A manera de encontrar un refugio donde salvaguardar la integridad física, emocional y mental, ante los múltiples desafíos cotidianos, muchísimas personas buscan un ‘cómo’ lograrlo. El yoga ofrece un abanico de beneficios, sin mayores costos y con el acompañamiento a lo largo de los años, desde niños hasta las personas mayores. Esta práctica gana simpatías en las escuelas y en los centros de salud y recreo para abuelos.
Las enseñanzas de esta disciplina milenaria pueden ayudar a los pequeños a canalizar sus emociones, a controlar sus rabietas y sus frustraciones. También a las personas mayores les puede proporcionar ánimo, seguridad, certeza y vitalidad. Ambas experiencias son motivo de estudios y de resultados óptimos en el desarrollo de esos estadios diferentes de la vida.
El yoga favorece la observación, memorización y concentración en los niños. Los estiramientos, la respiración y la relajación permiten calmar a los alumnos, mejorar la conducta en edad escolar y de eso sabe mucho Brianna Radall, madre, profesora de yoga, periodista y defensora de la naturaleza.
Comentó que una vez estalló frente a los ojos de su hijo de 5 años porque estaba travieso y desobediente. «¡Te he pedido cinco veces que te cepilles los dientes y guardes estos juguetes. ¡Ya pasó la hora de dormir!, recuerda que le dijo. El niño viendo tal enfado le recomendó a su madre: “tal vez deberías respirar profundamente». Entonces el ceño de mamá enfurecida se convirtió en una gran sonrisa. Siguió su buen consejo y se sintió mejor.
“Aunque he practicado y enseñado yoga durante dos décadas, sólo recientemente me di cuenta de su valor para los niños”, escribió Brianna para The Washington Post. Según el Harvard Health Blog, el 3% de los niños en EE UU practican yoga, muchos de ellos en las escuelas.
El yoga para niños, grandes enseñanzas y diversión
Las investigaciones muestran beneficios mentales y emocionales para los jóvenes de 5 a 18 años, incluida una disminución de la ansiedad, un aumento de la concentración y la memoria. Así como una mayor confianza y autoestima y un mejor rendimiento académico.
El objetivo del yoga es generar autoconciencia, lo que enseña a los niños a reconocer sus emociones. Si bien no borra los sentimientos, el yoga puede brindarles una forma de procesar la frustración, la ira o la tristeza de una manera saludable. Esto, a su vez, ayuda a los niños a aprender a actuar de forma reflexiva en lugar de reaccionar impulsivamente.
Los niños que practican yoga pueden aprender a sintonizarse con las sensaciones de su cuerpo (como mariposas en el estómago, puños cerrados o palmas sudorosas) y luego utilizar la respiración y el movimiento para abordar los sentimientos incómodos antes de que se salgan de control, sostiene Randall en su escrito.
Entretanto, un estudio del MIT sobre los efectos de un programa de atención plena de ocho semanas, los estudiantes de sexto grado informaron sentir menos estrés y menos emociones negativas después del programa. Los escáneres cerebrales revelaron una activación reducida de su amígdala, la región del cerebro que procesa el miedo.
«Estos resultados muestran que los beneficios del yoga se extienden más allá del estado meditativo. Puede cambiar la forma en que el cerebro responde a los factores estresantes cotidianos», señaló John Gabrieli del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro del MIT.
Pero los resultados positivos tienden a desvanecerse una vez que se detiene la práctica de la atención plena, dijo Gabrieli. «Al igual que con una alimentación saludable o el ejercicio físico, una experiencia diaria constante es importante». Por tanto, una forma de garantizar que los beneficios del yoga se extiendan más allá de los programas extracurriculares es animar a los niños a practicarlo también en casa.
Experiencia en familia y en las aulas
La enseñanza del yoga a los niños es un reto. ¿Cómo captar su atención? ¿Cómo hacerlo atractivo frente a otros estímulos como los móviles o tablets? Ann Huber, directora del programa YogaKids, un plan de certificación de enseñanza, dijo que el yoga para los chicos suele incluir canciones, cuentos o juegos. “Enseñar yoga de adultos a niños no funciona. Es mejor mantenerlo simple, breve y divertido”.
Una forma de hacerlo es viendo juntos un video en línea, como una de las historias de yoga de Cosmic Kids; también hay libros disponibles. El cofundador Jaime Amor dijo que sus “aventuras de yoga” son perfectas para los padres que no se sienten cómodos iniciando el yoga por sí mismos. Dado que muchas escuelas ofrecen programas de yoga, es posible que sean los niños quienes presenten el yoga a sus padres y no al revés.
“Deja que los niños te guíen”, confió Amor. «A menudo son mejores que los adultos al realizar los movimientos, lo cual es una excelente manera de desarrollar su confianza».
Giselle Shardlow, fundadora de Kids Yoga Stories, cree que llevar el yoga al hogar permite una “experiencia más íntima” que la que los niños podrían encontrar en un estudio o en la escuela, una que puede cambiar y crecer a medida que el niño madura.
Los beneficios del yoga son comprobados en las personas mayores. En edades avanzadas aparecen o se agudizan los temores, las incertidumbres por las enfermedades y la pérdida de capacidades. El yoga confiere tranquilidad, concentración y seguridad. Así como mayor fortalecimiento físico, en especial en las extremidades superiores e inferiores.
Varias investigaciones muestran que el yoga y la meditación pueden mejorar las funciones ejecutivas. Como el razonamiento, la toma de decisiones, la memoria, el aprendizaje y la precisión en las pruebas de agudeza mental.
Mejor rendimiento físico
Una revisión sistemática realizada por el Brigham and Women’s Hospital en Boston publicada en Annals of Internal Medicine esta semana encontró que el yoga mejora los indicadores de salud relacionados con la reducción de la fragilidad y el aumento de la longevidad en los adultos mayores.
Al analizar 33 ensayos controlados aleatorios en 12 países con más de 2.000 participantes, los investigadores determinaron con «certeza moderada» que hacer yoga mejoraba ciertos marcadores de fragilidad. Incluida la velocidad al caminar, la fuerza y la resistencia.
El yoga incorpora posturas físicas, respiración y meditación. Los autores de la revisión de Brigham dicen que es la primera en examinar los efectos del yoga sobre la fragilidad. Una condición de salud multifacética y difícil de tratar asociada con un aumento de caídas, hospitalizaciones y morbilidad que está a la vanguardia de las preocupaciones de salud pública. En los países de rápido envejecimiento de la población.
Si bien no se han establecido estándares para la «dosis de yoga» óptima, los autores señalan que estudios anteriores han recomendado dos o tres sesiones de una hora por semana.Los investigadores de Brigham advierten que la revisión tiene limitaciones. Los estudios que examinaron utilizaron diferentes estilos de yoga, aunque la mayoría se basaban en Hatha. Y la duración de las intervenciones de yoga osciló entre 4 y 28 semanas.
Otro estudio, realizado en Harvard, observó una reducción en los niveles de depresión y ansiedad de las personas mayores al practicar yoga. Pero encontró más detalles positivos. Cuando levantas pesas, los músculos se fortalecen y crecen. Cuando haces yoga, las células cerebrales desarrollan nuevas conexiones y se producen cambios en la estructura y función del cerebro, lo que resulta en mejores habilidades cognitivas como el aprendizaje y la memoria.
Memoria, concentración, aprendizaje
El yoga fortalece partes del cerebro que desempeñan un papel clave en la memoria, la atención, la conciencia, el pensamiento y el lenguaje. Piense en ello como un levantamiento de pesas para el cerebro, sugiere la investigación. Los estudios que utilizan resonancias magnéticas y otras tecnologías de imágenes cerebrales han demostrado que las personas que practicaban yoga con regularidad tenían una corteza cerebral (el área del cerebro responsable del procesamiento de la información) y un hipocampo (el área del cerebro involucrada en el aprendizaje y la memoria) más gruesos en comparación con los no practicantes.
Estas áreas del cerebro generalmente se encogen a medida que envejecemos, pero los practicantes de yoga de mayor edad mostraron menos encogimiento que aquellos que no practicaban yoga. Esto sugiere que el yoga puede contrarrestar la disminución de la memoria y otras habilidades cognitivas relacionadas con la edad.