La invasión de Rusia a Ucrania continúa desarrollándose. Las tropas dirigidas por Vladimir Putin cada vez son más numerosas y sus ataques más destructivos. Los expertos que han estado vigilando las armas que usan para atacar al pueblo ucraniano y su potencial para destruir enormes aseguran utilizan las armas explosivas prohibidas por la Convención de Ginebra. Ha derrumbado enormes infraestructuras, incendiado museos y han cobrados cientos de vida.
Bonnie Docherty, experta en armas de la Facultad de Derecho de Harvard, ve con «gran preocupación» el uso informado de municiones en racimo y otras armas explosivas en áreas densamente pobladas. Señaló que hay dos categorías de armas profundamente preocupantes que se están usando en este momento para doblegar a Ucrania y que tanto Estados Unidos como el resto del mundo deberían aumentar su presión sobre Putin.
Las municiones en racimo están prohibidas
Sobre los tipos de armas que usan las tropas rusas y su ilegalidad, Docherty, que también es investigadora principal de Human Rights Watch en su división de armas, aseguró que además de utilizar armas explosivas, incluidas las municiones en racimo. Estas últimas han sido prohibidas por un tratado que se adoptó en 2008, y se les considera que ocasionan gran daño a la población civil y a la infraestructura de los servicios básicos.
Las municiones en racimo incluyen docenas o cientos de armas más pequeñas llamadas submuniciones. «Son peligrosas porque esparcen estas submuniciones en un área amplia y, por lo tanto, no discriminan sobre lo que golpean y han causado la muerte de decenas de civiles en Ucrania», dijo Docherty. Añadió que una gran cantidad de submuniciones ni siquiera explotan, sino que permanecen como minas terrestres durante meses, años o incluso décadas.
A pesar de que, tanto Human Rights Watch como la ONU y The Washington Post han denunciado y documentado el uso de estas armas por parte de Rusia en varios lugares de Ucrania, incluso contra un hospital en la región de Donetska, el ejército de Putin continúa utilizándolas y poniendo en peligro la vida de miles de personas,
Lanzan armas explosivas en zonas altamente pobladas
Las armas explosivas «son muy problemáticas cuando se usan en áreas pobladas», lo que está sucediendo ampliamente en el ataque ruso a Ucrania. Incluyen cohetes, misiles, proyectiles de artillería, aviones y bombas. Las armas explosivas tienen un gran radio de explosión o fragmentación y son muy inexactas. Además, lanzan múltiples municiones a la vez, lo cual podría ser tan letal como una munición en racimo.
El derecho internacional humanitario prohíbe el uso de armas explosivas en áreas pobladas porque no pueden distinguir entre soldados y civiles».
Desde hace meses hay negociaciones en curso para una nueva declaración política que comprometería a los estados a proteger a los civiles del uso de armas explosivas en áreas pobladas.
Las armas explosivas son extremadamente peligrosas, ahora y en el futuro
Las cifras oficiales confirman que hay víctimas de las municiones en racimo en Ucrania. El ataque al hospital en Donetska dejó 4 muertos y 10 heridos. Mientras que un ataque en Kharkiv dejó 11 muertos. Esos son dos ataques, pero lastimosamente hayan muchos otros.
Con las municiones de racimo existe la posibilidad no solo de daño inmediato, sino también de daño y peligro a largo plazo para los civiles, especialmente los niños, que suponen que son juguetes y los recogen. Los agricultores pueden golpearlos con sus arados. En las ciudades son un peligro para las personas que regresan a sus hogares. Docherty denuncia que las municiones de racimo se han utilizado en Afganistán, Irak, Siria, el Líbano y Georgia.
¿Qué debería hacer EE UU y el resto del mundo?
Docherty considera que los países, incluido Estados Unidos y el Reino Unido, deben condenar y rechazar el uso de municiones en racimo y armas explosivas en áreas pobladas. «Es realmente importante hacer una declaración política en este momento», insiste.
Ya 110 países se han adherido a la Convención que prohíbe las municiones en racimo. Durante el gobierno de George W. Bush, Estados Unidos dejó de usar municiones en racimo porque tenían una tasa de falla de más del 1%, es decir, la tasa de submuniciones sin explotar que quedaron atrás.