Aunque el asesinato del fotógrafo de Reuters, Danish Siddiqui, en Afganistán no está claro, existen evidencias de que el destacado y valiente profesional indio, fue vilmente torturado por los talibanes. Siddiqui, de 38 años de edad, fue reconocido con el premio Pulitzer por la calidad de sus trabajos y el empeño en sus propuestas gráficas. Se distinguió en la cobertura de guerras, violencia de masas y crisis de refugiados.
El fotoperiodista estrella de Reuters, asentado en Nueva Delhi, decidió que quería ayudar a cubrir la historia de los cruentos combates entre afganos y talibanes. Le dijo a un jefe: «Si no vamos, ¿quién lo hará?».
El domingo 11 de julio, Siddiqui llegó a una base de las Fuerzas Especiales afganas en la ciudad sureña de Kandahar. Allí se incrustó con una unidad de varios cientos de comandos de élite encargados de eliminar a los combatientes talibanes. Durante semanas han ganado espacios en ese territorio.
Dos días después se unió a una exitosa misión para rescatar a un policía que estaba rodeado de insurgentes. Su convoy regresaba cuando fue atacado por granadas propulsadas por cohetes. Siddiqui capturó en video el destello y la sacudida cuando una granada golpeó el costado de su vehículo y los comandos al frente atravesaron la barrera. Sus imágenes y el informe de la misión se publicaron en el cable de Reuters.
El 16 de julio fue trágico. Siddiqui y dos comandos afganos murieron en un ataque de los talibanes, mientras estaban en otra misión. Y en un intento fallido de retomar la ciudad fronteriza clave de Spin Boldak. Esa derrota fue un hito temprano en el colapso del ejército afgano. En las semanas siguientes, los talibanes conquistaron ciudad tras ciudad. Su victoria final llegó a mediados de agosto, cuando Kabul fue el último en caer.
Hechos que rodearon el asesinato del fotógrafo Danish Siddiqui
El asesinato del fotógrafo Danish Siddiqui subraya los riesgos que enfrentan los periodistas, tanto en los medios internacionales como en los medios locales, al cubrir conflictos y luchas políticas. Las organizaciones de medios están lidiando con la mejor manera de proteger a su personal mientras publican noticias vitales de interés público.
En el mundo, más de 600 periodistas han sido asesinados desde 2010, según el Comité para la Protección de los Periodistas. Afganistán ha sido especialmente peligroso, con 35 de esas muertes a principios de agosto, 28 de ellos periodistas afganos.
La familia y los colegas quedaron devastados al enterarse de la muerte de Siddiqui cuando comenzaron a circular imágenes sombrías de su cuerpo en las redes sociales. Si bien algunos detalles sobre su muerte siguen sin estar claros, ha surgido suficiente información para dar un resumen de los eventos, advierte Reuters en sus reportes.
Los primeros informes indicaron que Siddiqui murió en un fuego cruzado al intentar tomar fotografías en el bazar de Spin Boldak. Un paso fronterizo afgano muy disputado con Pakistán. Pero un examen de las comunicaciones del fotógrafo con Reuters y los relatos de un comandante de las Fuerzas Especiales afganas muestran que Siddiqui fue herido por primera vez por la metralla de un cohete. Luego evacuado a una mezquita local para recibir tratamiento. Pero fue asesinado, según el alto oficial afgano, después de ser abandonado con dos soldados en la confusión de una retirada.
Una versión más sangrienta que la otra
El general de división Haibatullah Alizai, era el comandante del Cuerpo de Operaciones Especiales de Afganistán cuando recibió a Siddiqui en Kandahar. Dijo a la agencia que era evidente que, en feroces combates, sus soldados se retiraron de Spin Boldak y dejaron a Siddiqui y dos comandos que lo acompañaban. Pensando erróneamente que se habían unido al convoy en retirada. Su relato fue corroborado por cuatro soldados que dicen haber presenciado el ataque.
“Los dejaron allí”, afirmó Alizai.
Una señal del teléfono de Siddiqui permitió a Reuters rastrear su ubicación.
Otras circunstancias que rodearon el asesinato del fotógrafo Danish Siddiqui aún no están claras. Funcionarios de seguridad afganos y del gobierno indio han dicho que, basándose en fotos, inteligencia y un examen corporal de Siddiqui, su cuerpo fue mutilado. Mientras estaba bajo la custodia de los talibanes después de su muerte. Los talibanes lo niegan.
Un experto en balística británico consultado por Reuters, Philip Boyce de Forensic Equity, revisó las fotos publicadas en las redes sociales poco después del ataque. Y las comparó con fotografías y radiografías tomadas después de que el cuerpo de Siddiqui fuera recuperado de los talibanes. Boyce concluyó que era «evidente que le dispararon varias veces más después de su muerte». Algunos informes también han afirmado que su cuerpo fue atropellado por un vehículo; Boyce dijo que el daño observado en las fotos era consistente con disparos y no necesariamente implicaba otros tipos de lesiones post mortem.
Un portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, dijo que las heridas de Siddiqui ocurrieron antes del descubrimiento del cuerpo por los extremistas.
«La brutalidad con la que los talibanes castigaron a Danish demuestra los abusos que estaba documentando», sostuvo Meenakshi Ganguly, directora de Asia Meridional de Human Rights Watch.
Profesional aguerrido y sobresaliente
La pérdida de Siddiqui ha tocado la fibra sensible en la India y en la comunidad mundial de fotoperiodismo. Compartió un premio Pulitzer de fotografía por sus imágenes icónicas del éxodo de refugiados rohingya de Myanmar en 2018. En abril de 2015, cubrió el terremoto de Nepal. Cubrió las protestas de Hong Kong de 2019-2020. También participó en la cobertura de los disturbios de Delhi de 2020. Participó activamente en la cobertura de la pandemia de la COVID-19 en el sur de Asia, Oriente Medio y Europa en 2020-2021.
Su trabajo convirtió a Siddiqui en uno de los fotoperiodistas más importantes de India, señaló el reconocido fotógrafo de Magnum Raghu Rai. «Este es uno de esos tipos raros, sin duda, y hacer esto en el tiempo de hoy es enorme, enormemente desafiante y aterrador», dijo Rai, de 79 años.
En un comunicado, la familia de Siddiqui aseguró: «Danish no solo fue un profesional sobresaliente, sino también un ser humano maravilloso que capturó la verdad a través de su lente».
Reuters dijo que los eventos que rodearon la muerte de Siddiqui son objeto de revisiones internas y externas y que la compañía está trabajando arduamente para verificar los hechos.
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