La amenaza ambiental se amplía y diversifica. A la contaminación de plásticos se une la acidificación de los océanos. Ambos componentes están impactando significativamente en las especies marinas y los ecosistemas.
Alrededor de 9 millones de toneladas de plásticos son arrojados a los mares cada año. Actualmente, unas 700 especies de organismos marinos se ven afectados por este tipo de contaminación. Greenpeace asegura que cada año más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de los plásticos que llegan al mar.
En simultáneo, esta acidificación o descenso del pH de los océanos es el resultado de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera procedentes de las actividades humanas. Esta acción, perturba la fijación de carbonato de calcio (CaCO3) en los esqueletos o armazones de conchas. Provoca la disminución de especies muy sensibles como erizos, moluscos y estrellas de mar. Y pone en riesgo a especies y ecosistemas marinos como los arrecifes de coral.
Un estudio, recién publicado en la revista Marine Pollution Bulletin, aborda la relación del plástico, las bacterias que lo circundan y la acidificación. Así, después de tres semanas sumergidas en el océano, la diversidad bacteriana en las botellas de plástico es dos veces mayor que en las muestras recolectadas del agua de mar circundante.
Sin embargo, en áreas de dióxido de carbono elevado, un gran número de grupos taxonómicos, se vieron afectados negativamente. Incluidas las bacterias que desempeñan un papel importante en el ciclo del carbono,
La contaminación de plásticos en los océanos
«El estudio se suma a la creciente evidencia de que la presencia cada vez mayor de desechos de plásticos en los océanos proporciona un hábitat novedoso para las bacterias», dijeron los investigadores de la Universidad de Tsukuba, Japón.
Sin embargo, sus resultados destacan que las condiciones ambientales y los procesos ecológicos locales tendrán un papel importante en la determinación de su impacto más amplio en las próximas décadas.
Los científicos sumergieron varias botellas de plástico en los mares de la isla japonesa de Shikine. Una región famosa por sus filtraciones de CO2 donde el gas que escapa se disuelve en el agua de mar. Adicionalmente, crea condiciones similares a las que se espera que ocurran en el mundo en los próximos años.
Luego utilizaron una secuenciación de ADN y técnicas estadísticas para analizar cómo las bacterias colonizan el plástico en los océanos en comparación con el entorno natural circundante. Y si el aumento de los niveles de CO2 causaría cambios en la distribución de las bacterias.
«Las botellas de plástico desechadas se han convertido en algo común en nuestros océanos. Esperábamos verlas colonizadas por diferentes tipos de bacterias», dijo el autor principal del estudio, Ben Harve, de la Universidad de Tsukuba.
Acidificación de los mares
El investigador indicó asimismo que «predijimos que los niveles elevados de CO2 causarían cambios significativos en las colonias bacterianas. Pero aún así fue sorprendente ver el alcance de ese cambio. Así cómo los niveles elevados afectaron a las especies de manera diferente”. Ver la disminución de las especies beneficiosas mientras que las dañinas prosperan es una obvia causa de gran preocupación, dijo.
Científicos de las universidades de Tsukuba y de Plymouth, en el Reino Unido han publicado estudios en la última década que muestran las amenazas que plantea la acidificación de los océanos en términos de degradación del hábitat y pérdida de biodiversidad.
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