Los dispositivos de escaneo de temperatura que verifican la fiebre en las escuelas, empresas y lugares públicos en gran parte del mundo debido a la pandemia del coronavirus, no son tan exactos como se creía. Una investigación revela que estos «termómetros» distorsionan los resultados de una manera que podría pasar por alto la fiebre.
El estudio de los escáneres de temperatura lo realizó la organización de investigación de vigilancia IPVM. Advierten que son totalmente ineficaces y aumenta el riesgo de que personas infectadas pasen por los puntos de control de detección médica y propaguen el virus.
El uso de estos dispositivos conlleva el riesgo de una detección incorrecta, especialmente si se usan para escanear a varias personas simultáneamente. Y es que una persona con fiebre no detectada podría tener menos probabilidades de adherirse a las directrices de prevención y control.
La FDA alerta sobre los riesgos
Tras el hallazgo que se publicará en Journal of Biomedical Optics, la Administración de Alimentos y Medicamentos emitió una alerta pública advirtiendo que el uso inadecuado de los dispositivos podría dar mediciones inexactas. Además de «presentar riesgos para la salud pública potencialmente graves». La agencia está enviando «cartas de advertencia» oficiales a una de las empresas analizadas en el estudio, así como a otras tres, por vender «sistemas de imágenes térmicas no aprobados ni autorizados».
Los representantes de las empresas probadas Certify, Dahua, Meridian y ZKTeco cuestionaron los hallazgos, diciendo que sus sistemas no manipulan las lecturas de temperatura, pero en algunos casos utilizan técnicas de software para «autocalibrarse» en su entorno.
“Los dispositivos están diseñado para permitir que los clientes reciban alertas solo cuando existen amenazas reales ”, dijo Larry Reed, director ejecutivo de ZKTeco. Insisten que el ajuste de la desviación no pretende distorsionar los resultados. «En un caluroso día de verano en Arizona, los empleados [que no tienen fiebre] pueden activar la alarma del dispositivo todo el día si está configurada en 101 grados y los empleados son escaneados al ingresar inmediatamente al edificio», señalan.
Sin embargo, los investigadores encontraron que siete escáneres de temperatura ampliamente utilizados intentan compensar las imprecisiones de los sensores de menor costo y los factores impredecibles de las pruebas del mundo real «normalizando» las lecturas de la temperatura de las personas. Es decir, una persona febril con una temperatura central de 100,4 grados podría ser evaluada por los dispositivos de prueba como si tuviera una temperatura de 98 grados, dentro del rango saludable.
Son un riesgo para la salud pública
Las empresas han promovido los escáneres por su capacidad para medir temperaturas más rápidamente y a una distancia más segura que los termómetros tradicionales que miden la temperatura de la frente, el oído o la boca de una persona. Los escáneres utilizan sensores infrarrojos para analizar el calor que irradia la piel de una persona, un reflejo cercano pero imperfecto de la temperatura central de su cuerpo. Algunos sistemas pueden incluso evaluar a varias personas en una multitud.
Pero para el investigador principal del estudio, Conor Healy, la utilidad de estos dispositivos como detectores de fiebre es muy cuestionable. Incluso argumenta que su uso podría ser un riesgo para la salud pública. Informan que la fiebre es normal.
El problema radica en que ahora más de 200 empresas fabrican o publicitan dichos dispositivos. Muchas de ellas saltaron al mercado por primera vez el año pasado sin ninguna experiencia previa en imágenes térmicas o dispositivos médicos. Los investigadores insisten que estos sistemas no probados están ahora ampliamente distribuidos en todo Estados Unidos (y en el resto del mundo). Puede alimentar una «falsa sensación de seguridad» que podría poner en peligro la salud pública.
¿Y qué pasa con quienes no tienen fiebre, pero sí COVID-19?
Además de la falla anteriormente mencionada, los investigadores sugieren que los escáneres térmicos también fallan en su capacidad para detectar infecciones por coronavirus. La temperatura por sí sola no es un buen indicador de enfermedad. Menos si se trata de la COVID-19, que sabemos es un enigma. No todos los que tienen el virus tienen fiebre. Aproximadamente el 40% de las personas infectadas con coronavirus no tienen fiebre en absoluto, según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades el año pasado.
También es probable que la temperatura de una persona pueda cambiar enormemente en función de muchos factores. Por ejemplo si esta tiene sobrepeso, está estresada, menopáusica, usa ropa pesada, si recientemente hizo ejercicio, salió de un automóvil caliente o bebió alcohol o cafeína.
Por ahora no existe una alternativa inmediata para la detección de la fiebre. Muchos han visto los escáneres de temperatura como quizás la única forma de identificar a alguien que podría provocar un brote. Muchas empresas han gastado mucho dinero para tener dispositivos con la última tecnología, pero no sirven.
Mientras tanto, la FDA asegura que los dispositivos son imperfectos, y pueden hacer más daño que bien. Deberían desempeñar un papel limitado al evaluar los riesgos. Nunca reemplazar el distanciamiento social, el uso de mascarillas o los exámenes médicos y pruebas tradicionales.
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