Diseñan un mecanismo que convierte en realidad el sueño de muchos, el que personas y perros puedan comunicarse con “palabras”. El mecanismo, sin dudas, potencia la inteligencia de los caninos y sus cualidades afectivas. Más allá de la mirada y el movimiento de sus colas, estas mascotas pueden ahora interactuar de una manera más estrecha y precisa con su familia adoptiva. Los perros tienen la posibilidad de “hablar” al presionar unos botones con sus patitas.
Esa trillada expresión: “mi perro es tan inteligente que lo que falta es hablar” es prácticamente un hecho. Se les conoce como «perros botones» por su capacidad percibida para comunicarse. Presionando unas teclas identificables por imágenes, símbolos o ubicaciones correspondientes a palabras específicas.
Los dueños de mascotas registran sustantivos, verbos y emociones, y creen que los botones les permiten a sus perros, y en casos excepcionales, a sus gatos, hacer preguntas. Expresar sentimientos como dolor («ay») o enojo («enojado») e indicar algo que quieren («tratar», «cookie» y «fuera»).
Este concepto tiene mucho que ver con amaestrar a tus consentidos. De eso sabe mucho César Millán, “el encantador de perros”. Aunque Pavlov, el creador de la teoría conductista se lleva todos los honores.
En este caso, el novísimo dispositivo está creciendo en popularidad. Los dueños de mascotas pueden comprar botones y cajas de resonancia desde unos $ 30 por un kit de inicio hasta $ 230 por un juego completo «Pueden hablar».
Los videos de perros con botones se han convertido en un boom en las redes sociales. Uno de los hashtags utilizados con videos de perros botones, #dogbuttons, tenía más de 102,8 millones de visitas en TikTok hasta inicios de semana, reseña The Washington Post.
Con los perros botones, ¿hablamos el mismo idioma?
El dispositivo se conoce como FluentPet Connect. Tiene un funcionamiento muy sencillo y es que cada vez que el perro presiona un botón su propietario recibe un mensaje en tiempo real.
Algunas de las personas que lo han probado aseguran que para que el perro se aprenda cada uno de los botones y los asocie a una determinada acción, se necesita mucha paciencia. El aparato tiene una forma hexagonal y entre las palabras de los botones se encuentran: “hola”, “tengo hambre”, ‘jugar’ o ‘afuera’ entre otras. Una manera de potenciar la inteligencia y aptitudes de los perros.
El director ejecutivo de FluentPet, Leo Trottier aseguró que “cuando las personas están en otra habitación, pueden recibir un mensaje de texto de su perro”. Un ejemplo de mensaje podría ser: “Necesito salir ahora mismo”.
Contrariamente, el fundador del Canine Science Collaboratory en la Universidad Estatal de Arizona, Clive Wynne, hizo un comentario con mucha seriedad: “hay más posibilidades de enseñar a la gente a hablar perro que de enseñar a los perros a hablar humano”.
En el otro lado, también es cierto que sí que se ha conseguido cierta comunicación, ya que alguno de los perros que lo han probado no presiona botones al azar. Lo hacen sabiendo la acción que hay detrás y con el fin de comunicárselo a su dueño.
Los perros botones, sus manifestaciones y aprendizajes son objeto de debate. Los expertos en comportamiento animal plantean preguntas sobre lo que los perros realmente «dicen» y si las palabras significan lo mismo para un perro que para las personas.
“Ya entendemos lo que los perros intentan decirnos sin los botones. Pero cuando usamos una interfaz lingüística humana, comenzamos a atribuir demasiado a nuestra comprensión conjunta de estas palabras”, dijo Amritha Mallikarjun. Becaria postdoctoral en Penn Vet Working en el Centro Canino de la Universidad de Pensilvania.
Entendiendo el lenguaje perruno
Mallikarjun ejemplifica que «si un perro presiona el botón ‘amor’, tal vez lo que significa para el perro es: ‘cuando presiono este botón, obtengo mascotas o todos dicen mi nombre'».
Por otra parte, Sarah-Elizabeth Byosiere, directora del Thinking Dog Center en Hunter College, cree que «nuestros perros nos han estado ‘hablando’ todo este tiempo. Pero no los hemos estado ‘escuchando'», señaló. “Los videos cortos que veo en línea parecen indicar que los perros pueden formar asociaciones entre presionar un botón y un resultado. Es realmente difícil decir si está sucediendo algo más”.
Algunas investigaciones han analizado la funcionalidad de los botones caninos. Pero hay un estudio en curso en la Universidad de California en San Diego está tratando de determinar si los botones pueden permitir que los perros se comuniquen de manera significativa.
La investigación, adelantada por Federico Rossano, se lleva a cabo en asociación con FluentPet, que produce y vende botones y cajas de resonancia. La compañía está compartiendo datos con el laboratorio de Rossano y la Universidad de California en San Diego, pero no está financiando el estudio, afirmó.
“No estamos pagando por los datos, y ellos no nos están pagando para analizar los datos”, dijo Rossano. «Mi laboratorio recopila datos adicionales y también realiza experimentos de comportamiento, completamente independientes de FluentPet».
Los padres humanos de unos 10.000 perros de 47 países inicialmente se registraron y enviaron datos básicos sobre sus mascotas, comentó. Un subconjunto mucho más pequeño, menos de una docena ahora, pero eventualmente varios cientos, tiene cámaras en sus hogares que funcionan las 24 horas del día. Los 7 días de la semana para capturar el comportamiento de los botones de los perros.
Medir sus aprendizajes
Hay alrededor de 1.600 perros y 400 gatos, cuyos datos se están enviando actualmente, confió Rossano. “Pero dado que este es un estudio longitudinal, dependiendo de las preguntas, podemos usar datos de los más de 10.000 participantes o simplemente centrarnos en los datos que estamos recopilando ahora”, agregó.
“Por ejemplo, si queremos ver si algunos rasgos de temperamento o raza de perros son mejores para aprender botones, entonces podemos mirar los 10.000 sujetos”, dijo. «Pero si queremos ver qué tan rápido los participantes pueden aprender un nuevo botón/concepto o si están dispuestos a participar en un experimento, obviamente el grupo con el que podemos contar ahora es de 2000 participantes, no de 10.000».