Atrás quedan los gastos en artículos materiales y hoteles cinco estrellas. Están valorando cada vez más las experiencias personales sobre los bienes materiales, pero sin desestimar las comodidades y lujos que costumbran exigir
En 2024, la industria del lujo enfrenta un panorama desafiante, marcado por la tercera desaceleración en 20 años, según el informe anual de Bain & Company. A medida que los consumidores se enfrentan a la inflación y la inestabilidad económica, muchos han optado por reducir sus gastos en artículos de lujo. Sin embargo, hay un cambio notable: el interés por las experiencias auténticas ha desplazado el enfoque tradicional hacia el alojamiento en hoteles de cinco estrellas.
Cada vez más, los viajeros ricos prefieren alquilar casas de lujo en lugar de hospedarse en hoteles, como parte de un deseo creciente de vivir experiencias más personales y conectadas con la cultura local. Empresas como Highstay están capitalizando este cambio al ofrecer apartamentos en París que combinan la comodidad de un hogar con servicios de conserjería de alto nivel. Maxime Lallement, director general de la firma, destaca que su objetivo es proporcionar una experiencia parisina auténtica, permitiendo a los huéspedes sentirse como verdaderos locales durante su estancia.
El modelo de negocio se centra en crear una atmósfera que va más allá del simple alojamiento. Los apartamentos están diseñados para ofrecer un ambiente acogedor y exclusivo. Los huéspedes pueden disfrutar de la intimidad y comodidad que no encontrarían en un hotel convencional.
Este enfoque ha resonado especialmente entre los viajeros ricos más jóvenes, quienes valoran las experiencias auténticas por encima del lujo ostentoso. La Generación Z y los millennials buscan conexiones significativas durante sus viajes, lo que hace que las opciones de alojamiento alternativas sean cada vez más atractivas.
La evolución del alojamiento de lujo
El éxito de Highstay es solo un ejemplo de cómo el sector hotelero se está adaptando a las nuevas demandas del mercado. Otras iniciativas, como August Collections, permiten a los clientes adquirir acciones en propiedades cuidadosamente seleccionadas. Esto no solo brinda acceso a lujosas casas de vacaciones, sino que también fomenta un sentido de comunidad y pertenencia entre los propietarios. La cofundadora Mélie Dunod enfatiza que su enfoque va más allá del lujo material. Se trata de ofrecer experiencias que conecten emocionalmente con los viajeros.
August Collections permite a las familias invertir en propiedades que han sido elegidas por su historia y encanto. Este modelo no solo democratiza el acceso a viviendas exclusivas, sino que también crea una red entre los propietarios que comparten intereses similares. Al poder reservar estas propiedades durante varias semanas al año, los clientes pueden disfrutar de diferentes destinos europeos sin perder la sensación de hogar.
Este tipo de alojamiento también fomenta un estilo de vida más relajado y social. A diferencia del ambiente a menudo impersonal de un hotel, donde las interacciones son breves y superficiales, alquilar una casa permite a los huéspedes recibir a amigos y familiares, cocinar juntos y disfrutar del tiempo en comunidad. Esta experiencia compartida se convierte en parte integral del viaje, enriqueciendo el tiempo pasado en el destino elegido.
Experiencias inmersivas como prioridad
La búsqueda de experiencias inmersivas sin obviar el lujo está transformando la forma en que los viajeros ricos interactúan con sus destinos. En lugar de simplemente visitar lugares turísticos, los consumidores buscan actividades que reflejen sus intereses personales y les permitan sumergirse en la cultura local. Esto incluye desde clases de cocina hasta retiros espirituales personalizados. La personalización extrema se ha convertido en un estándar, y las empresas están respondiendo a esta demanda al ofrecer itinerarios únicos y auténticos.
Las empresas emergentes están aprovechando esta tendencia al diseñar experiencias completamente personalizadas para sus clientes. Por ejemplo, algunos servicios ofrecen guías locales que pueden adaptar itinerarios según las preferencias individuales del viajero. Esto no solo proporciona una perspectiva única sobre el destino, sino que también permite a los turistas explorar áreas menos conocidas y experimentar la vida cotidiana como lo haría un residente local.
Además, estas experiencias suelen incluir actividades interactivas que fomentan una conexión más profunda con el lugar visitado. Desde talleres artesanales hasta cenas privadas con chefs locales, estas oportunidades permiten a los viajeros participar activamente en su entorno. A medida que el lujo evoluciona hacia lo experiencial, se hace evidente que las memorias creadas durante estos momentos son mucho más valiosas que cualquier objeto material.
La tecnología redefine el viaje de lujo
La tecnología también es parte de la transformación que experimentan las personas ricas. Este año, las herramientas digitales no solo facilitaron la planificación y reserva de viajes, sino que enriquecieron la experiencia misma. Desde aplicaciones que sugieren actividades personalizadas hasta gafas de realidad virtual que permiten explorar destinos antes del viaje, la tecnología se está convirtiendo en una aliada indispensable para los viajeros de lujo.
Las plataformas digitales ahora permiten a los usuarios acceder a recomendaciones basadas en inteligencia artificial que se adaptan a sus preferencias individuales. Esto significa que cada viajero puede recibir sugerencias únicas sobre restaurantes, actividades y lugares para visitar según sus intereses específicos. Esta personalización mejora significativamente la experiencia general del viaje al hacerla más relevante y atractiva.
Además, la tecnología está facilitando el acceso a servicios exclusivos. Por ejemplo, algunas aplicaciones permiten reservar experiencias privadas o eventos especiales con solo unos clics. Esto no solo ahorra tiempo a los viajeros adinerados, sino que también les brinda oportunidades únicas para disfrutar del destino desde una perspectiva privilegiada.
Mercado en transición
A pesar del crecimiento en el sector de experiencias lujosas, el informe de Bain & Company indica que el gasto global en lujo se mantendrá relativamente plano, alcanzando casi 1,5 billones de euros en 2024. La erosión del 2% en el mercado de artículos personales refleja una tendencia más amplia: una base de clientes que se reduce debido a la incertidumbre económica y a cambios en las preferencias generacionales.
La Generación Z está especialmente influenciada por estos cambios. Muchos jóvenes consumidores con alto poder adquisitivo están optando por gastar su dinero en este tipo de experiencias memorables en lugar de productos materiales costosos. Esta tendencia ha llevado a un cambio significativo en cómo las marcas deben posicionarse para atraer a esta nueva generación de consumidores exigentes.
Las marcas tradicionales deben adaptarse rápidamente para seguir siendo relevantes; esto incluye repensar sus estrategias comerciales y centrarse más en ofrecer experiencias personalizadas y significativas para sus clientes. Las empresas deben estar dispuestas a innovar y explorar nuevas formas de conectar con sus consumidores si desean mantener su relevancia en este mercado cambiante.
Un panorama desigual
Las tendencias del mercado mundial del lujo varían significativamente. Estados Unidos muestra signos positivos a pesar del entorno incierto; sin embargo, otros países enfrentan desafíos diferentes. Japón lidera el crecimiento mundial gracias al turismo impulsado por tipos de cambio favorables y una recuperación post-pandemia sólida. En contraste, China afronta una caída notable en la confianza del consumidor debido a factores económicos internos.
Europa presenta un crecimiento moderado impulsado por el turismo, pero las tensiones geopolíticas han afectado su dinámica general. Las ciudades clave siguen atrayendo turistas adinerados gracias a su rica historia cultural y ofertas únicas, aunque con variaciones significativas entre países y regiones dentro del continente.
Mercados emergentes como América Latina e India muestran potencial para crecer rápidamente en el sector del lujo. Con una clase media alta creciente y un interés mayor por las experiencias personales lujosas entre estos consumidores ricos, hay oportunidades significativas para las marcas dispuestas a invertir y adaptarse a estas dinámicas cambiantes.
Mirando hacia el futuro
A medida que avanzamos hacia 2025 y más allá, se espera que las marcas de lujo repiensen sus estrategias para adaptarse a este nuevo panorama. La creatividad y la personalización serán esenciales para atraer a una clientela cada vez más diversa y exigente. Las empresas deberán combinar tradición e innovación para ofrecer experiencias únicas que resuenen con las aspiraciones contemporáneas.
El futuro del lujo parece estar definido por una combinación equilibrada entre lo material y lo experiencial. Aquellas marcas capaces de ofrecer ambas dimensiones estarán mejor posicionadas para prosperar. El desafío radica no solo en entender lo que quieren los consumidores hoy, sino también anticipar sus deseos futuros mientras navegan por un mundo económico incierto.