Por Natalia Lobo
06/06/2018
Antes de Maradona, estuvo Mario Alberto Kempes (1954).“El Matador”, con un metro y 84 de altura, una melena larga y un estilo explosivo, fue la figura de la Albiceleste en el Mundial de 1978. Gracias a sus seis goles, incluyendo un doblete en la final ante Holanda, Argentina se coronó en casa campeón mundial por primera vez.
Sin embargo, Kempes no empezó el torneo de la mejor manera. El delantero no pudo anotar un gol en la primera fase del Mundial ante Hungría, Francia e Italia. El entrenador, César Luis Menotti comenzaba a ser cuestionado por haber dejado a Maradona, en ese entonces de 17 años. Menotti intentó encontrar la manera de que el delantero del Valencia recuperara su mejor estado de forma. ¿Su solución? Decirle que se afeitara el bigote, como ambos han contado en varias ocasiones.
Y, sea por lo que sea, funciónó. Un afeitado Kempes salió ante Polonia y marcó un doblete. Pero no solo fue el héroe del día por su puntería. También lo fue porque salvó un gol rival con la mano, al puro estilo Luis Suárez ante Ghana en el 2010. Para esa época, esa acción no merecía una tarjeta roja y Kempes pudo quedarse en el campo para ser el goleador.
Una final para enmarcar
No marcó ante Brasil, partido que quedó 0-0. Pero ante Perú volvió aparecer para contribuir con 2 tantos a la goleada de la Albiceleste, que necesitaba 4 goles para acceder a la final y consiguió 6. Sin embargo, la cumbre de su obra se daría ante Holanda, en la final. Fue otro doblete. En el primero recibió un pase en el borde del área, picó ante la salida del arquero y le dio con la punta en el último suspiro. El segundo, ya en tiempo extra, también corrió en el área, se vio interrumpido por la salida del arquero pero pudo salvar el rebote y mandarlo al fondo de la red. Por último, culminó una gran actuación con la asistencia a Ricardo Bertoni para asegurar el encuentro.
Con los seis goles conseguidos, Kempes se hizo con la Bota de Oro del torneo. Asimismo, con el número 10 en la espalda, el Matador se ganó el cariño de los hinchas y, luego, le pasó el mítico número a Maradona en 1982, con el que cuatro años más tarde maravillaría al mundo. Tal vez Kempes no será recordado por sus récords. Pero siempre estará en la memoria su actuación en el Mundial de 1978 y los dobletes de El Matador.