Por Natalia Lobo
11/06/2018
Gracias a un mediocampo en el que se encuentran Ivan Rakitic y Luka Modric, Croacia se perfila como una de las selecciones que puede colarse entre las grandes. El último es, sin duda, el jugador estrella del conjunto dirigido por Zlatko Dalic. Capitán y creador de juego, lo que Modric haga en el Mundial será de gran impacto para su equipo.
Modric ya está acostumbrado a ser el estratega en su club, el Real Madrid. Sin embargo, en el conjunto español no es el jugador que más se lleva los focos. En cambio, gracias a la decisión de Dalic de colocarlo un poco más adelante en cancha, como número 10, lleva casi todo el peso ofensivo de su selección. Durante las eliminatorias del Mundial de Rusia, Modric dio cuatro asistencias y marcó un gol en 10 partidos.
El fútbol como escape
Luka Modric nació en 1985 en la ciudad de Zadar, parte de la antigua Yugoslavia. Durante la Guerra de los Balcanes, el pequeño Luka y sus padres tuvieron que abandonar la aldea de Zaton Obrovacki debido al asesinato de su abuelo en 1991 por parte de los rebeldes serbios.
Modric asegura no acordarse mucho de esa época más allá del hecho de que por ese tiempo empezó a jugar fútbol por diversión. A pesar de que su familia recuperó su hogar en Jesenice, Luka se quedó en Zadar para seguir jugando al balón. Sin embargo, incluso durante esas tardes de fútbol el conflicto estaba latente.
“En esos años las granadas eran lanzadas desde las montañas y caían en los campos de entrenamiento. Todo el tiempo estábamos corriendo para buscar refugio y el fútbol era una forma de escapar de la realidad”, contó a The Guardian Tomislav Basic, entrenador de las ligas menores del NK Zadar, donde Modric empezó a despuntar.
La apuesta de la familia por el talento de Modric se vio recompensada. En el año 2000, entró en el Dinamo Zagreb, luego jugó en el Tottenham y, más tarde, en el 2012, entró a las filas del Real Madrid, donde ha conquistado cuatro Champions League.
La versatilidad de Modric
Modric puede desempeñar bien prácticamente cualquier posición en el centro del campo. A Luka se le solía llamar el “Cruyff de los Balcanes” por su parecido físico a la estrella holandesa. Sin embargo, en cuestión de estilo es mucho menos goleador que Cruyff.
Modric es un volante que domina con maestría el balón. También puede descuadrar a toda una defensa con un drible o un pase entre líneas. Asimismo, se desempeña bien en la tarea defensiva y la recuperación de balones.
Sin duda, Modric tendrá un montón de presión sobre sus hombros. No solo en lo futbolístico sino también fuera del campo. El jugador está siendo acusado de dar falso testimonio en el juicio celebrado en junio de 2017 contra el ex entrenador del Dinamo, Zdravko Mamic. Si Luka veía el fútbol como un escape cuando era chico, en Rusia tendrá la misma sensación, solo que esta vez con el peso de liderar a su equipo a la gloria.