Sonia Gómez
El machismo utiliza múltiples expresiones todavía en nuestra sociedad. Una de las más sutiles, pero que más cuesta de extirpar, son los micromachismos. Esas pequeñas situaciones o comentarios que revelan nuestra educación patriarcal. Para enfrentarse a ellos en clave de humor y aprender sobre feminismo, Rocío Vidal ha escrito el libro Machistadas: situaciones reales, micromachismos y vergüenza ajena.
En Machistadas encontramos infinidad de situaciones cotidianas, con los amigos o con la familia, en las que se tienen comportamientos machistas. Desde algo tan simple como quién dice la sociedad que debe pedir la primera cita, hasta temas graves como la violencia de género o los abusos sexuales.
La autora asegura que el libro nació prácticamente como una anécdota. Decidió que cada vez que se encontrase con un micromachismo lo plasmaría. Y así, uno tras otro, le ha salido un libro entero.
No es el primer proyecto en el que se embarcaba, aunque sí su primera obra larga en solitario. Rocío Vidal es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, colabora habitualmente con la revista El Jueves y forma parte del consejo de redacción de la antología de cómic erótico e inclusivo Sextories. Además, dirige las jornadas KBOOM! de cómic y autoedición de Barcelona.
En este cómic ilustrado, Vidal recopila vivencias tanto propias como de otras mujeres, pero todas reales. Aunque no todas las protagonistas son ellas. El libro recoge también situaciones machistas a las que los hombres tienen que enfrentarse. En la portada, de hecho, puede verse a varios personajes con etiquetas que la sociedad les ha impuesto y el único hombre de la imagen lleva pegado un cartel de calzonazos en la frente para mostrar también esa parte del machismo que les afecta a ellos.
Humor y crítica: la clave del éxito
Algo distintivo de Machistadas es que el personaje que encarna el machismo en el libro es una persona agénero. «No se identifica en sí como un hombre porque machista puede ser cualquiera», asegura la autora. Se trata, explica, de una crítica a nosotros como sociedad “porque bebemos de un contexto machista que nos hace naturalizar situaciones que en realidad son pequeñas violencias que perpetúan ideas retrógradas”.
Las tiras cómicas reflejan situaciones que todavía existen en el mundo y muestran un sistema desigual. El cómic pretende hacer ver las cosas desde otra óptica para tratar de romper con la estructura de género y hacernos pensar en cómo somos para poder reconstruirnos. “No vamos a ser perfectos, pero hay que empezar a ser conscientes”, expone la ilustradora.
Con mucho humor, y también información sumamente útil, Rocío Vidal, a través del dibujo, llama a las cosas por su nombre. Cada capítulo lo dedica a un ámbito distinto: familia, vida social, infancia y adolescencia, sexo, trabajo, relaciones, otros ambientes… Y acompaña los chistes con datos reales sobre violencia de género o abusos para dar ese punto de ‘una de cal y una de arena’ en el que podemos reírnos de las situaciones cotidianas que vivimos y aprender a la vez sobre feminismo siendo conscientes de una problemática social que todavía tiene un gran peso en nuestro país.