Por Iñigo Aduriz | Fotos: Benito Guerrero
09/07/2017
ENTREVISTA | LUIS ALFREDO RAMOS. Exgobernador de Antioquía (Colombia)
Aunque aún no ha dado el paso, son muchos los sectores de la oposición colombiana ligados a los partidos conservadores y al Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe los quieren que Luis Alfredo Ramos (Antioquía, Colombia, 1948) sea su candidato para presidir el país de cara a las elecciones de 2018. Fervientemente contrario a las políticas de Juan Manuel Santos y muy crítico con el proceso de paz alcanzado con las FARC, el exgobernador de Antioquía fue recientemente puesto en libertad tras pesar durante tres años sobre él la acusación de haber tenido vínculos con paramilitares. La Procuraduría colombiana ha solicitado su absolución ante la ausencia de pruebas y al considerar que las acusaciones las habían vertido falsos testigos. Mientras espera el fallo, se ha propuesto viajar por todo su país para “tomar el pulso” a sus ciudadanos. En esta conversación con Cambio16, celebrada durante su reciente visita a Madrid, el también exsenador sostiene que su país “no tendrá paz mientras haya cultivos ilegales de coca”.
El pasado 19 de junio, nada más de que se produjera el atentado en un centro comercial de Bogotá, el expresidente Álvaro Uribe aseguró que Colombia necesita “más autoridad”. ¿Comparte esa idea? ¿Cuál debería ser el camino?
El presidente Uribe fue muy exitoso con el programa de seguridad democrática. Y, en realidad, el país tuvo durante los ocho años de su Gobierno, una mejora sustancial de la seguridad. Es un esquema que dio resultados.
La toma entonces como ejemplo.
Así es. Y yo creo que Colombia no escapa a lo que está sucediendo en distintos países del mundo, como en Europa o en EEUU. Lo demuestran hechos como el sucedido en la ciudad de Bogotá. Hay que tener una mano firme para combatir el terrorismo.
¿En qué debe cambiar, a su juicio, Colombia?
Tiene que cambiar de Gobierno y de administración. El presidente Juan Manuel Santos ha tenido un Gobierno que se ha desprestigiado por el manejo de los temas económicos, por el abandono de distintas regiones del país en lo social y, sobre todo, porque la política se ha convulsionado mucho por el proceso de paz vivido durante estos seis o siete años. Ha dejado un clima candente que se reflejó en las elecciones del plebiscito de octubre del año pasado. Colombia lo que tiene que buscar ahora es un cambio de rumbo y de Gobierno.
¿Cree que la sociedad se ha polarizado?
En Colombia hay una real oposición que la encabeza el Centro Democrático del presidente Uribe porque los otros partidos se han posicionado de parte del Gobierno y de las mayorías del Congreso para aprobar la legislación en estos años.
Asegura que el Gobierno se ha equivocado especialmente en el ámbito económico.
Los indicadores son malos para el país. Se ha incrementado el déficit de cuenta corriente, el de inversión extranjera o el fiscal, y ha aumentado de forma exagerada la deuda pública, por hablar solo de algunos temas.
¿Qué se debe hacer para mejorar?
Hay que poner orden en muchos temas empezando por el económico. Hay que ganar confianza para que el país pueda tener una nueva época en el manejo de todos los asuntos económicos que han traído tantas dificultades en estos años. Si no hay un cambio para la confianza de los ciudadanos y de los inversores y si no hay una reconstrucción económica, el país seguirá viviendo años difíciles.
¿Cuáles son los sectores emergentes?
Primero tiene que haber un Gobierno que de confianza. Solo con el crecimiento de la industria hay posibilidades de aumentar el empleo, que es muy necesario para nuestro país.
¿Qué podría atraer a los inversores extranjeros?
En el sector público podría ser el sector de las telecomunicaciones, la energía, el manejo de acueductos, que todo ello tiene una vinculación muy amplia con el sector privado. Colombia es un país que ha sido, en general, rentable para el sector privado. Existen grandes posibilidades de inversión que no se han venido dando en estos últimos años. También ha disminuido la inversión en el sector de los hidrocarburos.
¿No se ha percibido un incremento de las inversiones con la firma del acuerdo de paz?
No. El acuerdo ha generado mucha inquietud en los inversores. No solo en los extranjeros sino también en los colombianos, que ahora están invirtiendo fuera del país. Algo está pasando para que eso ocurra.
¿Qué cree usted que está pasando?
Hay una desconfianza sobre el acuerdo del proceso de paz. Todavía no se sabe en qué terminará esto. Las FARC tienen que demostrar que dejarán las armas, el secuestro y la extorsión y que dejan los vínculos con lo que tenga que ver con el narcotráfico y los cultivos ilícitos. Obviamente los inversores ven esto con mucha inquietud. El 80% del país cree que el manejo de los acuerdos no ha sido el correcto.
Pero, ¿la violencia persiste en Colombia?
Persiste por una razón fundamental. En un país donde en este momento hay 188.000 hectáreas de cultivos ilícitos, obviamente tiene que haber violencia, porque esto es lo que alimenta al narcotráfico, las bandas criminales y la delincuencia. Colombia no tendrá paz mientras haya cultivos ilícitos de coca en esa dimensión. Parte de los acuerdos ha tenido que ver con que no se aplicara el lifosato, que no haya aspersión. Por eso han crecido tanto los cultivos ilegales. Uribe llegó a reducirlas a 40.000 hectáreas y hoy tenemos 188.000 hectáreas.
¿Cómo ve el Plan Colombia acordado con EEUU?
Durante los últimos años se ha reducido de forma sustancial hasta el punto que en el próximo año, si no me equivoco, será únicamente de 170 millones de dólares. Las cifras de cuando el presidente Pastrana estaba al frente del país y de los primeros años del presidente Uribe, se han reducido sustancialmente.
¿Se debería retomar o actualizar?
Colombia necesita ayuda para combatir esas 188.000 hectáreas. El Gobierno está anunciando que hay una erradicación pero la que se hace ahora, que es manual, es mínima. Por eso nunca disminuirán los cultivos ilícitos.
¿Cree, como sostiene el Centro Democrático, que se ha hecho mal el acuerdo de paz?
Yo no puedo hablar como portavoz de ese partido, pero creo que el Centro Democrático está viendo el acontecer sobre los acuerdos y mira con inquietud lo que viene. Sus dirigentes saben muy bien que hay que construir sobre lo construido. No se puede desbaratar todo lo que se ha hecho. Si las FARC definitivamente las armas, el secuestro y la extorsión obviamente esos acuerdos podrían ser favorables para el país. Pero hay inquietudes por las disidencias de las FARC. Existen distintos frentes al sur del país.
¿Qué garantías les servirían?
El hecho de que haya disidencias en las FARC da mucho que pensar. Se debe mirar hacia dónde van o si tienen una doble agenda. Eso causa inquietud a los inversores y a los ciudadanos.
Pero, ¿qué más exigencias debería hacer el Gobierno?
Una total para que se cumpla que no haya arremetidas de las FARC sino que no haya compromiso con la extorsión. Ahora se sigue manteniendo la extorsión en distintos sectores.
Queda menos de un año para las elecciones presidenciales de mayo. ¿Cree que sería usted un buen candidato?
Simplemente estoy en una etapa de exploración. No soy candidato aún.
Mucha gente quiere que lo sea.
Sí, sí.
¿Aún no ha tomado la decisión?
Me falta un fallo de la Justicia, porque fui detenido durante tres años y tres meses. Mientras la Corte no emita el fallo obviamente no puedo tomar ninguna decisión de ser candidato. Lo que estoy haciendo es recorrer el país contando mi caso y tomándole el pulso a los colombianos.
¿Le gustaría ser candidato?
Lo pensaré en el momento en el que tenga mi fallo en la mano y tras recorrer el país ampliamente.
Respecto a su caso, ha asegurado ser víctima de un “cartel de falsos testigos”. ¿En qué consiste?
En Colombia surgieron los falsos testigos a raíz de una ley que les dio el principio de oportunidad a los delincuentes para que hablaran de terceras personas y pudieran obtener rebajas en las penas. Ahora hay más de 3.000 casos visibles de esos falsos testigos. Se ha convertido en un problema muy grande y se habla de que es un cáncer para la Justicia. Personalidades del país han sido víctimas de esos falsos testigos, como el almirante Arango Bache, la parlamentaria Nancy Patricia Gutiérrez, el expresidente del Congreso Luis Fernando Velasco, el exdiputado a la Asamblea del Valle Sigifredo López, la periodista Angélica González. Son personas que han sido detenidos durante años y, posteriormente, han quedado en libertad porque no existían pruebas.
Es también su caso.
La Procuraduría de Colombia el pasado seis de marzo le pidió a la Corte Suprema de Justicia mi total absolución porque no existía prueba alguna de que hubiera cometido algún delito.
¿Ha aprendido algo de tres años de proceso, que ha hecho que pase incluso por la cárcel?
Muchas cosas. Sobre todo, una rutina de vida que no tenía. He leído 150 libros aunque me regalaron 500. Y uno de ellos fue la biografía de Rajoy.
¿Qué le parece Rajoy como líder?
Creo que ha tenido una vida muy austera. Es lo que más destacaría de esa biografía.
¿Cuál es el motivo de su viaje a España?
Mantener conversaciones con distintos agentes de la política de este país. El referente aquí es Partido Popular.
¿Cómo califica la evolución de la situación española en los últimos años?
Hubo unos años de crisis que acabaron con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Le tocaron unos primeros años muy duros al presidente Rajoy para superar eso. Pero luego he visto una mejora sustancial en la parte económica y en la social. Con respecto a mis últimos viajes –el último fue hace cuatro años– veo Madrid como una ciudad más limpia, organizada y viva.
¿Cómo ve América Latina hoy?
Países como Venezuela, Argentina, Bolivia o Ecuador han sufrido bastante con los gobiernos que han tenido. Eso es lo que no debería suceder en un país como Colombia, que tiene que estar prevenido por el vecindario que tenemos. Y, sobre todo, tiene que estar muy expectante sobre dónde llegarán los acuerdos de paz y las FARC en su cumplimiento.
¿Cómo ve lo que está sucediendo en Venezuela en las últimas semanas?
Con muchísima preocupación. Ojalá Venezuela pueda resolver por la vía democrática su solución interna.
¿Usted no descarta un conflicto civil?
Podría llegar a darse.
¿Qué condiciones se deben dar para un nuevo diálogo?
Los diálogos hasta ahora en Venezuela han servido muy poco. Todas las manifestaciones son una muestra de que los diálogos no han servido para nada. Tampoco la participación de la Iglesia o la de dirigentes españoles que han estado allí.
Leopoldo López desde la cárcel solicitó al Ejército que tomara cartas en el asunto…
Ese es un asunto muy complejo. Pero, obviamente, los ejércitos están constituidos en nuestros países para defender la democracia.
¿Ve posible que el chavismo vuelva a ganar unas nuevas elecciones?
Lo creo imposible salvo que sea por fraude. Estoy cualquier seguro de que cualquier votación sería contraria al estado de cosas que hoy hay en ese país. Pero el problema allí es el control de la parte electoral que no es confiable.
¿Qué papel debe jugar Trump en América Latina?
Para países como Colombia EEUU es fundamental, porque es nuestro primer socio comercial y político. Por eso son fundamentales las decisiones que se tomen por parte del presidente Trump. También serán las que tome frente a Venezuela. Hasta ahora ha sido muy cauto en cuanto a las decisiones que ha tomado hasta ahora. Habrá que ver cuáles son las que adopte en el futuro inmediato.