Por Cambio16
18/01/2017
Empresas Polar es la principal manufacturera de alimentos y bebidas de Venezuela. Sus cifras son elocuentes: producen, distribuyen y ofertan marcas de alimentos y bebidas más de 250 mil clientes y en los últimos 13 años, han aportado más de 23.318 millones de dólares por concepto de contribuciones fiscales, aproximadamente el 3% del PIB no petrolero del país caribeño.
Asimismo, emplea a 30.000 personas directamente y a otras 15.000 de forma indirecta y, para el estatus, tiene el consenso de los venezolanos de ser la firma con los productos de mejor elaboración, desde la tradicional harina de maíz precocida para la arepa, -plato típico venezolano y cuya industrialización de la fórmula logró simplificar un engorroso proceso de pilado de maíz y popularizó el producto, convirtiéndolo en la marca estrella de la compañía- pasando por arroz, helados, vinos, refrescos, bebidas no carbonatadas, alimentos para mascotas, yogures y cerveza.
No son pocas las razones entonces para que, en un país donde la escasez de alimentos y el quiebre de empresas se ha vuelto el sello de marca de una crisis económica galopante, Empresas Polar y su presidente, Lorenzo Mendoza, se hayan convertido en un símbolo de resistencia. Odiado por el Gobierno y “amado por la gente”, lo cierto es que Lorenzo Mendoza mantiene sus empresas en Venezuela, produciendo y demostrado una gran resiliencia durante los tiempos de agitación.
Un artículo del diario estadounidense Financial Times reseña que cuando el productor de alimentos asiste a partidos de béisbol, las multitudes lo tratan como un jugador estrella. El béisbol es el deporte nacional y Mendoza, una vez un ávido jugador amateur, sigue siendo un gran seguidor. Su compañía patrocina a varios de los principales equipos del país.
Según el artículo, a muchos les gustaría verlo cambiar el puesto presidencial de Empresas Polar por el del país, reemplazando al impopular presidente Nicolás Maduro. Según Mendoza, ya no va mucho a los juegos de pelota porque todo se ha politizado mucho “y tengo que tener cuidado. Tengo muchas familias dependiendo de mí”. Polar y es la marca de mayor éxito en Venezuela. Su cervecería fundada en 1941, ha tenido mucho que ver con eso.
Polar es también la mayor compañía privada de Venezuela y, posiblemente, la segunda en importancia detrás de Pdvsa en un país que tiene mayores reservas de petróleo que Arabia Saudita.
Este éxito es difícil de tragar para el gobierno. Los agentes de inteligencia se colocan a veces fuera de sus oficinas sin ninguna razón aparente. Los empleados de la empresa informan que funcionarios del Sebín hasta aceptan con recelo las bebidas Polar o meriendas que se les ofrecen como una manera de romper el hielo.
Dicha postura oficialista tiene su rigen en el “mantra” popularizado por Hugo Chávez “Oligarcas, temblad”. La contribución de la empresa al sector alimentario es tal que ni el fallecido mandatario ni su sucesor han considerado prudente llevar a cabo sus amenazas de expropiación.
Maduro acusa a Mendoza de ser un golpista que sube los precios y que acumula alimentos para librar una “guerra económica” contra la «revolución chavista». Polar señala que se ha visto obligado a recortar la producción de ciertas mercancías por falta de moneda extranjera para importar suministros. Después de quedarse sin cebada el año pasado, detuvo la producción de cerveza en dos de sus cuatro plantas.
La planta de procesamiento de harina de maíz más grande de Polar, en Turmero, ofrece una vislumbre desolada en la crisis. Un gerente afirma: “Solíamos tener 60 camiones al día que contenían casi 30 toneladas de maíz cada uno”, dice un gerente de la planta. “En la actualidad hay cero”.
Mientras tanto, un número cada vez mayor de venezolanos buscan comida en vertederos de basura. Mendoza afirma que”El hecho de que estén haciendo tal sacrificio, hace que sea aún más necesario ser un productor responsable de alimentos”. Añade que es una cuestión de orgullo nacional para los venezolanos tener una empresa luchando con la dura situación y compitiendo con los grandes proveedores multinacionales. A pesar de este clima problemático, Polar es un destacado productor latinoamericano de alimentos procesados, junto con grupos como el mexicano Bimbo y el grupo Nutresa en Colombia.
La participación de Mendoza en el negocio familiar data de hace más de 50 años, cuando su padre lo hizo trabajar en sus vacaciones escolares “empujando una carretilla y conduciendo un camión”. Después de graduarse de las universidades Fordham y MIT en los Estados Unidos, fue a Londres a trabajar en banca. Su ascenso a los escalones superiores de Polar coincidió con el auge de Chávez en la política nacional en los años noventa. En 1998, cuando Chávez fue elegido presidente, Mendoza, de 32 años, se convirtió en el jefe ejecutivo de Polar.
“La gente común dice que incluso si el gobierno quiere derrotar a Polar, se levantará y lo defenderá”, afirma un ejecutivo de Polar. “Cuanto más nos golpea el gobierno, más nos ama el pueblo”.
Vea la entrevista completa de Financial Times (en Inglés) aquí