Entre los efectos colaterales de la pandemia, algunos de los más notorios son los que ha tenido en el mercado laboral. Se han reducido las plazas en algunos sectores. Otros han tenido un repunte. Un impacto particularmente significativo ha recaído en el teletrabajo. Si bien al principio hubo reticencia entre patronos y trabajadores, la actitud inicial a ido dando paso una postura mucho más favorable.
De este cambio de actitud dan fe estudios en diversas partes del mundo. El más reciente, fue un sondeo de opinión de Cisco Systems, efectuado sobre una muestra de 10.000 personas, en 12 mercados, en Europa, Medio Oriente y Rusia. El estudio mostró que dos tercios de los trabajadores han desarrollado una mayor apreciación de los beneficios y desafíos de hacer su trabajo de forma remota.
Respaldo mayoritario
De acuerdo con los resultados de la investigación, el 87% de los trabajadores quieren poder elegir si laborar desde casa o desde la oficina una vez que se alivien las restricciones de COVID-19 en el lugar de trabajo. También quieren un mayor control sobre sus horas.
En el caso de España, el 41% de los encuestados quiere mantener el teletrabajo la mayor parte de la jornada semanal, acudiendo solamente a la oficina un día por semana. El 89%, asegura que su productividad se mantuvo o incluso aumentó al trabajar en casa. El 66% respalda la efectividad del trabajo entre equipos remotos. El 71% no considera necesario estar en la misma sala presencial para colaborar de forma eficaz.
Estos números son muy significativos, sobre todo teniendo en cuenta que solo el 5% de los encuestados (4% en el caso de España) trabajaba desde casa la mayor parte del tiempo antes del cierre. Esta nueva realidad obligará a las empresas a reconfigurar la forma en que operan, dijo Gordon Thomson, vicepresidente de Cisco. Solo así podrán ayudar a satisfacer las nuevas demandas de los trabajadores, que priorizan la comunicación y la colaboración eficaces por encima de todo, explicó.
A su juicio, la tecnología también se utilizaría para garantizar que los empleados estén seguros y que sus datos estén seguros en su entorno de trabajo, ya sea en el hogar o en la oficina.
Esto podría incluir, por ejemplo, sensores que monitorean la calefacción y la iluminación en una estación de trabajo en el hogar, o tecnología que verifica el distanciamiento social y si las personas usan máscaras en la oficina, dijo.
Un respaldo creciente
Los resultados de este sondeo, muestran una tendencia cada vez más favorable hacia el teletrabajo. Por ejemplo, un sondeo realizado entre marzo y abril, mostró que para ese momento el 76% de los trabajadores de oficina en todo el mundo preferían continuar trabajando desde casa, al menos semanalmente, cuando la pandemia haya terminado.
Sin embargo, el estudio mostró que el deseo de cambio no es permanente. Solo el 16% quiere despedirse de la oficina para siempre. La mayoría prefiere un poco de ambos. Apenas el 6% dice que no le gustaría trabajar desde casa en el futuro.
El 88% dijeron que estaban trabajando en casa durante la pandemia. Para más de la mitad de los empleados (57%), esta fue una experiencia nueva.
Mayor productividad
Cuando trabajan solos, los empleados dicen que son productivos el 75% del tiempo en casa, en comparación con solo el 63% del tiempo en la oficina.
Cuando trabajan con otros, los empleados dicen que son igualmente productivos en casa que en la oficina. Pero están más satisfechos con su desempeño al trabajar en equipo cuando lo hacen en la oficina (87%) que en casa (61%).
El estudio de Iometrics, titulado Global Workplace Analytics ‘Global Work-from-Home Experience Survey, es una de las encuestas posteriores a COVID más grandes sobre el tema hasta la fecha. Los investigadores estiman que los resultados conducirán a cambios profundos en las necesidades de espacio de oficina, diseño del lugar de trabajo, políticas de fuerza laboral y prácticas y los resultados del empleador, el empleado y el medio ambiente.
Más de 2.800 empleados de todo el mundo participaron en la encuesta en línea entre el 30 de marzo y el 24 de abril de 2020.Se estima que la encuesta tiene un nivel de confianza mínimo del 95%.
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