En pocas semanas un joven ingeniero y diputado de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, además de juramentarse presidente de Venezuela, ha logrado, por fin, unir a toda la oposición venezolana y cuenta con el apoyo de la gran mayoría de la opinión publica del país caribeño.
La temeraria y calculada iniciativa del nuevo líder venezolano es arriesgada, pero constituye un paso al frente en contra de una dictadura que ha intentado amordazar a la oposición, y a una Asamblea Nacional elegida democráticamente.
Con un régimen que manipula la Justicia, encarcela a sus opositores y que ha conducido a la ruina al país mas rico de América Latina, forzando el exilio de cerca de tres millones de sus conciudadanos.
Acorralado y aislado
Nicolás Maduro se encuentra cada vez mas acorralado y aislado. También en el ámbito internacional donde cuenta con menos apoyos.
A la controversia surgida para reconocer al autoproclamado Juan Guaidó, con una UE dubitativa que por su propio contexto unionista tiene que medir escrupulosamente sus palabras. Bruselas, no obstante, apoya al joven político venezolano y a todos los que le respaldan y le sostienen.
Ahora bien, la situación se ha vuelto muy complicada con dos presidentes y dos asambleas enfrentadadas. Todo va a depender del papel que va a asumir el ejercito. Maduro que, por ahora, cuenta con su apoyo puede aferrarse al poder y como la mayoría de los dictadores elegir la vía de la persecución y la represión.
El cambio democrático
Desde el ámbito internacional, y cómo no desde España, no se trata solo de demostrar quién es más solidario con la mayoría del pueblo venezolano, sino de establecer acuerdos firmes que permitan y empujen al cambio democrático en Venezuela.
Es evidente también que todo queda en manos de los venezolanos. A ellos les corresponde, sobre todo seguir unidos para mostrar su fuerza, sin caer en la provocación que supone la violencia.
Elecciones libres
Para que Nicolás Maduro abandone el poder y se convoquen, cuanto antes, elecciones libres y transparentes, es imprescindible que el protagonismo caiga exclusivamente en la sociedad venezolana y sus representantes.
Ojalá Venezuela consiga una salida pacífica y democrática, como fue la de la Revolución de los Claveles en Portugal. Sin tiros ni víctimas.
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