Descifrar los problemas causados por la pandemia del siglo XXI, la COVID-19, no ha sido sencillo para los científicos. El “virus de Wuhan” no solo podría dejar graves cicatrices en quienes lo han padecido, sino también efectos que durarán el resto de sus vidas.
Los médicos y expertos que estudian el virus no solo se refieren a las deficiencias respiratorias en los pacientes, sino también de daños catastróficos en otros órganos.
El director del Instituto Scripps de Investigación Transnacional de La Jolla, en California, Eric Topol, ha detallado algunas de las secuelas que deja el virus. No se habían dado cuenta que el coronavirus afecta el páncreas, el corazón, el hígado, el cerebro, los riñones y otros órganos. Topol, que también es cardiólogo, explica que además de la dificultad respiratoria, los pacientes con la COVID-19 pueden tener otros padecimientos. Entre ellos trastornos de coagulación de la sangre que pueden causar accidentes cerebro vasculares e inflamación extrema en varios órganos.
Pandemia al acecho
A las declaraciones realizadas por Topol, hay que agregar otros padecimientos que los científicos han comprobado. El virus también puede causar complicaciones neurológicas que van desde dolores de cabeza, mareos y pérdida del gusto u olfato hasta convulsiones y confusión.
Todo indica que la recuperación puede ser lenta, incompleta, costosa y con un gran impacto en la calidad de vida del paciente. Una nefasta noticia para miles de afectados en países como una mala administración de salud pública, como en los latinoamericanos y africanos.
La cardióloga del Centro Northwestern Medicine en Chicago, Sadiya Khan, agrega que las muchas manifestaciones del coronavirus podrían representar un trastorno singular. Por ejemplo, en los casos de influenza. Khan insiste en que las personas con afecciones cardíacas preexistentes también tienen más riesgo de complicaciones.
Pero es aún más sorprendente es que los pacientes que lo han padecido el SARS-CoV-2 revelan el alcance de las complicaciones que ocurren fuera de los pulmones. Por eso Khan comparte con sus colegas que será un fuerte coste y carga de atención médica para las personas que lo sobreviven. Los hospitalizados en unidades de cuidados intensivos o conectados a un respirador durante semanas necesitarán además rehabilitación para recuperar la movilidad y la fuerza.
Para Khan, el mayor desafío lo representan las personas de edad avanzada, porque no volverán al mismo nivel físico.
Con efectos duraderos y secuelas
Los médicos y científicos también están prestando atención a los pacientes contagiados con coronavirus y que no requirieron hospitalización. Han volteado la mirada hacia ellos porque luego de varios meses aún sufren las secuelas de la infección.
La doctora Helen Salisbury, de la Universidad de Oxford, ha descubierto que los síntomas del coronavirus se resuelven en dos o tres semanas. Sin embargo, estima que uno de cada diez pacientes experimenta síntomas prolongados.
Salisbury dijo que muchos de sus pacientes le han presentado radiografías de tórax normales y ninguna señal de inflamación, pero aún no han vuelto a la normalidad. Destaca que algunos corrían hasta tres veces por semana y ahora se sienten sin aliento después de un solo tramo de escaleras.
Otros síntomas que ha presentado este grupo de pacientes es que tienen episodios de tos sin cesar y hasta se sienten muy exhaustos para volver al trabajo. El temor de que un paciente no recupere su estado de salud anterior es muy real.
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