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Una reciente investigación encontró que ciertas prácticas agrícolas benefician a algunos tipos de aves, lo que subraya la influencia que la agricultura tiene en especies importantes en un momento cuando las poblaciones de aves en todo el mundo disminuyen o se extinguen.
En Costa Rica, las granjas que utilizan parcelas más pequeñas, cultivos variados y extensiones forestales ayudan a aumentar las poblaciones de aves, refiere un artículo publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias. El coautor e investigador de la Universidad de Stanford, Nicholas Hendershot, dijo que los hallazgos se suman a la evidencia de que la agricultura diversificada es una importante herramienta de conservación. “Las prácticas agrícolas diversificadas aportan un enorme beneficio a la biodiversidad”, agregó.
Hendershot y sus colegas determinaron que las especies de aves que vivían en granjas diversificadas de Costa Rica tenían más probabilidades que las de los bosques de tener poblaciones crecientes. Los cultivos variados y las características naturales de este tipo de granjas proporcionan un hogar para las aves y para los insectos y otros animales que sirven de alimento a las aves, explicó Hendershot.
En las granjas intensivas, que generalmente plantan un solo cultivo y utilizan grandes cantidades de pesticidas, las únicas especies de aves que prosperaron a lo largo de 18 años fueron las que se adaptaron a paisajes altamente degradados. La diversidad, en cambio, proporciona hábitat a otras especies de aves.
«La investigación confirma lo que las comunidades indígenas de todo el mundo saben desde hace mucho tiempo, qué pueden hacer los humanos para fortalecer las relaciones recíprocas con el resto de la comunidad ecológica de la que forman parte», dijo Tadashi Fukami, autor del artículo y profesor de biología en la Universidad de Stanford.
Una crisis de biodiversidad
Detener la pérdida de biodiversidad, incluidas las aves y otras especies, implica alejar las prácticas agrícolas de los métodos intensivos (como el uso elevado de pesticidas y grandes extensiones de tierra plantadas con un solo cultivo). Desde 1970, el mundo ha perdido 3.000 millones de aves, casi el 30% de su población mundial . Otras setenta especies de aves se encuentran en un punto de inflexión y están en camino de perder la mitad de sus poblaciones en los próximos 50 años. La Iniciativa de Conservación de Aves de América del Norte ha advertido que en Estados Unidos las aves en todos los hábitats, excepto en los humedales, están disminuyendo.
La conversión de tierras para usos agrícolas y el cambio climático son las principales causas de la disminución de la biodiversidad. Las aves son especialmente importantes porque tienden a indicar la salud de un ecosistema.
Hendershot apuntó que son un buen indicador de los impactos humanos en los ecosistemas. Las aves contribuyen a la seguridad alimentaria y a la salud de los ecosistemas al polinizar los cultivos y devorar las plagas que los asedian. «Somos muy dependientes de las aves y de los servicios que nos brindan», dijo.
Si bien la nueva investigación mostró noticias alentadoras para las aves que viven en granjas diversificadas, lo realmente triste afecta a las aves de los bosques tropicales. Hendershot apuntó que como algunas aves de los bosques tropicales están altamente especializadas y adaptadas a vivir dentro de los bosques, una vez que son talados para dar paso a la agricultura, las aves no pueden adaptarse al nuevo paisaje. «Una vez que desaparezcan los bosques, estas aves podrían desaparecer», afirmó.
Granjas amigables con las aves
Si bien la protección de los hábitats de las otras especies de la actividad humana debe ser siempre una prioridad, también es necesario promover la biodiversidad en los paisajes alterados por el hombre, como las granjas. «La forma en que gestionamos las tierras agrícolas fuera del bosque es realmente importante para proteger la biodiversidad. No reemplaza la conservación de los bosques, pero es una herramienta que se puede utilizar», dijo Hendershot.
Emplear la agricultura diversificada para la conservación en Estados Unidos o en la Unión Europea puede resultar más difícil que en Costa Rica. Los estadounidenses y europeos utilizan en la mayoría de las hectáreas cultivadas operaciones intensivas de monocultivo que no dejan mucho espacio para el hábitat de los animales silvestres. La agricultura intensiva también requiere un mayor uso de pesticidas, que amenaza aún más la biodiversidad.
«Cuanto más intensivas sean las prácticas agrícolas, peores serán para la biodiversidad, no importa dónde se encuentre», asentó Hendershot.
En Estados Unidos, algunos agricultores toman en consideración la conservación de las aves. Por ejemplo, California incentiva a los agricultores de su Valle Central a inundar sus campos de cultivo, con lo que proporcionan un hábitat para las aves playeras migratorias. El Servicio de Conservación de Recursos Naturales del Departamento de Agricultura ofrece incentivos a los agricultores que creanun hábitat para las aves de los pastizales.
Certificación de Audubon
La Sociedad Nacional Audubon, una organización sin fines de lucro para la conservación de aves, ofrece una certificación de «Tierra amiga de las aves» para la carne producida en tierras de pastoreo con pastos nativos y vías fluviales protegidas.
Chris Wilson, director del programa Conservation Ranching de Audubon , dijo que cualquier tipo de agricultura que deje vegetación residual en el paisaje puede ayudar a sustentar las poblaciones de aves. Las prácticas agrícolas que logran esto incluyen la restauración de pastos nativos en tierras de pastoreo, mantener al ganado alejado de las riberas de los ríos y los humedales, y alejarse del pastoreo continuo del ganado hacia el pastoreo rotativo, lo que crea un “mosaico de hábitat” para las aves.
liminar los productos químicos también es una prioridad. Una menor cantidad de pesticidas permite que los insectos, que comen las aves, se multipliquen..
El hábitat marca una diferencia absoluta
«El desafío es lograr que suficientes ganaderos y propietarios de tierras incorporen este tipo de prácticas a lo largo del tiempo y la escala». Dijo que si bien las prácticas de conservación de aves todavía son poco comunes, hay una conciencia cada vez mayor de que muchas de estas prácticas no solo mejoran las aves y la vida silvestre, sino que también aumentan la productividad de los ganaderos y la resiliencia de la tierra ante eventos como la sequía.
Hendershot dijo que hasta los cambios a pequeña escala, como plantar una variedad de flores y árboles en el jardín, pueden tener un impacto en la vida silvestre. «Básicamente, se puede crear una pequeña granja diversificada que pueda sustentar especies que no solo viven en el césped», dijo.
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