Oleg Tinkov sigue siendo, por los momentos, un magnate ruso, aunque fue removido en cuestión de horas dentro de su propio banco, el TInkoff, por haber criticado la guerra ordenada por Putin. Ahora su nombre aparece en los titulares de la prensa mundial, no por sus audaces negocios sino por haber sido amenazado por el jefe del Kremlin de nacionalizar su entidad financiera. Catalogada como la segunda más grande de Rusia.
Tinkov, observando día a día los desmanes de las tropas rusas en contra de sus vecinos, pidió detener la “masacre” en Ucrania. Entonces escribió en su cuenta de Instagram duras críticas a la invasión rusa.
“Gente inocente y soldados están muriendo. Los generales, al despertarse con resaca, se dieron cuenta de que tenían un ejército de mierda. ¿Y cómo va a ser bueno el ejército, si todo lo demás en el país es una mierda. Y está sumido en el nepotismo, el servilismo y la sumisión? (…) ¡El 90% de los rusos están en contra de esta guerra!”, indicó el 19 de abril.
En su texto agregó que «los empresarios intentan salvar lo que queda de sus activos. Por supuesto, hay subnormales que dibujan la Z, símbolo de la operación militar especial. Pero subnormales hay un 10% en cada país. El 90% de los rusos está en contra de la guerra», escribió Tinkov, quien habitualmente reside en el extranjero.
Al día siguiente, relató Tinkov, el régimen de Vladimir Putin contactó a sus ejecutivos y amenazó con nacionalizar su banco si no cortaba sus vínculos con la institución. La semana pasada, vendió su participación del 35% en TCS Group Holdings, propietario del banco, al multimillonario minero ruso, Vladimir Potanin, quien sigue siendo cercano a Putin.
Magnate ruso se enfrenta a Putin
El magnate ruso, de 54 años, habló con The New York Times por teléfono, desde un lugar que no quiso revelar, en su primera entrevista desde que Putin invadió Ucrania. Dijo que había contratado guardaespaldas después de que amigos con contactos en los servicios de seguridad rusos le dijeran que debería temer por su vida. Y bromeó diciendo que, si bien había sobrevivido a la leucemia, tal vez “el Kremlin me matará”.
Según explicó el expresidente del Tinkoff Bank, la medida fue una “venta desesperada, una venta forzada” impuesta por el Kremlin. “No podría discutir con el precio”, precisó Tinkov. “Era como un rehén: tomas lo que te ofrecen. No pude negociar”.
El empresario dijo que vendió su participación en TCS Group “por un centavo”, recibiendo cerca del 3% de su valor real. Sin embargo, no mencionó el monto de la venta.
Lo que pasó con Tinkov refleja la situación que enfrentan los oligarcas rusos: o estás con Putin o contra él, lo que explicaría el relativo silencio entre los magnates más grandes del país. De hecho, comentó, muchos de sus conocidos en la élite empresarial y gubernamental están de acuerdo con él. Pero “todo el mundo tiene miedo” de las consecuencias de sus palabras. Según The Washington Post, sin embargo, ya están apareciendo las primeras grietas entre esas élites y Putin.
“Pensé que el régimen de Putin era malo. Pero, por supuesto, no tenía idea de que tomaría una escala tan catastrófica”, dijo Tinkov. “Me di cuenta de que Rusia, como país, ya no existe”.
A pesar de estas afirmaciones, los representantes del banco fundado por el magnate en 2006 las han desmentido. Argumentaron que “no hubo amenazas de ningún tipo contra la dirección del banco” y que “Oleg no ha estado en Moscú durante muchos años”.
Amenazado, obligado y desplazado
El magnate ruso refutó la versión y reiteró lo sucedido el día después de publicar en Instagram sus críticas a la guerra de Putin. «Dijeron: ‘Su declaración de accionista no es bienvenida. Y nacionalizaremos su banco si no lo vende y el propietario no cambia, y si no cambia el nombre'», dijo el millonario citando fuentes dentro del banco que se negó a identificar. El 22 de abril, Tinkoff anunció que cambiaría su nombre este año.
“No creo en el futuro de Rusia (…) Lo más importante es que no estoy preparado para asociar mi marca y mi nombre con un país que ataca a sus vecinos sin motivo alguno”, resaltó en la entrevista.
A fines de marzo de 2022, Oleg Tinkov fue incluido en la lista negra en el Reino Unido, como parte de las sanciones que aplica Occidente a los oligarcas rusos. Sus yates tenían prohibido ingresar a los puertos del país y los aviones tenían prohibido volar en su espacio aéreo. Londres luego levantó las restricciones.
Oleg Tinkov, ahora con una fisonomía más relajada que años atrás, se presenta con cabellos largos y desordenados. Creció en Léninsk-Kuznetski al este de Rusia. Le gustaba montar en su bicicleta de carreras y durante muchos años ha sido patrocinador de equipos de ciclismo.
En la década de los ochenta creó un negocio llamado Technoshock para la importación de tecnología. En 1997 lo vendió y, con los ingresos que obtiene, constituyó una nueva empresa centrada en la alimentación.
Más tarde, se introdujo en el negocio de la cerveza e incorporó estándares internacionales de calidad en la bebida. Con un marketing agresivo las Cervecerías Tinkoff crecieron rápidamente y se posicionó en los primeros lugares de preferencia de los consumidores.
¿Quién es Oleg Tinkov?
Después de la venta de la fábrica de cerveza, en 2007, formó Tinkoff Credit Sistemas (ahora Tinkoff Bank). Entidad que fue pionera en electrónica e Internet con comercialización en Rusia. Y pasó a convertirse en una de las compañías de tarjetas de crédito más grandes del país, actualmente conocido como Tinkoff Bank. Este banco es visto como un «lightfooted» o compañía de servicios financieros que ofrecen las tarjetas de crédito «. A menudo, aparece él mismo en la publicidad de la empresa.
Antes de la amenaza del régimen de Putin, el magnate ruso emprendió con éxito varias empresas de distintos sectores. También enfrentó problemas con la justicia de EE UU. Se declaró culpable de un caso de fraude en 2013 en el que fue acusado de ocultar activos para evadir impuestos. Y acordó pagar más de 500 millones de dólares a las autoridades de ese país.
Según el Departamento de Justicia de EE UU los $506.828.377 que el banquero aportará, incluidos impuestos no pagados, intereses y una multa, es más del doble de lo que intentó evitar pagar con el esquema fraudulento ($248.525.339). En el índice de multimillonarios de Bloomberg, la fortuna de Tinkov se estima en 8.000 millones de dólares.
En su cuenta de Instagram afirma que “ha fundado cuatro empresas. He ganado dinero desde cero, sin usar ninguna conexión. Nunca he estado en el Kremlin y no me he reunido con ningún funcionario, a excepción del jefe del Banco Central, que era mi jefe. Simplemente no los necesitaba”.