Santiago Mazarro, con su inventiva y escritura documentada y amena, convierte a los lectores en testigos directos de una expedición apasionante por la historia de Estados Unidos, a comienzos del siglo XIX. En el libro Senderos salvajes (Pàmies, 2020) descubre territorios vírgenes que va relatando con altas dosis de suspenso. A través de la mirada de Manuel Lisa, un español, comerciante de pieles, explorador y pionero de lo que poco después sería el Viejo Oeste americano.
No se trata del típico cowboy con sombrero ladeado y pistola al cinto. La historia que reanima este escritor y periodista español data de la época de 1800, en el territorio de Luisiana y sus alrededores. En sus páginas recrea este personaje que olvidado y descolocado como un referente en ese particular tiempo en el sureste de Estados Unidos.
Mazarro es director de documentales como Príncipe de la paz, The Daily Prosper, American chefs. También de campañas de publicidad en Google, Mini, Unicef, Comunidad de Madrid. Por su libro, fue nominado como mejor autor novel del 2020 en los premios Hislibris.
Santiago Mazarro dio con la vida Manuel Lisa por “una maravillosa casualidad”. Realizaba un documental sobre Godoy: “Y me quedó una espina clavada que quise extraer leyendo todo lo que pude sobre la Norteamérica de esa época”. En su búsqueda encontró mucha documentación y una carta de un tal Manuel Lisa.
“Pedía financiación para una expedición de 300 millas por el Misuri hacia tierras desconocidas. Con solo esa carta ya daban ganas de hacer un documental», dijo. Pero al no obtener recursos, esa historia la llevó a novela: “Lisa era un personaje novelesco que merecía ser escrito, nadie lo había hecho”.
Manuel Lisa merecía ser escrito
Pero, ¿quién era Manuel Lisa o de Lisa? Fue hijo de Cristóbal de Lisa, de Murcia, España. Y de María Ignacia Rodríguez, de San Agustín, Florida. Manuel nació en Nueva Orleans, en 1772. Se desempeñó como comerciante de pieles y fundó la empresa Missouri Fur Company. Fue el más conocido explorador en su época del territorio de Luisiana.
Además del comercio de pieles, Lisa fue muy influyente entre las tribus indias de la región del alto río Misuri. Y estableció puestos fronterizos en los actuales estados de Montana y Dakota del Norte. Estuvo casado con la hija de un jefe del pueblo omaha. Luego se casó con Mary Hempstead Lisa (también conocida como Aunt Manuel) la primera mujer blanca en navegar el curso alto del río Misuri y una de las primeras en adentrarse en el territorio inexplorado del oeste americano.
Asimismo, obtuvo el título de agente indio y ayudó a que, en la guerra anglo-estadounidense de 1812, muchas naciones indias fueran aliadas de los estadounidenses contra los británicos. Con sus descubrimientos, Lisa se convirtió en uno de los fundadores de la Senda de Oregón y un pionero de lo que muy poco después sería el Viejo Oeste americano.
La vida novelada de Manuel Lisa fue focaliza por Santiago Mazarro en las vicisitudes de su expedición. 300 millas río arriba, cordilleras heladas y animales salvajes. Más allá del Yellowstone, las traiciones y envidias lo acecharon. Los indios podrían acabar siendo los únicos en quienes confiar. En un vasto terreno que reclaman para sí los Estados Unidos, el Imperio británico, la Francia napoleónica y la Corona española.
Protagonistas de un pueblo sacados de la historia
Santiago Mazarro explica el bajísimo perfil de Miguel Lisa, ahora reflotado por su pluma. “No conocemos a Lisa porque el mito anglosajón del Oeste, creado en el siglo XX, ha eliminado a los personajes de otras nacionalidades“, señaló el autor a 20minutos.
“El mito del Lejano Oeste magistralmente articulado por el nacionalismo estadounidense, no solo había encontrado su sitio en el cine, el cómic o la iconografía popular. Sino que había calado los a menudo permeables muros de la historiografía moderna (…). De este modo, y siempre por detrás de los nativos americanos, los alemanes, primeros cowboys y granjeros. Los escandinavos, entre los que hubo comerciantes y tenderos. Los franceses, verdaderos pioneros del comercio de pieles. O los españoles, herederos de las antiguas rutas comerciales de Nueva España, habían sido, tal vez no a propósito, pero sí por abandono, sacados de la historia”.
Insiste el escritor en que Estados Unidos es único en construir su relato histórico extraordinario, pero centrándose en lo anglosajón”.
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