Por Iñigo Aduriz
09/03/2017
«La suma de la participación de los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza, el alumnado y las familias ha vaciado las aulas interrumpiendo el normal funcionamiento de los centros educativos«. Con esas palabras, las diferentes organizaciones que este jueves habían llamado a la huelga en todas las fases educativas han celebrado el que han considerado como «un éxito» de la movilización que tiene como objetivo denunciar los recortes del Gobierno y exigir la derogación de la LOMCE.
Sus palabras han contrastado con las que ha pronunciado por la mañana el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, que ha asegurado que la convocatoria ha tenido un seguimiento «mínimo» dado que, a su juicio, no hay ninguna razón que justifique el paro.
Pero los convocantes, entre los que se encuentran CCOO, STES, UGT y CGT, las organizaciones de estudiantes Sindicato de Estudiantes, Frente de Estudiantes, Estudiantes en Movimiento y Faest, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos CEAPA y los Movimientos de Renovación Pedagógica, han emitido un comunicado en el que aseguran que la actividad académica «se ha paralizado sin que se haya registrado ningún incidente significativo».
Así, según sus estimaciones –que pretenden confirmar a última hora de la tarde– cerca del 65% de los trabajadores de la enseñanza se han sumado al paro en toda España. «El seguimiento por parte del estudiantado ha sido incluso más elevado, con una participación que ronda el 85% de media, siendo en la Secundaria muy superior con carácter general a dicho porcentaje», han apuntado.
La Plataforma Estatal por la Escuela Pública que aglutina a las organizaciones antes mencionadas y que también ha convocado las diferentes manifestaciones que han recorrido las ciudades del país, ha querido agradecer «el respaldo» que la convocatoria ha recibido por parte de la comunidad educativa y la sociedad en su conjunto y ha advertido de que seguirá movilizándose si el Gobierno mantiene sus políticas.
Han asegurado que las protestas se mantendrán si el Ejecutivo «no ceja en su empeño de obviar a trabajadores y trabajadoras de la enseñanza, alumnado y familias con actuaciones políticas que no solo olvidan a los implicados, sino que, además, mantendrán las medidas de austeridad más duras y permitirán que la educación sufra un nuevo tijeretazo de 1.000 millones de euros que se sumará a los 9.000 que ha perdido en los últimos años».