En Irán existe una ciudad que remonta su antigüedad a 3.000 años. Yazd fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2017. Sus badgi contribuyeron en parte a esa distinción. Pero ¿Qué son los badgi?
También llamados «captadores de viento» o «atrapavientos» son a menudo unas torres rectangulares, que se utilizan como sistema de refrigeración no mecánico. También pueden ser circulares, cuadradas, octogonales o tener otras formas ornamentadas.
Estas torres son comunes en Yazd donde resultaron indispensables para aclimatar los espacios interiores en esa parte de la cálida y árida meseta iraní. Se cree que Yazd tiene la mayor cantidad de badgi del mundo. Su origen no es claro y aun se debate la posibilidad de que se hubieran originado en el antiguo Egipto.
Cómo funcionan los badgi
En esta tecnología hay dos fuerzas principales que impulsan el aire a través de la estructura y hacia el interior del edificio. El viento entrante es la primera de las fuerzas. El cambio en la flotabilidad del aire según la temperatura es el segundo.
El aire entra por las aberturas del badgi y se canaliza hacia la vivienda, depositando arena o escombros al pie de la torre. Y fluye por el interior del edificio. El aire caliente del interior se eleve y salé del edificio a través de la torre, ayudado por la presión dentro del edificio.
El diseño de estructura, la forma de la torre, su dirección, el número de aberturas, su configuración de palas internas fijas, canales y altura están finamente ajustados para mejorar su capacidad para llevar el viento al interior de los espacios.
Dónde surgieron
Los investigadores Chris Soelberg y Julie Rich, de la Universidad Estatal de Weber en Utah, Estados Unidos, estiman que las primeras tecnologías de captura de viento provienen del Egipto de hace 3.300 años.
El sistema en ese entonces era integrado por unos edificios con paredes gruesas, pocas ventanas que daban al sol, aberturas en el lado en el que solía pegar el viento y un respiradero de salida en el otro. Era conocido con el nombre de malq af.
Hay quienes afirman que el lugar de nacimiento del captador de viento fue el propio Irán. Sin importar su origen su uso se generalizó en Medio Oriente y el norte de África. Fatemeh Jomehzadeh, de la Universidad Tecnológica de Malasia, explicó que existe evidencia del uso de esa tecnología en varios países, como los barjeel de Qatar y Bahrein, el mungh de Pakistán.
Es ampliamente aceptado que la civilización persa alteró la estructura para que enfriara mejor, combinándolo por ejemplo con un sistema de riego.
Parham Kheirkhah Sangdeh, de la Universidad de Ilam en Irán, estudió ampliamente los badgi. Considera que algunos de los inconvenientes, como plagas que ingresan a los conductos y la acumulación de polvo y escombros del desierto, ocasionaron el casi abandono de esta tecnología de enfriamiento. Igualmente, cree que influyó una tendencia a preferir las tecnologías occidentales.
Badgi para el futuro
Por su capacidad de enfriar sin generar emisiones y no requerir electricidad para funcionar, la tecnología de los captadores de viento es una forma de enfriamiento rentable y ecológica. Esto ha llamado la atención en un mundo que se calienta más cada día y que exige menos emisiones de gases efecto invernadero.
Sangdeh espera que los captadores de viento de Irán se puedan actualizar y sirvan como método energéticamente eficiente para refrescar edificios. Igualmente consideró que es necesario un cambio de paradigma.
«Para que vuelvan a usarse es necesario que haya cambios en las perspectivas culturales. La gente debe mirar al pasado y comprender por qué la conservación de energía es importante».
Aunque son pocos en occidente y en la modernidad existen ejemplos de captadores de viento. En Reino Unido entre 1979 y 1994 se instalaron unas 7.000 variaciones de colectores de viento en edificios públicos. Edificios como el Royal Chelsea Hospital de Londres hasta supermercados en Mánchester, son enfriados con esta tecnología.
En el centro de visitantes del Parque Nacional Zion en el sur de Utah, Estados Unidos el uso de tecnologías de enfriamiento pasivo, incluido el captador de viento, casi eliminó la necesidad de aire acondicionado mecánico. Los registros muestran una diferencia de temperatura de unos 16ºC entre el exterior y el interior del centro de visitantes.
Un ejemplo reciente del uso del captador de viento tuvo lugar en la Feria Internacional de Dubái, como parte de una red de edificios cónicos del pabellón austríaco. El estudio de arquitectura austríaco Querkraft se inspiró en la arquitectura árabe al momento de diseñarlo.
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