Por Andrés Tovar
18/11/2016
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Cuando hay cada vez más estudios que plantean la necesidad de prohibir a los más pequeños el uso de tabletas o smartphones, hay que pensar que puede ser por algo. Un reciente artículo de The Wall Street Journal, titulado Banning Tablets is best for children, reflexiona sobre lo importante que puede llegar a ser restringir el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla y la necesidad de que los padres sean consistentes con esas prohibiciones.
Precisamente, la American Academy of Pediatrics han recomendado que los niños menores de 18 meses no estén expuestos a ningún tipo de pantalla. Por su parte, aquellos que tienen edades que fluctúan entre 2 y 5 años, deben estar frente a una pantalla máximo una hora diaria. Para los mayores no se sugieren límites pero si se plantea lo positivo que resulta de evitar el uso de pantallas en dos momentos: antes de acostarse y cuando desplaza otras actividades saludables.
Estos planteamientos resultan consistentes con lo que ocurre cuando se restringe el uso de pantallas: los niños se vuelven menos irritables, más sensibles y felices.
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El problema es que muchas veces los padres no podemos controlar el tiempo que pasan los hijos frente a una pantalla. Y lo peor, es que en la mayor parte de casos nos refugiamos en estas para tener a los niños ocupados. Solo para tener una idea de la dimensión que está alcanzando el problema, en los EE.UU. los niños de 2 a 11 años miran un promedio de 4 horas y media al día de la programación grabada.
El resultado es más niños obesos y con trastornos de atención.
Por ahora, los estudios no son concluyentes, pero hay una cosa en la que la mayoría coincide: los efectos de las pantallas en los niños pequeños dependen de lo que están viendo y el nivel de consumo pasivo.
Así que lo mejor que pueden hacer los padres es atender lo que los niños están haciendo.
[aesop_quote type=»block» background=»#ffffff» text=»#000000″ width=»content» height=»auto» align=»center» size=»2″ quote=»El exceso de exposición a las pantallas puede reducir la concentración e incrementar los potenciales problemas de atención en la escuela» parallax=»off» direction=»left»]
El director del Center for Child Health, de Seattle, Dimitri Christakis, advierte que el exceso de exposición a las pantallas puede reducir la capacidad de atención y eso incrementa los potenciales problemas en la escuela.
Además, en la medida que los pequeños crecen, el tiempo frente a una campaña puede afectar el sueño, provocar problemas en la escuela y en el rendimiento de la memoria.
Por eso, si ya estás decidido a restringir la exposición a las pantallas, hay que saber dar el ejemplo. Y es que debería existir una regla que diga que cuando los padres están con los hijos, tienen que evitar las redes sociales y el correo electrónico.