Mientras miles de centroamericanos se encuentran hacinados en el estado de Tijuana, esperando para poder cruzar a los Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, asumirá hoy 1 de diciembre la presidencia de México con el reto de hacer frente no solo a la crisis migratoria sino también a la corrupción y la violencia que azota al país.
Pero la presidencia de AMLO supone una gran incertidumbre tanto para los mismos mexicanos como para la región pues se convertirá en el primer líder con tendencia izquierdista que tome el poder en México. Desde que logró su amplia victoria el pasado 1 de julio, muchas de sus propuestas han generado desconfianza en los mercados y en los inversores.
“Empezamos a cambiar las cosas y eso produce nerviosismo, pero no hay nada que temer; el cambio va a ser ordenado, profundo, pero pacífico”, dijo López Obrador tras cancelar la millonaria construcción del aeropuerto de la Ciudad de México, luego de una polémica consulta pública.
¿Populismo?
Desde julio, la bolsa ha caído un 14% y el peso mexicano se ha depreciado casi un 2% por las decisiones de AMLO como cancelar la nueva terminal, revisar millonarios contratos petroleros e darle pie a iniciativas parlamentarias que podrían golpear a sectores clave.
Según Reuters, analistas señalan la posibilidad de que las políticas de AMLO sean de corte populista, como demuestra con sus polémicas consultas públicas no avaladas por el Centro Electoral mexicano,y temen que sus iniciativas comprometan a la segunda mayor economía de Latinoamérica.
El banco central rebajó el miércoles la expectativa de expansión para 2019 y 2020 y ha advertido el impacto que pueden tener algunas políticas del nuevo gobierno en la inflación y la economía. Sin embargo, el político de 65 años quiere calmar los ánimos.
“No va a haber expropiaciones, actos arbitrarios, vamos a terminar con la corrupción, con la impunidad. México va a ser un país seguro, un país que va a dar mucha confianza a la inversión, que además necesitamos”, sostuvo durante esta semana el presidente.
La violencia y los migrantes en la mira
Además de mantener las finanzas públicas, López Obrador también tendrá que mantener la agenda contra el narcotráfico y el crimen organizado, así como los miles de migrantes centroamericanos que buscan refugio en Estados Unidos.
El mandatario, que gobernará hasta 2024, debe buscar minimizar el número de homicidios en el país, que con el saliente presidente Enrique Peña Nieto llegaron a 100 diarios. Para acabar con la violencia, AMLO ha propuesto la creación de una Guardia Nacional, a pesar de que durante las elecciones su discurso giraba en torno a la pacificación del país.
AMLO ha dicho que buscará eliminar las causas de la migración creando más empleos y mejorando las condiciones de vida en México y América Central. A cambio, espera que Trump y el Gobierno de Canadá acepten ayudar a impulsar el desarrollo económico en la región para el que se necesitan 20.000 millones de dólares, según Reuters.
La investidura con más líderes internacionales
Lo cierto es que el próximo presidente de México ha generado mucho interés en la región por lo que su investidura, o toma de protesta como dicen los mexicanos, contará con la presencia de numerosos líderes mundiales y representaciones. Su partido, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha contabilizado 400 invitados internacionales.
Entre ellos se encuentra el rey de España, Felipe VI; el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel; el de Bolivia, Evo Morales y el presidente de la Asamblea Popular Suprema de Corea del Norte, Kim Yong Nam.
Además, acudirán altos representantes de Estados Unidos, como el vicepresidente Mike Pence; Ivanka Trump, asesora de la Casa Blanca, y la secretaria del Departamento de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, a los que se suman otros 140 figuras entre gobernadores, alcaldes y representantes de la comunidad hispana.