Un fenómeno, especialmente juvenil, está sobresaliendo de la gran base social china. En pequeños grupos organizados. El descontento de los trabajadores para sobrevivir a las altas exigencias y bajos sueldos está amalgamando un renacer de Mao en la China de Xi. Sus ideas y discursos cobran vida en 2021. Lo leen en las bibliotecas y en el metro. Suben horas de audio y video de sus obras para difundir el evangelio del Gran Timonel: su pensamiento revolucionario.
El presidente Mao está regresando a la Generación Z de China. El líder supremo del Partido Comunista que protagonizó décadas de campañas políticas, sociales y económicas que costaron más de 70 millones de vidas. Ahora está inspirando y consolando a personas descontentas nacidas mucho después de su muerte, en 1976. Para ellos, Mao Tse-tung es un héroe que entiende y habla de su desesperación como nadie.
En una China moderna que se enfrenta a una creciente desigualdad social, las palabras de Mao justifican la ira que sienten los jóvenes hacia una clase empresarial que consideran explotadora. Quieren seguir sus pasos y cambiar la sociedad china. Algunos incluso han hablado de violencia contra la clase capitalista, si fuese necesario.
La moda de Mao deja al descubierto la realidad paradójica a la que se enfrenta el Partido Comunista de China que la semana pasada celebró el centenario de su fundación. Bajo el presidente Xi Jinping, el partido se ha convertido en el centro de casi todos los aspectos de la vida china. Se atribuye el mérito del progreso económico del país y le dice al pueblo chino que debe estar agradecido, reseñó The New York Times.
Mao renace en jóvenes de China que se sienten explotados
El crecimiento económico no es exactamente como repite la propaganda. Ni las estadísticas. Si en promedio se consume un pollo por persona, en la realidad algunos se comen dos y otros ninguno. Mientras las oportunidades para los jóvenes disminuyen, y el PCC no tiene a nadie a quien culpar por la creciente brecha en torno a la riqueza, la vivienda inasequible y la ausencia de protección laboral. Si no le ofrece oportunidades reales a esta nueva generación de maoístas que ayudó a crear podría enfrentar desafíos que no serían un paseo en el campo ni una clase de bordado..
«La nueva generación está perdida en esta sociedad dividida. Por lo que buscarán las claves de los problemas», escribió un bloguero maoísta en la plataforma de redes sociales WeChat. «Al final, en China encontrarán definitivamente al presidente Mao», subrayó
En entrevistas y publicaciones en línea, muchos jóvenes dicen se identifican con el análisis que hizo Mao de la sociedad china: una lucha de clases constante entre los oprimidos y sus opresores.
«Como muchos jóvenes, soy optimista sobre el futuro del país, pero pesimista sobre el mío», dijo Du Yu, un joven de 23 años que sufre de agotamiento debido a su último trabajo como editor en una startup de blockchain, en Shenzhen, obsesionada con la tecnología. «Las ideas de Mao ofrecen un alivio espiritual a los jóvenes como yo», anotó.
A menudo se espera que los trabajadores de tecnología chinos trabajen de 9 a 9, seis días a la semana, una práctica que llaman «996». El horario de Du era peor. Después de dormir solo cinco horas durante tres días a fines del año pasado, su corazón se aceleró, le faltaba aliento y se volvió lento. Renunció poco después. No ha buscado trabajo en tres meses. Un médico le diagnosticó depresión leve. “La mayoría de mis compañeros todavía quiere tener éxito”, comentó Du. «Estamos en contra de la explotación y los esfuerzos sin sentido».
La China de Mao: desigualdad social y falta de movilidad
Si bien Mao nunca se fue de China, una vez estuvo pasado de moda, excluido, censurado. En la década de los ochenta, cuando la libertad y el libre mercado se convirtieron en palabras de uso, los jóvenes recurrieron a otros libros. Friedrich Nietzsche, Jean-Paul Sartre y Milton Friedman. Estudiar a Mao era un requisito en la escuela, pero muchos ignoraron sus lecciones.
Después de la represión de la Plaza de Tiananmen en 1989, las novelas de artes marciales y los libros de empresarios exitosos dominaron las listas de los más vendidos. La China actual se ha convertido en un terreno fértil para un renacimiento de Mao.
Nominalmente un país socialista, China es uno de los más desiguales del mundo. Unos 600 millones de chinos, o el 43% de la población, obtienen unos ingresos mensuales por 150 dólares. Muchos jóvenes creen que no podrán entrar en la clase media o superar a sus padres. La falta de movilidad social ascendente les ha hecho cuestionar la pureza del partido, que creen que es demasiado tolerante con la clase capitalista.
La creciente presencia del partido en la vida cotidiana también ha abierto puertas al maoísmo. La intensificación del adoctrinamiento bajo el gobierno de Xi ha vuelto a la juventud más nacionalista y más inmersa en la ideología comunista.
“¿Morir por el país? Sí, ¿morir por los capitalistas? ¡Nunca!», dice un eslogan en línea
Los eslóganes entre los jóvenes revelan una mentalidad amigable con Mao. Con los salarios estancados, los jóvenes hablan de una «rebaja del consumo». Sus empleadores los ponen a trabajar tan duro que se llaman a sí mismos «esclavos asalariados», «ganado corporativo» y «perros de horas extras». Un número cada vez mayor dice que preferiría volverse holgazanes, usando la frase china «tang ping».
Otra vez la lucha de clases
Esas actitudes han contribuido a que los cinco volúmenes de Las obras seleccionadas de Mao sean populares otra vez en China. Las fotos de jóvenes vestidos a la moda que leen los libros en el metro, en los aeropuertos y en los cafés están circulando en las redes. Los estudiantes de la biblioteca de la Universidad de Tsinghua en Pekín tomaron prestado el libro más que cualquier otro, tanto en 2019 como en 2020, según la cuenta oficial de WeChat de la biblioteca.
«Volveré a leer las ‘Obras seleccionadas’ una y otra vez en el futuro», escribió el joven bloguero Mukangcheng en Douban, un servicio de redes sociales centrado en libros, películas y otros medios. “Mao tiene el poder de hacer que una persona que busca en la oscuridad vea la luz. Fortalece mi alma débil y amplía mi estrecha visión del mundo», asentó.
Mukangcheng, que se negó a dar su nombre real, usa una cuenta de correo electrónico llamada «Left Left». Su retrato es una insignia roja de Mao. Sus publicaciones se refieren a los altos precios de la carne de cerdo y a la falta de dinero para sus facturas telefónicas. En 2018, cuando visitó el sitio del primer congreso nacional del Partido Comunista en Shanghai, escribió en el libro de visitantes, citando a Mao: «¡Nunca olvides la lucha de clases!»
Otros que comentaron en línea «Obras seleccionadas» dijeron que se vieron a sí mismos en el joven Mao. Un joven educado de un pueblo atrasado que intentaba triunfar a principios del siglo XX en la gran que era Pekín. Por lo general, llaman a Mao «maestro» o «Gran Timonel».
Capitalismo en China
Muchos de estos jóvenes dicen que sus mayores enemigos son los capitalistas que los explotan. El mayor objetivo de su ira es Jack Ma, cofundador del imperio de comercio electrónico Alibaba. Una vez fue aclamado como la encarnación del sueño chino. Ahora se burlan de sus comentarios que apoyan la cultura laboral de 996.
«Los trabajadores son solo herramientas para hacer dinero para personas como él», dijo Xu Yang, de 19 años, quien llegó a decir que personas como Ma «deben ser eliminadas física y espiritualmente». Más tarde, Ma se echó atrás en sus comentarios, diciendo que solo quería rendir homenaje a los trabajadores que dedicaban largas horas por amor a sus trabajos.
He aquí, un breve perfil de las nuevas generaciones de una sociedad agobiada, desigual, que mira la historia pasada para reencontrarse. Y ahí está Mao, de vuelta en la China del año 2021.
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