La necesidad de biomasa de madera de los países europeos contribuye al aumento de la explotación de los bosques. La creciente demanda de productos forestales, impulsados ahora por la nueva bioeconomía, plantea desafíos para desarrollar una explotación forestal verdaderamente sostenible.
Los datos muestran que la intensidad de la explotación de los bosques fue estable en la mayoría de los países europeos entre 2004 y 2015. El aumento repentino se observó durante los años 2016 a 2018. Fue particularmente marcado en países con actividades económicas relacionadas con la silvicultura, como el sector bioenergético y las industrias papeleras.
El hallazgo lo hizo un equipo de científicos del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea en Ispra, Italia. Sus conclusiones se basan en los datos de los satélites Landsat. De los 26 estados miembros evaluados, solo 2, Finlandia y Suecia, representan la mitad del aumento.
Efectos en el ambiente
Este es un hallazgo importante. Tiene implicaciones para las políticas de biodiversidad y cambio climático. También afecta el papel de los bosques en los esfuerzos de las naciones para alcanzar emisiones netas cero.
Los bosques representan aproximadamente el 38% de la superficie terrestre total de la Unión Europea. Compensan aproximadamente el 10% de sus emisiones totales de gases de efecto invernadero al actuar como sumideros de carbono.
Los autores manifestaron que el aumento del área «cosechada», definida como la parte de un bosque donde se talan árboles y otros se plantan en su lugar, podría reducir la capacidad de los bosques para absorber carbono de la atmósfera. Una razón es que se liberan grandes cantidades de carbono rápidamente a medida que se talan los árboles más viejos. Los árboles más pequeños y más jóvenes plantados en su lugar tardan más tiempo en absorber la misma cantidad de carbono atmosférico.
La paradoja de la energía verde
Paradójicamente, el aumento en el área forestal cosechada ha sido impulsado, en parte, por la demanda de combustibles más ecológicos. Algunos de ellos se producen a partir de biomasa de madera. Eso incluye la bioenergía, que comprende aproximadamente el 60% de la energía renovable de la UE.
Este aumento en los productos de biomasa puede, a su vez, atribuirse a la estrategia de bioeconomía de la UE. Una política que ha promovido el uso de los recursos forestales para la energía, como materia prima para las industrias y para crear empleos.
La estrategia de bioeconomía ha sido un éxito en un aspecto. La producción económica total de los bosques de la UE entre 2012 y 2016 aumentó un 25%, de 43.000 millones a 54.000 millones de euros. El incremento se duplicó al 50% en Polonia y Suecia. Pero el éxito económico ha tenido un costoso impacto ecológico.
En busca del Green Deal
Muchos de los líderes del continente abogan por un conjunto de ideas conocidas como el Acuerdo Verde Europeo, o Green Deal. Su objetivo es mantener el crecimiento de las economías y crear empleos mediante la promoción de un desarrollo más ecológico. Sin embargo, estas metas pueden contrarrestarse mutuamente.
Por ejemplo, en su nueva estrategia de biodiversidad, publicada en mayo, la UE propone plantar 3.000 millones de árboles. También sugiere designar el 30% de la tierra (en comparación con el 26%), incluidos los bosques antiguos, como protegidos para 2030. Si la extracción forestal continúa al ritmo actual, este objetivo será difícil de alcanzar.
La UE además tiene el objetivo de aumentar su participación en las energías bajas en carbono y renovables al 34% de 2015 a 2030. El Parlamento Europeo acordó que la quema de madera podría contar para este objetivo. Pero si la madera suministrara incluso el 40% de la energía extra, significaría quemar toda la cosecha existente en la región. Una amenaza profunda no solo a los bosques europeos, sino a los de todo el mundo.
Observatorio forestal
La Comisión Europea está diseñando una estrategia forestal, prevista para 2021, que complementará la política de biodiversidad. La Comisión ha pedido al Centro Común de Investigación que establezca un observatorio permanente de la UE sobre los bosques.
El observatorio se basará en el tipo de datos satelitales utilizados en el estudio actual para monitorear regularmente la deforestación, la degradación de los bosques y los cambios en la cubierta forestal global. La data será accesible al público.
Una vez que sus datos estén disponibles, los Estados miembros de la UE deben incorporarlos en las estadísticas oficiales que los responsables de las políticas utilizan para tomar decisiones, por ejemplo, planificar estrategias para alcanzar emisiones netas cero.
Los datos de los bosques de muchos países europeos, incluidos los que se informan a Eurostat, se basan en encuestas manuales. Estos sondeos son importantes, pero en algunos casos se llevan a cabo solo a intervalos de décadas, en parte porque son costosos.
Un observatorio dedicado proporcionará a los tomadores de decisiones datos mucho más oportunos y los ayudará a identificar las consecuencias no deseadas de sus políticas.
Los investigadores se basaron en datos de la serie compuesta de satélites de observación de la Tierra Landsat de la NASA. Además, se sirvieron del conjunto de datos de Global Forest Change. También utilizaron Google Earth Engine, una instalación que permite a los investigadores acceder a las supercomputadoras de Google para procesar imágenes satelitales.
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