Los anticuerpos, que el sistema inmunitario produce para combatir a la COVID-19, pudieran durar tan solo unos meses. Esto pudiese ocurrir en personas que se contagien levemente. Aun así, la protección que dan estas glucoproteínas no tendría por qué desaparecer, por lo que es posible que se elabore una vacuna que sí funcione.
Estas afirmaciones fueron hechas por un grupo de científicos de la Universidad de California, de Estados Unidos, en un estudio que se publicó recientemente en The New England Journal of Medicine.
Para la investigación tomaron una muestra de 34 personas: 20 mujeres y 14 hombres. De este grupo, estudiaron anticuerpos más precisos en 30 pacientes que fueron diagnosticados con la COVID-19. También, los anticuerpos de 4 personas que vivían con contagiados del coronavirus, pero que no se habían diagnosticado, porque sus síntomas eran leves y las pruebas estaban limitadas.
La edad media del grupo fue de 43 años (en un rango de 21 a 68 años) y la mayoría tenía síntomas leves, que también son precisamente la gran mayoría de las personas que afrontan esta enfermedad. El periodo de observación fue de más o menos 90 días.
Cautela ante la inmunidad colectiva
Los investigadores vieron que los anticuerpos tenían una vida promedio de 73 días. Esto significa que después de ese tiempo desaparecerían.
Por esta razón, advierten que los resultados llevan a ser cautelosos en cuanto a “pasaportes de inmunidad’ basados en anticuerpos, inmunidad colectiva (inmunidad de rebaño) y quizás la durabilidad de la vacuna”.
Buddy Creech, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Vanderbilt, de Estados Unidos, no participó en el estudio, pero comentó que esta infección no genera necesariamente inmunidad de por vida. Sin embargo, a su juicio, los anticuerpos son tan solo una parte de toda la situación.
Indicó que el sistema inmunitario recuerda cómo hacer anticuerpos, si es que esto es necesario, y que otras partes del mismo sistema también pueden atacar.
Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son proteínas que el sistema inmunitario crea. Tienen como fin reconocer a los gérmenes y eliminarlos. Una vez que se producen los anticuerpos, estos permanecen en el organismo para atacar el mismo germen si es necesario.
La prueba de anticuerpos hace que los médicos los puedan buscar en la sangre. Algunas veces esta prueba puede llevar a demostrar si una persona estuvo infectada por un virus u otro germen.
“Los médicos no saben si la presencia de anticuerpos contra el coronavirus (COVID-19) protege a una persona de una nueva infección por el virus. Si existe una protección, aún no saben cuánto tiempo puede durar”, advirtió, a su vez, la organización mundial Nemours KidsHealth en mayo de este año.
Otras investigaciones sobre anticuerpos y COVID-19
Este mismo mes de julio se publicó otro estudio sobre los anticuerpos y la COVID-19. En este caso, sin embargo, los resultados son distintos de los de la investigación de la Universidad de California en cuanto a su duración en casos leves o graves.
Así pues, en el estudio que se hizo en el Reino Unido se indicó —de acuerdo con Redacción Médica— que la inmunidad a la COVID-19 desaparece tres meses después de la afección. De este modo, el coronavirus podría reinfectar a las personas varias veces. Por ende, el estudio puso en duda la eficacia de una vacuna.
Científicos del King’s College London analizaron la respuesta inmune de más de 90 personas que estaban contagiadas con la COVID-19. También, la del personal sanitario de la fundación NHS Guy y St. Thomas.
Vieron que los niveles de anticuerpos contra el virus llegan a su punto máximo alrededor de tres semanas después del comienzo de los síntomas.
“Los pruebas realizadas han revelado que mientras que el 60% de las personas obtuvieron una respuesta de anticuerpos ‘potente’ mientras tenían la COVID-19, solo el 17% retuvo la misma potencia tres meses después. Los niveles de anticuerpos cayeron hasta 23 veces durante el período”, publicó el medio.
Los niveles de anticuerpos fueron más altos y duraderos en pacientes graves con COVID-19. En algunos casos leves no se pudo determinar ningún anticuerpo al final de los tres meses.
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