La selva cuando no ha sido tocada por la mano del hombre es densa y guarda muchos secretos. Sin embargo, en los últimos años, mapeos de mayor alcance con nuevas tecnologías, han permitido el descubrimiento de ciudades prehispánicas que desaparecieron en el medio del Amazonas y que muy posiblemente, vivieron su esplendor hace miles de años.
Es el caso del último descubrimiento de una ciudad escondida en el Valle de Upano, en el Amazonas de Ecuador. Los arqueólogos creen que se trató de una urbe prehispánica importante que se desarrolló unos 2.500 años atrás. La descubrieron mediante el mapeo de la extensa selva.
Se dedicaba principalmente a la agricultura y pudo alcanzar una población de más de 15.000 habitantes, quizás del doble, y alcanzara los 30.000. La ubicación exacta de esta ciudad perdida se conoció mediante las investigaciones arqueológicas y el mapeo por LiDAR.
Con el mapeo pudieron ver plataformas de tierra distribuidas en un patrón geométrico conectadas por caminos y entrelazados por paisajes agrícolas y drenajes de ríos en medio de la Amazonia.
Importante descubrimiento en Ecuador
Esta ciudad perdida que desapareció mucho antes de la llegada de los europeos a tierras americanas, es un importante descubrimiento que tuvo sus dificultades por la extensión, la ubicación y la complejidad característica de la selva.
Hubo estudios anteriores que observaron montículos y grandes monumentos en la Amazonía, pero esta ciudad en particular, supera por mucho a los anteriores.
Stéphen Rostain, arqueólogo del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, comenzó las excavaciones en el Valle de Upano, 30 años atrás. Esos trabajos se centraron en dos lugares llamados Sangay y Kilapome, donde se encontraron montículos alrededor de plazas centrales, cerámica decorada con pinturas y jarras que contenían restos de cerveza de maíz.
Valle de Upano
Ahora hay mucha más información y se sabe que, esos lugares eran parte de una red de asentamientos y vías de comunicación enclavados en las montañas de la Cordillera de los Andes. Según Ronstain se conocían “muchos montículos, muchas estructuras, pero no se tenía una visión completa de la región”. “No estaba seguro de cómo iba a encajar todos estos hallazgos”.
Hasta ahora los investigadores descubrieron un total de 5 establecimientos grandes y 10 más pequeños que se ubicaban en el Valle de Upano, asentados en una extensión de unos 300 kilómetros cuadrados.
Una población de más de 10.000 personas
También aseguran que había carreteras que conectaban las ciudades entre sí y había campos agrícolas rodeadas de terrazas donde los habitantes tenían cultivos. Para Fernando Mejía, arqueólogo de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, se trata de un “urbanismo”.
Otro arqueólogo que participó en la investigación, Antoine Dorison aseguró que es difícil estimar la población, aunque creen que el sitio tuvo una población de al menos “10.000 habitantes y quizás hasta 15.000 o 30.000 en su punto máximo”. Michael Heckenberger, un arqueólogo de la Universidad de Florida, que no participó en este estudio, opinó que se trata de una “ocupación muy densa y una sociedad sumamente compleja”.
Un importante sistema de centros urbanos prehispánicos se ha encontrado en el valle de Upano en el Ecuador amazónico, en las estribaciones orientales de los Andes. El trabajo de campo y el análisis de detección y alcance de luz (LIDAR) han revelado un paisaje antropizado con grupos de plataformas, plazas y calles monumentales que siguen un patrón específico entrelazados con extensos drenajes y terrazas agrícolas, así como amplios caminos rectos que recorren grandes distancias.
Comparable con las ciudades mayas
Las excavaciones arqueológicas fechan la ocupación desde alrededor del 500 a. C. hasta entre el 300 y el 600 d. C. El elemento paisajístico más destacable es el complejo sistema viario que se extiende a lo largo de decenas de kilómetros, conectando los diferentes núcleos urbanos, creando así una red a escala regional. Un desarrollo temprano tan extenso en el Alto Amazonas es comparable a sistemas urbanos mayas similares recientemente destacados en México y Guatemala.
José Iriarte, arqueólogo de la Universidad de Exeter, en Inglaterra, explicó que esta ciudad perdida en el Valle de Upano, debió desarrollar un sistema de trabajo muy organizado para construir los caminos interconectados. “Los incas y los mayas construyeron con piedras sus caminos, pero la gente de esta ciudad en el Amazonas ecuatoriano no contaban con esos materiales, así que usaron lodo para las construcciones”.
Ocomtún en México
Los científicos cada vez tienen más pruebas de que existieron complejas sociedades en el Amazonas. Todas anteriores al contacto europeo, y ubicadas en otros lugares de la selva en lo que hoy sería Bolivia y Brasil.
Ronstain explicó que “siempre ha habido una increíble diversidad de personas y asentamientos en la Amazonía, no sólo en la manera de vivir”. Ocomtún es otra ciudad perdida en las profundidades de la selva de Campeche en la península de Yucatán, al sureste de México.
Se calcula que tiene 500 años enclavada en la profundidad de la selva de Campeche.
Un equipo de investigadores dirigido por el arqueólogo Ivan Sprajc, localizó este sitio monumental dentro de la reserva ecológica Balamkú, al sur de Calakmul, Campeche. La nombraron “Columna de piedra” o Ocomtún en maya yucateco, porque tiene muchas columnas cilíndricas de piedra.
Urbe milenaria
El Consejo del Instituto de Arqueología e Historia, INAH, aprobó el proyecto de investigación que hizo posible el descubrimiento de esta milenaria ciudad maya durante la primera temporada de trabajos de campo y permitió ampliar el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Centrales mayas.
El arqueólogo Ivan Sprajc explicó que “La mayor sorpresa resultó ser un sitio ubicado en una península de terreno elevado, rodeada por extensos humedales. Su núcleo monumental cubre más de 50 hectáreas y cuenta con diversos edificios de grandes dimensiones, incluyendo varias estructuras piramidales de más de 15 metros de altura”.
Sprajc dijo que este sitio “debió funcionar como un centro importante a nivel regional, probablemente, durante el periodo Clásico (250-1000 d.C.) y en la actualidad se encuentra resguardado en la reserva ecológica de Balamkú.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia, explicó que Ocomtún está conformada por edificios que rodean tres plazas. Además, entre las dos plazas mayores de la ciudad se extiende un conjunto compuesto por diversas estructuras bajas y alargadas, dispuestas casi en círculos concéntricos. El sitio también tiene un espacio para jugar con pelotas.
En sus alrededores hay escalinatas y columnas monolíticas. “Es posible que se trate de mercados o espacios destinados a rituales comunitarios, pero solo futuras investigaciones explicaran que función tenían estas construcciones, que representan una peculiaridad regional”, según los arqueólogos.
Tecnología LiDAR
El LiDAR o Light Detection and ranging es una herramienta moderna que permite a la arqueología medir y cartografiar objetos y estructuras que, de otro modo, permanecerían ocultos.
Utiliza sensores láser que se despliegan desde el aire o mediante unidades portátiles. Cuando los láseres iluminan la zona que se quiere cartografiar, emiten breves pulsos de luz.
Se mide el tiempo que tardan esos pulsos en reflejarse en el instrumento, y cada medición se traza mediante GPS. Los ordenadores utilizan esos datos para construir un mapa tridimensional de la zona de investigación.
Tecnología en la arqueología
La precisión que ofrece es muy importante para las investigaciones arqueológicas. Es usada para cartografiar la topografía, planificar excavaciones y localizar yacimientos arqueológicos que nunca podrían ver a simple vista.
Es relativamente rápido y barato en comparación con las excavaciones arqueológicas, y puede ofrecer una visión de alto nivel a la que no tienen acceso los investigadores que se centran en unos pocos yacimientos sobre el terreno.