Por Cambio16 | Efe
02/05/2016
La Comisión Europea (CE) ha considerado «exagerada» la atención acaparada por los documentos filtrados de la negociación con EEUU de un tratado de libre comercio e inversiones (TTIP), y volvió a garantizar que un eventual acuerdo no aguará las normas de la Unión Europea (UE) de protección sanitaria y ambiental.
«Muchos de los alarmistas titulares de este lunes son una tormenta en una taza de café», zanjó la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, en su blog, donde salió al paso de los documentos publicados por Greenpeace Holanda que revelan la presión de Estados Unidos para que la Unión se adapte a sus demandas.
Éstos consisten en 248 páginas que incluyen trece de los diecisiete textos consolidados (texto acordado o la posición de cada parte entre corchetes) que había en abril, antes de la última ronda de negociación que se cerró la semana pasada en Nueva York.
La gran novedad de esta filtración es que saca a la luz por primera vez la posición de Washington en aspectos concretos, mientras que la UE había ido publicando la suya en aras de la transparencia y tras la petición de la defensora del pueblo europeo de dar a conocer más textos de la negociación.
«Ningún acuerdo comercial de la UE rebajará jamás nuestro nivel de protección de consumidores, seguridad alimentaria o medioambiente. Los acuerdos comerciales no cambiarán nuestras normas sobre organismos modificados genéticamente, cómo producir una carne segura o cómo proteger el medioambiente», insistió Malmström, en referencia a algunos de los puntos más delicados para los europeos.
La política sueca aclaró que unas opiniones divergentes «no quiere decir que la otra parte ceda» y aseguró que en «áreas en las que estemos demasiado alejados en una negociación, simplemente no llegaremos a un acuerdo».
El jefe negociador comunitario, Ignacio García Bercero, afirmó por su parte que «se está exagerando el grado de divergencia de puntos de vista» y apuntó que Estados Unidos ya «ha aceptado que nada de lo que las dos partes hagan puede debilitar el grado de protección en nuestras respectivas regulaciones».
Incidió en que «toda negociación con un país tercero se ha de hacer con respeto y esto incluye la posición de Estados Unidos, que ellos no querían que fuera pública».
Pese a ello reiteró que ambas partes siguen «trabajando con el objetivo de ver lo que podemos acordar antes del fin de la Administración» de Barack Obama, «pero siempre sin sacrificar sustancia».
Greenpeace señala que en los documentos no hay referencias a la excepción de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre medidas para la protección de la salud o el medioambiente, que no obstante García Bercero asegura que serán incluidas en un capítulo diferente aún no consolidado.
La ONG también denuncia que no hay mención al reciente acuerdo de París sobre el cambio climático ni al «principio de precaución», que garantiza la posibilidad de legislar para proteger la salud pública o el medioambiente, mientras que EEUU introduce la petición de gestión de sustancias peligrosas en vez de evitarlas, como es el caso de químicos disruptores hormonales como algunos pesticidas.
En cambio, para García Bercero, «es obvio que no vamos a negociar nada del principio de precaución».
«Estados Unidos dijo que antes de responder a nuestra petición sobre aranceles de vehículos, querían saber más sobre nuestra voluntad de discutir también aranceles agrícolas. Es el único asunto que está reflejado en ese informe particular», señaló.
Por lo que se refiere al poder de los grupos de presión corporativos a la hora de legislar, el negociador europeo recalcó que «querer consultar a la industria no es nada particularmente sorprendente», y dijo que la UE consulta tanto a la industria como a las organizaciones de consumidores, medioambientales o sindicatos.
Desde el Parlamento Europeo (PE), el portavoz de Comercio del grupo socialista, David Martin, subrayó que la Eurocámara no aceptará un acuerdo que rebaje la legislación europea, al tiempo que reconoció que «nada en esta filtración indica que la UE haya cedido a las demandas de Estados Unidos».
El eurodiputado de EQUO Florent Marcellesi consideró por su parte que los textos «revelan que todas nuestras sospechas eran ciertas», al tiempo que opinó que el TTIP «es un peligro real para la salud, los consumidores y el clima», mientras que Marina Albiol, de IU, dijo que la CE debe «paralizar de inmediato» las negociaciones.
El director para Europa de Greenpeace, Jorgo Riss, pidió «detener» el proceso «porque los negociadores no están actuando por el interés público», y consideró que «si hay cambio, va a venir de una discusión pública».