemas de acceso al agua potable. La situación es especialmente grave en regiones áridas y semiáridas
En la costa atlántica de Marruecos, el pueblo de Agadir está emergiendo como pionero en la lucha contra el estrés hídrico global. Este lugar, conocido por su rica tradición pesquera, ha captado la atención internacional gracias al innovador enfoque que se le ha dado a la desalinización del agua necesaria para abastecer a la desértica región. Algo que podría ser crucial en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático.
La crisis hídrica global es uno de los desafíos más apremiantes del siglo XXI. Según la ONU, más de 2.000 millones de personas viven en países con problemas de acceso al agua potable. La situación es especialmente grave en regiones áridas y semiáridas, donde la escasez afecta tanto a la población como la agricultura. La tecnología de desalinización se conoce desde hace décadas. Según un estudio de las Naciones Unidas, hoy en día hay unas 16.000 plantas en funcionamiento en todo el mundo, aunque solo una fracción de ellas produce más de 100.000 metros cúbicos de agua al día.
Sin embargo, los procesos para transformar agua salobre en potable consumen una enorme cantidad de energía, la mayoría de las veces generada con combustibles fósiles, lo que aumenta no solo la huella de carbono, sino también los gastos de producción haciéndolos inviables en muchas ocasiones. A pesar de ser un país petrolero, la planta construida en el poblado de Marruecos para potabilizar el agua de mar utiliza energía renovable. Al utilizar energía eólica y solar, la planta no solo reduce su huella de carbono, sino que también asegura un suministro constante de agua vital en una región donde las sequías son cada vez más frecuentes y severas.
Ingenio español
La planta fue puesta en funcionamiento en 2022 y tiene capacidad inicial de 275.000 metros cúbicos de agua desalada al día. Se destinan 150.000 metros cúbicos de agua potable para cubrir las necesidades de un millón de personas y los otros 125.000 metros cúbicos son para riego agrícola. Existe la posibilidad de ampliar la capacidad de procesamiento a 400.000 metros cúbicos de agua desalada al día. El coste global del proyecto es de 420 millones de euros.
La planta desaladora ocupa una área de 20 hectáreas, y está ubicada en la costa atlántica a cuarenta kilómetros al sur de la ciudad de Agadir, dentro del parque nacional Souss-Massa. Tiene por objetivo satisfacer las necesidades de agua potable del Gran Agadir y de riego para la llanura agrícola de Chtouka. Con ello se busca preservar las actividades agrícolas, en particular los cultivos de alto nivel añadido, además de proteger las aguas subterráneas.
El proyecto es fruto de una colaboración publico-privada. La empresa encargada por el desarrollo del proyecto es la española Coxabengoa y los dos clientes son ONEE (Office Nacional de l’Electricite et de l’Eau Potable) y el Ministerio de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural y de Aguas y Bosques de Marruecos. La colaboración entre Marruecos y la firma española es un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede abordar problemas globales y el uso de energías renovables. Este proyecto no solo beneficia a la región de Agadir, sino que también ofrece un modelo replicable en otras partes del mundo afectadas por la escasez de agua.
Especialistas en sostenibilidad
Coxabengoa es una empresa centrada en los sectores de agua y energía renovable integrada. Las áreas de infraestructuras, principalmente líneas de transmisión y la división de servicios, donde se integra operación y mantenimiento de plantas, son el fuerte de los negocios del grupo líder global en la conservación y gestión eficiente de recursos hídricos
La compañía desarrolla grandes proyectos en desalación, depuración urbana e industrial, potabilización e infraestructuras hidráulicas, así como proyectos de canalización para instituciones públicas, clientes privados e industriales. Con presencia en Sudamérica (Argentina, Brasil, Chile y Uruguay), Norteamérica (Estados Unidos y México), Europa (Bélgica, Dinamarca, Francia y Reino Unido), África (Argelia, Ghana, Kenia, Marruecos y Sudáfrica) y Oriente Medio (Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Qatar, Bahréin y Egipto) es un referente en la generación y transmisión de energía eléctrica.
En el sector de renovables, donde abarca toda la cadena de valor, desde el desarrollo de plantas, ingeniería y construcción, hasta la operación de plantas, comercialización de electricidad y autoconsumo. Además de las actividades de autoconsumo y comercialización de electricidad cien por cien renovable, impulsa el desarrollo de varias comunidades energéticas por toda España.
Coxabengoa calcula que será necesario invertir 60.000 millones de dólares en el sector de la desalación durante los próximos cinco años, basándose en su previsión de que la demanda de esta tecnología crecerá a una tasa anual compuesta del 10%. «Necesitamos cada vez más agua», afirmó Nacho Moreno, director ejecutivo de Cola compañía. «Pero tendremos que encontrar una forma de proporcionar esa agua de forma sostenible. Si queremos ser eficientes, necesitamos electricidad barata».
Apoyar la energía renovable
Marruecos ha hecho inversiones significativas en el sector de las energías renovables. Durante el actual mandato gubernamental se han puesto en marcha iniciativas para generar una capacidad de 2.000 megavatios. Estos proyectos operativos de energía renovable han contribuido a satisfacer casi una quinta parte de la demanda nacional de electricidad.
Asimismo se han implementado diversas medidas, incluida la creación de una capacidad adicional de energía renovable superior a 7.500 megavatios entre 2023 y 2027. Estas cifras representan el 78% de la capacidad adicional total planificada para este período, sin contar el hidrógeno verde y la desalación de agua de mar.
Uno de los proyectos más destacados es la aceleración de la construcción del complejo solar Noor Midelt, previsto para completarse en 2027. Además, se dio luz verde a una serie de unidades industriales que utilizarán energías renovables. El objetivo es reducir la factura energética y la huella de carbono. Para 2030, las inversiones se multiplicarán por cinco. Uno de los sectores a las que se destinarán es el de almacenamiento mediante baterías y estaciones de bombeo y almacenamiento de energía.
El proceso de quitarle la sal agua
La desalinización del agua se lleva a cabo a través de diferentes procesos, que incluyen la ósmosis inversa, la destilación y la evaporación. En la ósmosis inversa, el agua se presiona a través de una membrana semipermeable que retiene las sales y los minerales. La destilación calienta el líquido y lo convierte en vapor, que luego se condensa en agua dulce. Para la evaporación, el agua también se calienta y se evapora, dejando atrás las sales y los minerales. Luego se condensa en agua potable.
La ósmosis inversa es el proceso más común, pues se ha demostrado que es el más eficiente y rentable. El agua obtenida es de alta calidad y segura para beber. Sin embargo, se pueden eliminar los minerales beneficiosos y el valor nutricional del agua, además de afectarse su sabor.
El agua que se desaliniza puede provenir del océano, lagos salinos, acuíferos salinos, agua de mar, agua subterránea y otros cuerpos de agua salada. El proceso de desalinización del agua produce residuos salinos, que deben ser manejados adecuadamente. Su eliminación puede variar según el proceso de desalinización utilizado y la ubicación de la planta. La extracción de agua salada puede tener un impacto en la vida marina y los métodos para hacerla potable pueden generar emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes.