Los pequeños roedores estarían valiéndose de sus habilidades ultrasónicas para manipular nanopartículas y mejorar más su sentido del olfato
Los ratones, conocidos por sus agudos chillidos inaudibles para los humanos, estarían utilizando habilidades ultrasónicas nunca antes vistas para potenciar su sentido del olfato. Un estudio reciente sugiere que estos pequeños roedores podrían estar manipulando partículas en su entorno mediante sonido y creando nuevas vías de información que mejoran su capacidad para detectar olores.
Los científicos han descubierto que los ratones emiten vocalizaciones ultrasónicas que no solo podrían estar relacionadas con rituales de cortejo, sino que también podrían estar influyendo en cómo las partículas en el aire entran en sus narices. Este fenómeno, que hasta ahora no se había observado en ningún animal, sugiere que los ratones están creando grupos de olores que les permiten distinguir entre amigos, enemigos y posibles amenazas.
La investigación, publicada en la revista Neuroscience and Biobehavioral Reviews, destaca que los ratones podrían estar utilizando técnicas similares a las de la vibroacústica, donde las ondas ultrasónicas se utilizan para agrupar partículas en un área localizada. Esto les permitiría detectar mejor las feromonas y otras señales químicas en su entorno.
El descubrimiento tiene implicaciones importantes, no solo para la comprensión de los comportamientos de los roedores, sino también para posibles aplicaciones en la medicina y la tecnología. Si se confirma esta capacidad, podría abrir nuevas vías para el desarrollo de tratamientos y tecnologías basadas en el uso del sonido para manipular partículas a nivel molecular.
Investigación avanzada
Este descubrimiento no fue casual. Los científicos emplearon técnicas avanzadas para estudiar el comportamiento de los ratones en detalle. Utilizaron grabaciones de alta frecuencia para capturar las vocalizaciones ultrasónicas y luego analizaron cómo estas afectaban la distribución de partículas en el aire. Fue un trabajo meticuloso.
El proceso incluyó observaciones tanto en condiciones controladas como en entornos naturales, para asegurar que los resultados fueran representativos del comportamiento natural de los ratones. Además, los investigadores emplearon técnicas de imagenología avanzada para visualizar la formación de clusters de partículas alrededor de los ratones cuando emitían sonidos ultrasónicos.
A pesar de estos avances, aún quedan muchas preguntas por responder. Los científicos continúan investigando cómo exactamente los ratones producen estos sonidos y cómo su cerebro procesa la información olfativa mejorada. Este descubrimiento es solo el comienzo de una nueva y fascinante área de investigación. Las vocalizaciones de ratas se han utilizado en el estudio de trastornos relacionados con la comunicación, el comportamiento social y el procesamiento emocional.
Sentidos animales
El hallazgo de las capacidades ultrasónicas de los ratones se suma a una larga historia de descubrimientos sobre los sentidos de los animales. En el pasado, otras habilidades sorprendentes, como la visión ultravioleta en aves o la capacidad de detectar campos eléctricos de tiburones, han cambiado nuestra comprensión de cómo los animales perciben el mundo.
Estos descubrimientos a menudo han llevado a avances tecnológicos. Por ejemplo, la ecolocalización de algunos animales inspiró el desarrollo del sonar, una tecnología importante en la navegación submarina. Los murciélagos utilizan la ecolocalización para navegar y cazar en la oscuridad. Emiten sonidos de alta frecuencia y analizan los ecos que rebotan de los objetos en su entorno, permitiéndoles «ver» con el sonido.
Los delfines y las ballenas también emplean técnicas de ecolocalización. Emiten clics y escuchan los ecos para identificar la ubicación y la forma de los objetos. Con ella también buscan alimentos, cazan, se comunican, encuentran pareja para aparearse y evitan a los depredadores. Este uso del sonido para interactuar con el entorno muestra que la naturaleza ha encontrado múltiples formas de utilizar las ondas sonoras de manera innovadora.
Las serpientes usan sus lenguas bifurcadas para “olor en estéreo” como partículas de olor son recogidas por sus lenguas y transportadas al órgano vomeronasal, lo que les da un mayor sentido del olfato.
Olfato prodigioso
Las ratas y ratones son potencialmente capaces de diferenciar con el olfato cientos de miles de olores. Y lo utilizan como una forma de comunicación en conjunto con su orina. En esta hay proteínas específicamente excretadas, cuyo olor puede ser percibido e interpretado como mensajes de identidad, alerta o estrés.
Algunos estudios concluyen que el sentido de la vista en una rata llegaría a un limitado 20 sobre 600, por lo que sería imposible sobrevivir si tuviera que confiar solo en lo que ve. Esta deficiencia la suple con un sofisticado sentido del olfato, que le permite orientarse, reconocer a sus similares y tomar decisiones, como hacia dónde ir o qué comer.
Son capaces de crear «imágenes mentales», basadas en su capacidad para identificar potencialmente cientos de miles de olores específicos. Esto les ayuda, por ejemplo, a distinguir la diferencia entre aromas naturales y sintéticos o saber de qué se ha alimentado un congénere solo con oler su aliento.
Igualmente, ratas y ratones son capaces de detectar todo un rango de sustancias químicas, volátiles y no volátiles, péptidos y pequeñas proteínas. Esta capacidad se ha relacionado con el hábito que tienen de orinar de forma frecuente sobre superficies de su entorno. No orinan a libre albedrío, sino en espacios comunes a su grupo social y con el objetivo de señalizar algo.
Orina informativa
En la orina de estos roedores hay proteínas cada una con una estructura única y una cantidad de feromonas asociadas. La funcionalidad de esta combinación es permitir que las feromonas, generalmente muy volátiles, permanezcan en el ambiente mucho más tiempo del que escarian libres en la atmósfera.
De este modo, los mensajes específicos transmitidos entre individuos mediante las señales químicas y las feromonas permanecen durante periodos más largos. Esto es importante, entre otras cosas, para la supervivencia del grupo. Si un ratón ingiere algo que le sienta mal, a medida que crece su malestar empieza a excretar proteínas y feromonas, que transmiten su malestar al grupo.
Al olerlo, los demás miembros del grupo identifican que es lo que ha comido y los evitan. Si el alimento en cuestión es un cebo con veneno, rápidamente puede desarrollarse aversión a este producto entre los integrantes del grupo.
El sentido del olfato de los ratones es diferente al de los seres humanos. Por esta causa, tienen la capacidad de detectar olores que la gente no percibe e inclusive verse negativamente afectados por aromas. Los olores que aborrecen son de diversa naturaleza.
En ocasiones, los rechazan por su formulación química, que puede incluir componentes peligrosos. También, el aroma puede recordarles el de sus depredadores. En cualquier caso, estos mamíferos son capaces de detectar rastros mínimos de una sustancia a través de su bulbo olfativo.
Aparte de ayudarles a evitar el peligro, el olfato les sirve para organizar su entorno social. El olfato les permite además tener una idea intuitiva del número de individuos del nido y distinguir entre machos y hembras, adultos y crías, así como identificar a las hembras que se encuentran en su ciclo de reproducción.
Olores que detestan
- Salsa picante. Los capsaicinoides del ají son los componentes que le confieren su efecto picante. Además, irritan las glándulas olfativas y gustativas de diferentes animales entre los cuales se encuentran perros y ratones.
- Hierbabuena y menta. El componente que más gusta de tales plantas aromáticas, el mentol, es un irritante natural de las mucosas olfativas. Por lo que tienden a alejarse al sentir su aroma fresco y agradable para los humanos.
- Amoníaco y cloro. Los productos de limpieza que contienen tales componentes poseen propiedades antisépticas y desinfectantes. Su olor suele irritar las vías respiratorias de humanos y ratones. Estos últimos conocen intuitivamente que tales sustancias representan un peligro mortal y las rehúyen.
- Esencias perfumadas y alcoholes. Al olerlas sus vías respiratorias resultan fuertemente irritadas y como respuesta tienden a alejarse.
- Naftalina. Este es un hidrocarburo de la familia de los aromáticos que suele usarse como repelente de insectos, gracias a su olor penetrante. Además de desagradable para los ratones resulta tóxica, porque les produce inflamación pulmonar y la muerte cuando la ingieren.