En la Mesa de Debate: Los héroes climáticos del futuro del III Congreso Internacional de Sostenibilidad Medioambiental (CISM) se habló, principalmente, sobre la movilización sin precedentes de los jóvenes de todo el mundo, lo cual refleja el gran poder que poseen para que los responsables de la adopción de decisiones erróneas rindan cuentas. Su mensaje fue claro: la generación de mayor edad ha fracasado y son los jóvenes quienes lo pagarán íntegramente con su propio futuro.
Irene Santa, meteoróloga de ElTiempo.es se encargó de moderar esta mesa de debate. Además, contó con la participación de Victor Arzoz y Antonio García Vicente, jóvenes changemaker de la ONG Ashoka; Santiago Carrero, de la Fundacion Ecomar y Alejandro Quecedo, coordinador del proyecto YoU-Can de la Unesco Climate Action Network.
En primer lugar, Santa comentó que ya en España se ven situaciones extremas, con olas de calor, lluvias y fríos. Episodios récords. El verano, por ejemplo, dura casi cinco semanas. La meteoróloga también aprovechó para leer un breve texto, y es que según la ONU, dijo, “los jóvenes no solo son víctimas del cambio climático sino también agentes de cambio. Son las dos caras de una misma moneda y tienen por delante lo que parece ser una misión casi imposible. Ya que solo tendrán décadas para reaccionar y poner fin al cambio climático que hemos estado provocando por muchos años (…)”.
En el panel, los jóvenes aseguraron «no darse por vencidos» en esta lucha por revertir la emergencia climática que, según el IPCC, ya ha producido daños irreversibles. A 2021, la crisis climática ha llegado a todos los rincones del planeta. Quevedo asentó que le falta a la humanidad para afrontar la crisis ecosocial es el coraje. Tomar las decisiones y las acciones necesarias para afrontar esto. «Tenemos la ciencia y la tecnología suficientes para realizar un cambio importante en el mundo», agregó.
Por otra parte, Carrero se refirió al gran problema de contaminación que representan las colillas de cigarro en las playas. Destacó que lo más grave es que lejos de disminuir el problema aumenta. García Vicente, el más joven de la mesa, con 14 años de edad, también analizó la crisis climática en la discusión del III CISM. Enfatizó en la necesidad de la educación para enfrentar el cambio climático. Insistió en que antes que adaptarse a climas extremos es necesario frenarlos y revertirlos en la medida de lo posible.