Por Ovidio Castro Medina | Efe
03/10/2016
El ex presidente colombiano Álvaro Uribe, en la oposición desde que dejó el poder hace seis años, se ha erigido como el gran ganador del plebiscito sobre el acuerdo firmado con las FARC que dejó como perdedores a la paz y al presidente Juan Manuel Santos.
Contra todo pronóstico, la opción del «no» liderada por Uribe y su partido, el Centro Democrático, se impuso con el 50,21 % de los 12,8 millones de votos válidos, mientras que el «sí» defendido por Santos, que consideraba el plebiscito «la decisión de voto más importante» de los colombianos «en toda su vida», logró el 49,78 %.
El presidente apostó todo su capital político a una consulta que no era necesario convocar porque la Constitución lo faculta para buscar y firmar la paz del país, pero Santos insistió, probablemente en un ejercicio de transparencia democrática, en hacer el plebiscito para que los colombianos dieran la «última palabra» sobre el acuerdo firmado hace solo seis días, y esa palabra fue «no».
El analista político Fernando Giraldo, profesor de la Universidad Javeriana de Bogotá, dijo a Efe que tras la derrota en el plebiscito se entra en una etapa «como de una caja negra» porque realmente no se sabe qué va a pasar con el acuerdo de paz que Santos y el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», firmaron en un acto solemne ante la comunidad internacional el pasado 26 de septiembre.
Para Giraldo, con el resultado del plebiscito «se debilitó toda la institucionalidad, se debilitó el Gobierno y el país quedó fracturado».
Eso porque la victoria del «no» fue demasiado estrecha, de solo 0,43 puntos porcentuales, en la práctica de 53.894 votos en un universo de 34.899.945 electores habilitados para ir a las urnas.
En opinión de Giraldo, políticamente sale ganando también el Centro Democrático, aunque explicó que cuando dice «ganador es que gana esta batalla pero mañana la puede perder» dependiendo del rumbo que tome una eventual renegociación del acuerdo, como propone Uribe.
«Hoy ellos salen airosos de esto», declaró el analista en referencia no solo al resultado de las urnas sino también al anuncio del jefe de Estado de que convocará «a todas las fuerzas políticas, y en particular a las que se manifestaron por el ‘no’, para escucharlas, abrir espacios de diálogo y determinar el camino a seguir».
El partido uribista enarboló la bandera del «no» y sostuvo que si se aprobaba el plebiscito las FARC tenían prácticamente garantizada la impunidad porque los responsables de crímenes de lesa humanidad y de reclutar menores, entre otros delitos, no pagarían cárcel.
Uno de los escuderos de Uribe, Francisco Santos, que fue su vicepresidente durante los ocho años de su Gobierno (2002-2010), sorprendió este domingo por su tono conciliador al comentar el resultado del plebiscito.
Santos, que es primo del presidente, consideró que para la renegociación «no hay que arrancar de ceros porque hay muchos elementos que están bien construidos», un reconocimiento a la labor de los negociadores de paz que nadie esperaba.
Sea como fuere, el plebiscito deja como perdedora a media Colombia que soñaba con la inminencia de una paz que acarició hace menos de una semana con la firma del acuerdo con las FARC en Cartagena de Indias.
También pierden el presidente y los partidos de su coalición de Gobierno, así como figuras de la talla del expresidente César Gaviria, quien asumió la campaña del «sí» y no pudo conducirla a la vitoria.
En medio de las declaraciones de ganadores y perdedores, Giraldo se declaró convencido de que «la paz quedó aplazada» y que incluso las FARC «fueron ganadoras» porque en una eventual segunda negociación «exigirán más de lo que exigió en la anterior».