Es cierto que no se distinguen por su gracia, como los delfines o los chimpancés, pero los murciélagos, tan estigmatizados en la literatura y en las leyendas urbanas, aportan mucho valor a la naturaleza. Para colmo para las inocentes criaturas, en esta época de pandemia por la COVID-19 se les ha atribuido ser los vectores del coronavirus SARS-CoV-2. Hasta han sido sacrificados para evitar más contagios. Hasta ahora los visones son los únicos animales que se sospecha que podrían transmitir el nuevo coronavirus, están más en contacto con los humanos y se producen con fines comerciales en grandes cantidades.
Los murciélagos representan más del 20% de las especies de mamíferos del planeta y desempeñan funciones esenciales para los ecosistemas. Mientras que en los países tropicales, plantas y cultivos dependen de manera total o parcial de los murciélagos para polinizar sus flores o esparcir sus semillas, en Europa se alimentan, sobre todo, de insectos. También de arañas, y una especie, de frutas.
“Es un gran beneficio para los humanos que los murciélagos ayuden a controlar los insectos. Algunos pueden dañar los cultivos y los jardines, además de transmitir enfermedades como la malaria”, afirma la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos que opera en la Universidad de Alcalá.
En vista de que los murciélagos han sido aún más estigmatizados por su presunto vínculo con el origen de la COVID-19, tanto el Secemu como la organización Bat Conservation Trust, del Reino Unido, han hecho la campaña #Don’tBlameBats (¡No culpes a los murciélagos!). También para desmentir los muy extendidos mitos y miedos sobre la especie, pero que han aumentado con la mortandad que ha dejado la COVID-19 en el mundo..
Así, Javier Juste Ballesta, científico del Grupo de Investigación y Conservación de Murciélagos en la Estación Biológica de Doñana, señaló que algunos murciélagos han sido sacrificados en varios países como medida para afrontar la COVID-19.
“Se culpa erróneamente a los murciélagos de causar la pandemia de COVID-19. A pesar de que el coronavirus actual solo se ha identificado como una enfermedad humana, la popularidad de los murciélagos ha disminuido durante la pandemia. Murciélagos en peligro de extinción han sido sacrificados en China, Indonesia y Perú, entre otros lugares, en un intento equivocado de detener la propagación del SARS-CoV-2. Esta práctica es cruel, innecesaria, ineficaz y perjudicial para la conservación de los murciélagos”, afirmó.
En mayo se publicó que la Organización Mundial de la Salud había dicho que el nuevo coronavirus no había sido creado en un laboratorio, tal como se había indicado, sino que era una zoonosis vírica que se produjo en los murciélagos. Hasta este momento, sin embargo, no se sabe aún a qué se debe.
Se informó, asimismo, que había consenso científico sobre la teoría de que los patógenos que pertenecen a la familia del coronavirus SARS-CoV-2, a la que corresponde la COVID-19, están relacionados con los murciélagos.
En defensa de los murciélagos
El Secemu contradijo la versión de la OMS en un vídeo animado. Este lo hicieron la misma organización y Clara Prieto, graduada en diseño de información. También contaron con el apoyo del BCT.
El Secemu afirmó que ninguna de las 1.400 especies de murciélagos que hay en el mundo fueran hospedadores del coronavirus. También dijo que no se ha detectado que ninguno de los coronavirus de murciélagos conocidos haya causado enfermedades a los humanos. Hasta el momento, se ha dicho que, en el caso del SARS-CoV-2, la transmisión es de persona a persona.
“Aunque aún seguimos aprendiendo sobre la COVID-19 (todavía se está investigando y no hay una vacuna), existe una teoría generalizada que señala a los murciélagos como el posible origen del virus. Pero ¿son realmente ellos los culpables? (…) Los científicos han descrito cientos de virus en la familia coronavirus, incluyendo cuatro coronavirus humanos que pueden causar el resfriado común. Tres de ellos, el SARS-CoV, el MERS y el SARS-CoV-2, están detrás de algunos de los brotes de enfermedades emergentes en este siglo.
Los coronavirus se pueden encontrar tanto en aves como en mamíferos. Muy raramente algunos de estos virus pueden mutar y saltar a los humanos, con los que les causarían una enfermedad infecciosa. (…) En esta pandemia, sigue siendo un misterio el hospedador original del virus. Al igual que los humanos, los murciélagos son hospedadores de varios tipos de coronavirus. Sin embargo, ninguno de los que se conocen que causan enfermedades a los humanos, incluyendo al SARS-CoV-2, se han detectado en ninguna de las 1.400 especies de murciélagos del mundo”.
Queman murciélagos en Perú para evitar la COVID-19
En marzo, cuando la OMS declaró la pandemia, habitantes del caserío Culden, que se encuentra en la provincia de Cajamarca, Perú, quemaron a murciélagos que fueron hallados en un local. El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) rescató a un grupo y los liberó en una caverna lejana.
Jessica Gálvez-Durand Besnard, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Serfor, lamentó el hecho y llamó a los habitantes de Culden para que no atacaran a los murciélagos.
Se dijo que si se desea dispersar a estos animales, solo basta con poner fuentes de luz.
La OMS declaró la pandemia por la COVID-19 a mediados de marzo, pero la enfermedad surgió en un mercado de Wuhan, China, a finales de 2019. Para este 16 de septiembre había 29.444.198 casos confirmados y 931.321 fallecidos por la COVID-19 en todo el mundo.
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