Alexander Lukashenko endureció la persecución contra los líderes opositores en Bielorrusia. Este lunes detuvo a dos de sus dirigentes y amenazó con despedir a los maestros que apoyen las protestas que exigen su renuncia.
Los detenidos son Olga Kovalkova y Serguéi Dilevski, miembros de la directiva del comité organizador para el traspaso pacífico del poder en Bielorrusia. La cadena de televisión Belsat informó que una camioneta policial se los llevó de la entrada de una fábrica de tractores de Minsk. Los trabajadores de la planta se declararon en huelga para apoyar las protestas en rechazo a los resultados electorales del 9 de agosto.
El comité fue creado para entablar un diálogo con el gobierno que permita encontrar una salida pacífica a la crisis política del país. Lukashenko, en el poder desde hace 26 años, ordenó abrir un proceso penal contra los miembros del comité. Los que acusa de querer destituirlo.
Las protestas comenzaron el mismo día de las elecciones, luego de que las autoridades electorales proclamaran vencedor a Lukashenko con 80% de los votos. La oposición bielorrusa y parte de la comunidad internacional no reconocen estos resultados y han propuesto realizar otros comicios.
Svetlana Tikhanovskaya, ahora exiliada en Lituania y principal candidata de la oposición, impugnó los resultados que le atribuyen solo 9,9% de los votos. El resto de candidatos opositores apenas superó el 1%, según las autoridades electorales controladas por Lukashenko.
Pável Latushko, también integrante del comité, dijo que la detención de Kovalkova y Dilevski dificulta la posibilidad de un diálogo. «La acción de los agentes del orden contra los miembros del consejo coordinador, así como la apertura de una causa penal, limitarán las posibilidades de diálogo del consejo con las autoridades», dijo, citado por la agencia de noticias TASS.
Persecución también contra maestros
Lukashenko también amenazó con despedir a los maestros que apoyen las protestas opositoras, a las que se han sumado trabajadores de varios sectores. En tal sentido, instruyó al ministro de Educación, Ígor Karpenko.
“Defienda a los maestros de todo tipo de ataques. Ya comenzamos a hacerlo, y lo hacemos activamente. Ponemos coto con dureza a las presiones contra los maestros, los médicos…”, dijo el mandatario a Karpenko, citado por la agencia estatal bielorrusa BELTA.
“Si algunos maestros se han pasado al otro bando habrá que tomar medidas contra ellos”, señaló Lukashenko. “Esto hay que decirlo abiertamente, con franqueza”, agregó.
Señaló que en Bielorrusia hay una ideología estatal y que las escuelas son públicas. «Quienes quieran seguir estos principios pueden trabajar, pero los que no quieren, no deben estar en las escuelas”, advirtió.
Las protestas continúan
Pese a las amenazas, los manifestantes salieron por tercer fin de semana consecutivo a la calle en diversos puntos del país. La principal concentración tuvo lugar en Minsk, la capital, donde unas 150.000 personas llenaron el domingo los alrededores de la Plaza de Independencia. Una marea de gente portando banderas en rojo y blanco, los colores del movimiento opositor, gritaba la consigna “vete”, en clara alusión a Lukashenko.
El Ministerio del Interior informó a los manifestantes que cualquier protesta no autorizada será considerada ilegal. Asimismo, el Ministerio de la Defensa advirtió que, de presentarse disturbios, “ya no tendrán que lidiar con la milicia, sino con el Ejército».
La detención de Kovalkova, apoderada de Tikhanovskaya, y de Dilevski se suma a la de más de 7.000 personas que han sido arrestadas en las protestas, las más serias que se registran en Bielorrusia desde 1994, cuando Lukashenko llegó al poder.
Comunidad internacional atenta a las medidas contra opositores
El Alto Representante europeo para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, recordó que la Unión Europea no reconoce a Lukashenko como presidente legítimo de Bielorrusia.
«No reconocemos a Lukashenko como presidente legítimo. Ni tampoco reconocemos a Nicolás Maduro en Venezuela. Desde este punto de vista, Maduro y Lukashenko están exactamente en la misma situación. Sin embargo, nos guste o no, controlan el Gobierno y tenemos que seguir tratando con ellos, a pesar de no reconocer su legitimidad democrática», dijo Borrell al diario El País.
Por su parte, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Stephen Biegun, comenzó el lunes una gira por Lituania, Rusia y Ucrania. Washington desconoce los resultados electorales que dieron como vencedor a Lukashenko. El segundo diplomático estadounidense de mayor rango tratará diversos temas, entre ellos la crisis en Bielorrusia. Algunos medios, citando fuentes oficiales, dijeron que Biegun podría reunirse en Lituania con Tikhanovskaya.
Lukashenko, considerado el “último dictador de Europa”, ya había amenazado con tomar «medidas duras» contra los líderes opositores. Al parecer, este lunes comenzó a cumplir lo anunciado.
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