Por Ores Lario
25/12/2016
Madrid cuenta con una merecida fama de ser una urbe abierta. En 2015 recibió a casi nueve millones de visitantes, un 6% más que el año anterior. Para todas las edades, gustos y preferencias, la capital despliega sus encantos y ofrece un sinfín de atractivos: desde callejear por sus barrios más castizos hasta sumergirse en el aluvión de cultura que oferta.
Los amantes del arte encontrarán su particular paraíso en una visita a los museos y a las galerías de la ciudad, que acogen una cuidada selección de pintura, fotografía y escultura. Esta temporada invernal se pueden contemplar exposiciones como Ribera, maestro del dibujo, hasta el 19 de febrero en el Museo del Prado, o Bvlgari y Roma, que mostrará en el museo Thyssen-Bornemisza hasta el 26 de febrero cómo la arquitectura y el arte de la Roma antigua han servido de inspiración a la casa joyera.
La misma institución ofrece, hasta el 22 de enero Renoir: intimidad, la primera retrospectiva en España en torno a la figura del pintor impresionista. El fauvismo es el tema principal de la exhibición que la Fundación Mapfre presenta hasta el 29 de enero. Y hasta el 8 de enero, la Fundación Canal ahonda en la figura del fotógrafo francés Robert Doisneau, uno de los pilares de la fotografía del siglo pasado. Y es que cualquiera que sea su estilo artístico favorito, tendrá su hueco en Madrid.
Cada temporada, la capital renueva su lista de placeres. Abren sus puertas nuevos hoteles, restaurantes de los que todo el mundo habla que ofrecen poderosas experiencias sensoriales y, por supuesto, toda una nueva cartelera de musicales, teatros y ferias que, de por sí, merecen una visita a la capital.
Porque en la capital cabe de todo. Desde una conversación literaria en una librería tradicional hasta un paseo por la denominada Milla de Oro del barrio de Salamanca, donde cuidados escaparates parapetan las creaciones de los diseñadores más prestigiosos. Chanel, Luis Vuitton, Loro Piana, Jimmy Choo, Cartier, Tiffany & Co son algunas de las firmas que se concentran en torno a las calles de Claudio Coello, Serrano y Ortega y Gasset.
Además de lugares tan simbólicos como Gran Vía, Fuencarral o la calle de Preciados, la ciudad acoge otras zonas para pasar una jornada de compras, como las Salesas, donde se asientan tiendas de ropa exclusivas e independientes en las calles de Argensola o Barquillo. Pez, una de las favoritas para actrices y bloggers, Do Design, con seleccionados artículos para el hogar o el espacio de bicicletas Slowroom son paradas muy recomendables.
Para comer
También la gastronomía que se ofrece en la ciudad es inigualable. En sus tascas y tabernas se pueden degustar platos tradicionales y castizos, como el cocido, el besugo a la madrileña, una ración de callos, patatas bravas, un bocadillo de calamares. Y por su puesto, sabores dulces en forma de churros o buñuelos.
Y de lo más popular, a lo más exquisito. Madrid puede presumir de albergar 13 restaurantes con estrella Michelin en los que saborear arte, creatividad y, sobre todo, calidad en los platos, como DiverXo, La Terraza del Casino, Santceloni o Punto MX.
Como la alta cocina ha sabido cambiar su look, en los últimos años ha proliferado la apertura de gastrobares en la ciudad, en los que se puede disfrutar de los platos más selectos en forma de renovadas y modernizadas tapas. Con estos establecimientos, la alta cocina llega al público con sabores reinventados y precios asequibles.
Esta vuelta a la tradición también se aprecia en la remodelación de mercados, como el de San Miguel, San Ildefonso o San Antón, donde se pueden comprar a la antigua usanza, los productos más variados y sofisticados del planeta, además de probarlos in situ.
Y para consolidar la experiencia de viaje, nada mejor que elegir un buen hotel en el que alojarse. En los últimos años Madrid ha renovado su oferta. Han abierto hostales como Room007 o The Hat, Sleep’n, así como nuevos establecimientos en la céntrica Gran Vía como Dear Hotel o The Principal. En el barrio de Salamanca, acaba de abrir sus puertas el sofisticado Hotel Tótem, de cuatro estrellas, con 64 habitaciones, gimnasio y restaurante (Hermosos y Malditos). También ha aumentado el número de establecimientos cinco estrellas. Entre las novedades, el Gran Meliá Palacio de los Duques, que se ubica en un palacete del siglo XIX en el barrio de los Austrias, y que pertenece a Leading Hotels of the World.
En la gran urbe que abre sus brazos de par en par al visitante, todo es posible. Porque, como dice el refrán, De Madrid, al cielo.