Por Juan E. Ballesteros
16/2/2017
La conciencia ecológica de los españoles se ha consolidado en las últimas dos décadas y el reciclaje de envases domésticos ha pasado del 4,8% del año 1998 al 74,8% actual, según constata el estudio Nuevos enfoques sobre la gestión de residuos, elaborado por EAE Business School desde la triple perspectiva de la influencia en el cambio climático, los nuevos modelos de gestión de residuos y la relación con la logística, denominada también logística verde.
Este cambio radical en la gestión de los residuos y en el reciclaje ha sido posible gracias al impulso de la economía circular, un modelo eficiente en el que los residuos se consideran recursos y se constituyen en elemento clave en el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. La logística verde se visualiza mediante la reutilización de contenedores; el reciclado de embalajes; el rediseño para la minimización del consumo de materiales tanto para el embalaje como para el producto final y la utilización de materiales orientados a un impacto ambiental mínimo.
La implantación de la economía circular y los espectaculares resultados que ha generado no sería posible sin el compromiso y la financiación de gobiernos e instituciones, así como el apoyo de las administraciones públicas a la hora de apostar por nuevos modelos de negocio y por campañas de sensibilización y educación de la ciudadanía. La industria española invirtió 2.400 millones de euros en protección ambiental en 2014, sobre todo en la industria de manufactura (2.019 millones de euros).
Las actividades que más residuos generan son el comercio al por menor, con un 23,82%, y el comercio al por mayor e intermediarios del comercio, con un 22,90%. En cuanto al tipo de residuo, se observa que el 60% está formado por materia orgánica (37%), envases comerciales (19%) y restos de plásticos y metal no envases (13%). Los demás residuos (escombros, textil, maderas, etc) se encuentran en cifras muy inferiores. En cuanto a su peligrosidad, tres son los residuos peligrosos que suponen el 90%: químicos (47,30%; 233,6miles de toneladas), sanitarios y biológicos (21,36%; 105,5mTon.) y equipos desechados (21,28%; 105,1mTon.).
España no solo cumple con los niveles de reciclado exigidos por el regulador comunitario europeo, sino que obtiene cifras sensiblemente mayores. En cada uno de los cuatro tipos de residuo, se cumplió con creces: plásticos (un 63,8% logrado frente a un 22,5% exigido), papel y cartón (un 82,9% frente al 60% exigido), metales (un 83% frente al 50% exigido) y madera (un 57,9% frente a un 15% exigido).
Según los datos del informe, Andalucía (4.583,6 mTon.) y Cataluña (3.680,7 mTon.) son las comunidades autónomas que más residuos han generado. A continuación figuran Madrid (2.502,1 mTon.) y la Comunidad Valenciana (1.919,2 mTon.). El resto de las comunidades autónomas se encuentra por debajo de las 1.500 mTon., destacando el caso de La Rioja como el territorio que menos residuo genera, con 81,4 mTon.
En resumen, el uso del transporte público, la separación de la basura y la reducción del gasto energético en el hogar son aspectos que ya tiene asumidos la población española, sin embargo hay otros como tener en cuenta los aspectos medioambientales al hacer grandes compras (p. ej. viajar, construir una casa, etc) o cambiar de coche por uno más eficiente, en los que habría que hacer hincapié puesto que no se encuentran entre sus objetivos. Cabe destacar la gran sensibilización social en torno a la contaminación del aire y del agua y la poca repercusión que tienen aspectos como nuestros hábitos de consumo o la extinción de especies y sus hábitats.