Una de las civilizaciones más antiguas y aventajadas en su tiempo sigue sorprendiendo. Los mayas crearon un sofisticado sistema de filtraje de agua con materiales naturales y elaborados 2.000 años antes de que se expandiera su uso en Europa.
Entonces utilizaban cuarzo cristalino y zeolita para la purificación de las aguas. Un método asombroso, en el que discurrieron conocimientos y habilidades hidráulicas al servicio de las comunidades. Además, de dejarlo como legado a futuras generaciones.
Los mayas levantaron pirámides, planificaron ciudades y ornamentos. Inventaron la escritura jeroglífica, sistemas de numeración, adelantos en astronomía, matemáticas y comprensión de la ecología. Entre tantos descubrimientos están esos filtros de agua que proporcionaron un avance en las medidas sanitarias y en la calidad de vida.
En la mítica y bulliciosa ciudadela de Tikal ocurrió el avance. Investigadores de la Universidad de Cincinnati encontraron la presencia de ambos minerales, que los mayas transportaban desde kilómetros de distancia para el novedoso filtro.
Los científicos descubrieron evidencias de ese mecanismo de filtrado en el embalse Corriental. Una fuente de agua potable para esta importante civilización, situado en el norte de lo que hoy es Guatemala.
“Lo que es interesante es que este efectivo sistema todavía los mayas lo descubrieron hace más de 2.000 años”, dijo Kenneth Barnett Tankersley. El profesor asociado de antropología y autor principal del estudio comentó lo fascinante del trabajo de campo y su importancia.
Los ingeniosos mayas y los filtros de agua
Antropólogos, geógrafos y biólogos de la UC identificaron el cuarzo que se encuentra en la arena gruesa. Así como la zeolita, que es un compuesto cristalino que consiste en silicio y aluminio. Ambos crean un tamiz molecular natural ideal para filtrar agua.
Los filtros eliminaban del agua los microbios dañinos y los compuestos ricos en nitrógeno. También los metales pesados como el mercurio y otras toxinas del agua. “Probablemente todo empezó a través de una observación empírica muy inteligente. Los antiguos mayas vieron que este material en particular estaba asociado con agua limpia. Y se esforzaron por perfeccionarlo”, señaló el profesor Barnett.
Asimismo consideraron los investigadores que algunos reservorios en Tikal se contaminaron con niveles tóxicos de mercurio, posiblemente de un pigmento llamado cinabrio que los mayas usaban en las paredes de yeso y en los entierros ceremoniales. Corriental se mantuvo libre de estos contaminantes.
Entretanto, Vernon Scarborough, profesor emérito de antropología de la UC, otro coautor del estudio, indicó que la mayoría de las investigaciones sobre la gestión del agua en la antigüedad han tratado de explicar cómo las civilizaciones conservaban, recolectaban o desviaban el agua.
“La calidad del agua destinada a fines potables sigue siendo difícil de abordar. Este estudio de nuestro equipo de la UC ha abierto la agenda de investigación al identificar la calidad de una fuente de agua y cómo podría haberse establecido y mantenido», manifestó.
Para los mayas era de vital importancia encontrar formas de recolectar y almacenar agua limpia, de allí el diseño de filtros de agua. Tikal y otras ciudades mayas se construyeron sobre piedra caliza porosa que dificultaba la obtención de agua potable durante gran parte del año durante las sequías estacionales.
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