Una vez más las llamas han envuelto a Portugal. Tierra castigada por megaincendios. Los que en días recientes han consumido los bosques del centro-norte del país son una catátrofe que le envuelven en el duelo nacional. Es uno de los dolorosos signos del cambio climático de nuestros tiempos cuya tendencia a transformarse en la nueva normalidad vienen advirtiendo científicos y ambientalistas sin que los gobiernos tomen cartas en el asunto.
Portugal está reviviendo la pesadilla de los incendios de 2017. De nuevo llamas enormes y vientos inclementes consumen todo a su paso en el país rural. Aterrorizando a los residentes de las áreas adyacentes. Con menos víctimas fatales pero muchas más hectáreas de bosques consumidas por las llamas. Los informes más recientes de las agencias de noticias internacionales reportan 94 de incendios aún activos, 121.000 hectáreas quemadas, 166 víctimas, (de las cuales 13 son heridos graves y 7 muertos).
El año 2024 ha sido inclemente con los lusitanos. Copernicus (el sistema europeo de observación de la Tierra) estima que la superficie continental quemada de Portugal ya suma, 139.819 hectáreas. Consumidas por 168 incendios importantes (con 30 hectáreas o más de superficie quemada) registrados. El 83% de la superficie del territorio nacional está calcinada. Las llamas quemaron en tres días la misma cantidad de superficie que se carbonizaron en los tres meses previos.
Pese a un inicio de año más lluvioso de lo habitual, Portugal y España experimentan un repunte en el riesgo de incendios forestales. Un fin de semana con temperaturas que superaron los 30 °C, unido a una humedad extremadamente baja y fuertes vientos, generaron condiciones ideales para la propagación de las llamas.
Catástrofe y duelo
El Gobierno decretó Estado de catástrofe en las regiones afectadas y duelo en honor a los fallecidos este viernes. Mientras en el centro-norte del país confían en que el cambio en las condiciones climáticas, que preonostican lluvias, permitan controlar definitivamente los incendios antes de que concluya el fin de semana.
Para lo cual cuentan con 3.842 agentes movilizados,1.200 activos terrestres y 25 aviones. Además del apoyo logístico, y humano, de España, Francia, Italia y el apoyo aéreo de Marruecos. El temor ahora es que las lluvias generen deslaves en las zonas devastadas por las llamas. Por lo cual la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil mantiene activas las alertas.
La amenaza de los incendios forestales llevó al gobierno a invertir en prevención y combate. Tras los devastadores incendios de 2017, que causaron la muerte de 64 personas, Portugal multiplicó por diez los fondos destinados a prevenir estos eventos y duplicó su presupuesto para luchar contra ellos.
Los científicos son claros: el cambio climático está intensificando los fenómenos meteorológicos extremos en todo el planeta. Olas de calor más frecuentes e intensas, sequías prolongadas y condiciones climáticas cada vez más impredecibles están aumentando el riesgo de incendios forestales y otras catástrofes naturales. Un estudio reciente concluyó que la ola de calor extrema que azotó el oeste de Canadá y Estados Unidos en 2021 habría sido prácticamente imposible sin el calentamiento global.
Huella de Carbono
Las llamas de los incendios de Portugal liberaron una cantidad sin precedentes de emisiones de carbono. Según datos del servicio Copernicus de la Unión Europea, las liberadas hasta el 18 de septiembre superan con creces cualquier registro anterior para este mes desde 1997. Con 1,9 megatoneladas de carbono emitidas, los actuales incendios casi duplican el récord anterior, establecido en 2003.
Para Mark Parrington, científico principal del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus, el aumento de las emisiones de los incendios y los efectos del humo en la atmósfera y la calidad del aire subraya “la rápida y devastadora intensidad de estos incendios en Portugal”.
El humo generado por el fuego se está desplazando hacia el Atlántico, afectando la calidad del aire en gran parte de Europa. Las previsiones indican que cruzará el Golfo de Vizcaya hacia el oeste de Francia. Las lluvias pronosticadas podrían ayudar a extinguir o reducir los incendios. Pero la amenaza persiste.
La calidad del aire en el norte de Portugal sufrirá una degradación significativa. El humo generado por los incendios contiene altas concentraciones de partículas finas que representan un grave riesgo para la salud. Causan problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares y aumentan el riesgo de mortalidad. Las autoridades sanitarias emitieron alertas y recomendaciones para que la población tome precauciones y limite la exposición al aire contaminado.
Incendios con memoria
Los megaincendios forestales que asolan Portugal tienen una explicación científica. Juan Picos, director de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad de Vigo los atribuye a varios factores. En una entrevista para la cadena SER, Picos declaró que los incendios se concentran en zonas que sufrieron grandes devastaciones hace una década, entre 2015 y 2017.
«Los incendios tienen memoria», afirma. Con el tiempo, los terrenos se vuelven más vulnerables debido al abandono, la homogeneización y pérdida de la capacidad para retener agua. Picos explica que las políticas forestales de Galicia y Portugal son diferentes. Portugal tiene dispositivos de control más fragmentados.
Picos observa que el final del verano es el momento con mayor probabilidad de incendios forestales graves, especialmente en el norte y centro de Portugal. Asimismo, cuestiona la tendencia simplificadora que culpa a los eucaliptos por los incendios. «Lo otros árboles (las acacias y los pinos) también pueden ser problemáticos», indica.
Insiste en la importancia de la prevención y la gestión forestal sostenible para reducir la vulnerabilidad de los territorios. Incluso durante veranos con datos positivos, ya que «cuanto menos arde, más necesaria es la prevención para que el territorio esté en condiciones y facilite la seguridad de los equipos de extinción».
Advierte que el cambio climático intensifica el riesgo de incendios. «Si se confirman las tendencias actuales, Galicia podría experimentar condiciones similares a las de Portugal, con olas de calor más frecuentes y severas», dijo.
Megaincendios recurrentes en Portugal
El sur de Europa experimenta anualmente más de 52.000 incendios forestales, lo que resulta en más de 400.000 hectáreas quemadas, según National Geographic. Portugal es el país del arco mediterráneo más afectado por los incendios forestales, con un 35% de los fuegos y un 39% de la superficie total quemada entre 1980 y 2020.
Desde 1980, el 48% de la superficie de Portugal ha sido afectada por incendios forestales. La despoblación rural, el abandono de los usos del suelo, la falta de gestión forestal, un modelo urbanístico caótico y una cultura arraigada del fuego son algunas de las causas que contribuyen a la propagación de incendios forestales en Portugal.
- 2003.- En incendios que afectaron gran parte del país 18 personas murieron y arrasaron aproximadamente 361.405 hectáreas.
- 200.-. Se unieron dos fuegos que quemaron 30.678 hectáreas en el sur de Portugal.
- 2012.- El fuego duró varios días en el sur de Portugal, se quemaron 21.437 hectáreas.
- 2016.- Murieron tres personas en varios incendios forestales que calcinaron 100.000 hectáreas.
- 2017.- El más devastador del país causó la muerte de 64 personas, más de 200 heridos, y arrasó 46.000 hectáreas.
- 2018.- Ocho días de incendios dejaron unas 27.000 hectáreas arrasadas.
- 2022.- 107 focos de incendios consumieron más de 6.000 hectáreas
En 2020, en el marco del pavoroso megaincendio que consumió más de 10 millones de hectáreas en Australia, Niklas Hagelberg, experto del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, advirtió que los megaincendios podrían convertirse en la nueva normalidad si no se tomaban las medidas urgentes para combatir el cambio climático. El tiempo le ha dado la razón.
Nueva normalidad
Los megaincendios forestales que han devastado regiones en Australia, la Amazonía, El Congo, California, Grecia, España y Portugal son una clara señal de alarma sobre los peligros del cambio climático. El aumento de la temperatura global ha generado condiciones más secas y cálidas, lo que intensifica su frecuencia y severidad.
Según datos de Global Forest Watch, solo en 2019 se registraron más de 4,5 millones de incendios de gran escala en todo el mundo, un aumento sin precedentes. El año 2023 fue notable, se quemaron aproximadamente 12 millones de hectáreas. Superó el récord anterior en un 24%, con incendios extremos en lugares como Canadá que representaron una parte significativa de esta pérdida.
Eventos extremos que no son aislados, están estrechamente vinculados al calentamiento global. De hecho, casi el 96% de los 500 megaincendios más devastadores de la última década ocurrieron durante períodos de clima inusualmente cálido y seco.
Las consecuencias de estos eventos son devastadoras, tanto para el medio ambiente como para las comunidades locales y representan una amenaza para la estabilidad global. Portugal es la víctima más reciente de su ensañamiento.